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Guion de la obra de integridad escolar


Enviado por   •  6 de Junio de 2020  •  Tareas  •  1.604 Palabras (7 Páginas)  •  1.313 Visitas

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Narrador:        

Allí sobre el escritorio se encontraban los papeles que le iban a cambiar la vida a Fernando, era la puerta hacia un mundo nuevo, hacia la riqueza. Bueno, tal vez 'riqueza' sea un sustantivo un tanto generoso, pero al menos era cierto que gracias a esos documentos podría darse algunos lujos que tanto deseaba.

        Fernando Ramírez era un abogado humilde. Estudió su carrera con esmero y dedicación y en mérito a su eficiencia, alcanzó el Puesto de Juez en lo Civil y Comercial.

Todos los días, lloviera o tronara, marcaba tarjeta en el Tribunal. No faltaba nunca. Había abrazado su profesión con tanto cariño, que le resultaba un orgullo encontrarse en su despacho.

        Dos días atrás, Andrés Páez había estado en su oficina. Eran amigos de la infancia. Fueron juntos a la escuela. Pero, mientras el juez Fernando luchaba estudiando su carrera, Andrés se paseaba en autos lujosos por todo el barrio. Fernando sabía que su amigo se dedicaba a hacer negocios tramposos. Más específicamente: Contrabando de electrodomésticos. Meses atrás habían intervenido un galpón repleto de mercancía de dudosa procedencia, por eso estaba siendo procesado.

Andrés dice:

  • Caramba, caramba mira quién es el juez de mi causa…mi gran amigo Fernando…jajaja que buena suerte tengo yo… Bueno el movimiento es este: yo te doy una cosita…una mojadita de mano y tú me regalas a cambio tu firma. Creo que es un buen trato ¿No te parece? (Fernando se quedó inmóvil y pensativo dándose las manos).

Narrador:

Esa fue la verdadera intención de la visita de Andrés: sobornarlo con 100 millones de Bs, ese sería el precio de su silencio.

Fernando no podía hacer nada al respecto. Al fin y al cabo, habían jugado juntos en la placita del barrio durante toda su infancia.

(Después, fue al despacho y encontró los papeles de Andrés).

En sus manos se encontraban los documentos que, si los firmaba dejaba libre de culpa a su amigo y lo declaraba con todo el papeleo en orden y por supuesto a cambio de su firma mejoraría sus ingresos económicos.

En la noche, en su casa…

Fernando dice:

  • Cien millones no son cualquier cosa, todo lo que me puedo comprar con ese dinero (actitud de soñador). Al fin, puedo darle a mi esposa, entre otras tantas cosas el famoso horno microondas que tanto ella quiere, el juego de cuarto para los niños. También puedo cambiar el auto y comprarme uno mejor…(suspiro).
  • Sé que una vez que me meta en este negocio sucio, las proposiciones de este tipo me lloverán. Eso significa un importante dinero extra para elevar mi nivel de vida.

Isabel dice:

  • ¿En qué piensas Fernando con la mirada tan lejana y con esa extraña sonrisa?

Fernando dice:

  • En que muy pronto, podré darte muchos gustos mi amor...  (mirándola enternecido)

Isabel dice:

  • Te dije mil veces que yo estoy contenta con lo que tenemos. Al fin y al cabo pedir rebajas ya es parte de mi rutina. Es más (agregó sonriendo), estoy hecha toda una experta en la materia. Si vieras cómo conseguí que don Francisco, el zapatero, me arregle los zapatos de los niños con descuentos... (se paró y se fue).

Fernando piensa en voz alta:

  • Tengo que hacerlo. Debo corromperme en nombre de mi familia. En honor a la posición más elevada que ellos se merecen, en honor a tanto sacrificios a los que se han sometido. ¡Cómo les gustaría a mis hijos poder ir de vacaciones algún día...! Es injusto verlos sobresalir en el colegio sin poder premiarlos. (Se soba la cara hasta la cabeza con actitud de preocupación y esperanza). Y se fue quedando dormido…

Narrador:

De pronto, ya era el día siguiente. La noche había pasado rápido. Andrés Páez lo esperaba en la puerta de su despacho. Había madrugado. Sólo tendría que entregar esos papeles a cambio del maletín con el dinero.

(Andrés y Fernando hacen el cambio del maletín por los papeles, se dan la mano) y Andrés le dice: mi amigo querido vas a hacer famoso entre los grandes, tú no sabes la reputación que te estás ganando entre los nuestros con este favorzote que me estás haciendo… (se dan un abrazo).

Fernando dijo

  • Listo…(abrazando el maletín y mirando disimuladamente para los lados, se colocó a un lado abrió el maletín y se puso a contar el montón de dinero. De repente vio algo raro en uno de los billetes de 100…pensó que veía visiones y siguió contando luego en voz alta dijo mirando el billete:
  • ¿Bolívar por qué me miras así? (cerró la maleta y abrazando el maletín miró para los lados y apurado abandonó el despacho. En el pasillo sentía la mirada acusante de las personas a su paso. De la vergüenza, traía los ojos clavados en el suelo). Del portafolio salía la mitad de un billete, Cuando se percató de eso, desesperado pensó que la gente se daría cuenta de que llevaba mucho dinero.

Fernando en medio del pasillo se puso a gritar:

--¡¿Qué les ocurre, cuerda de ineptos?! Dejen de mirarme así que no escondo nada.

Narrador:

Su voz se oyó como un eco en todo el lugar, luego escuchó voces que provenían de los retratos de los distintos próceres de Venezuela que se encontraban en los Tribunales que lo acusaban y le decían:

Fotos de próceres:

-  ¡Sin vergüenza!

- ¡Está robando al país, ladrón!

-  Con personas de tu calaña nunca vamos a tener una Venezuela mejor...

-  No te da pena

...

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