Generación Del 98

Generación del 98

Fue Azorín quien propuso dar denominación. Según él la integraban: Miguel de Unamuno, Pío Baroja, Ramón Mª Valle-Inclán, Ramiro de Maeztu, Jacinto Benavente y Antonio Machado (este último no fue incluido por Azorín). Según Azorín los rasgos comunes del grupo son el espíritu de protesta y un profundo amor al arte. Unamuno se mostró reticente ante esta clasificación y Baroja negó pertenecer a esta generación. En 1935, Pedro Salinas aplica en un ensayo el concepto de generación literaria y establece unos requisitos que deben cumplirse para que un grupo de escritores se les adscriba a una generación concreta. Los requisitos son los siguientes:

1) Nacimiento en años pocos distantes, no debe de haber una diferencia de más de quince años. En efecto once años separan a Unamuno de Machado.

2) Formación intelectual semejante. El rasgo que les caracteriza es el autodidactismo.

3) Deben mantener relaciones personales entre ellos. Generalmente coincidían en tertulias y publicaba sus obras en las mismas revistas.

4) Participación en actos colectivos propios, como en 1901 el homenaje a Larra y en 1902 el homenaje a Baroja por su obra “Camino de perfección”.

5) El grupo debe estar unido por un mismo acontecimiento generacional, en este caso el desastre del 98 con la pérdida de las últimas colonias ultramarinas (Cuba, Filipinas, Puerto Rico). Lo que lleva a una crisis en todos los ámbitos.

6) Se requiere la presencia de un guía intelectual, este papel recae sobre Unamuno. El escritor es influenciado por autores como Nietzsche, Schopenhauer y Kierkegaard, lo que lleva a la pérdida de la fe en el racionalismo, ganando terreno las tendencias irracionalistas de estos filósofos.

7) Lengua generacional común. Existen novedades estilísticas respecto a la generación anterior y se crea una actitud intelectual y un anhelo de renovación y regeneración estética común a todos.

8) Anquilosamiento de la generación anterior. Ya nada dicen autores como Galdós, Valera, Pereda, Bazán.

En los inicios del siglo XX aparece una nueva forma de narrar. En 1902 se publica “La voluntad” de Azorín, “Amor y pedagogía” de Unamuno, “Camino de perfección” de Valle-Inclán. Estos autores reaccionan ante las tendencias naturales del siglo XIX. Pretenden innovar y representan la ruptura con la narrativa realista:

1) Ruptura de la subjetividad, la realidad queda teñida por la sensibilidad personal.

2) Hay una clara perturbación artística, enfrentándose al relato como un arte. La crisis que envuelve a España en estos momentos alienta la reflexión desde lo estético a lo existencial, lo religioso, lo social o lo político.

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