HISTORIA DE LA BOLSA MEXICANA DE VALORES Y SUS CAMBIOS RECIENTES
Cora LiblingEnsayo19 de Julio de 2021
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Maestro Gerardo Flores Castañón
Mercado de Valores
HISTORIA DE LA BOLSA MEXICANA DE VALORES Y SUS CAMBIOS RECIENTES
Se dice que un mercado de valores es eficiente cuando los precios de los títulos que se negocian reflejan toda la información disponible y ajustan rápidamente toda la nueva información; cuando los precios de los títulos, están valorados para proporcionar un rendimiento acorde con su nivel de riesgo.[1] No obstante, muchos siglos debieron pasar antes de gestarse el concepto moderno de Mercado y Bolsa como los entendemos. La Bolsa como Institución, surge a finales del siglo XV en las ferias europeas medievales mediante las transacciones de títulos y valores mobiliarios. El término “Bolsa” se acuño a finales del siglo XVI en Bélgica, en la ciudad de Brujas, por los comerciantes quienes solían reunirse para operar sus negocios en un edificio propiedad de la familia Van der Bursen, cuyo apellido significa: “De la Bolsa” en flamenco. De esta forma, al edificio donde se reunían los mercaderes comenzó a llamársele “Buërse” y de ahí pasó al español “Bolsa”, al francés “Bourse” y al alemán “Börse”, denominaciones que se mantienen vigentes en la actualidad.[2]
Existe evidencia de mercaderes venecianos comerciando títulos de deuda emitidos por distintos estados, no obstante, la primera vez que hubo un edificio destinado exclusivamente a esta finalidad fue en Bélgica, donde fue instaurada en el año de 1460, la Bolsa de Valores de Amberes que es considerada, la primera institución bursátil en términos modernos. Amberes era un centro comercial en el que confluían diversas industrias. Además, casi una décima parte de su población -alrededor de cien mil habitantes- eran comerciantes extranjeros. Todo ello contribuyó a que fuera la bolsa más importante del mundo durante unos 50 años hasta que el que comercio de la ciudad fuera arrasado conjuntamente por un incendio en el año 1583 y por la incursión del ejército español en los años 1584 y 1585. La Bolsa de Amberes fue reemplazada por la Bolsa de Ámsterdam como centro financiero mundial que, a su vez, sería desplazada posteriormente por la Bolsa de Londres.[3]
En 1571 se había creado un Royal Exchange en Londres, construyéndose sobre la base del diseño de la bolsa de Amberes. En 1773, un grupo de agentes de bolsa comenzó a reunirse en un edificio ubicado en Sweeting’s Alley que pasó a ser conocido como Stock Exchange porque estaba situado en lo que había sido un antiguo mercado de pescados y carnes llamado Stock Exchange, que tenía dos postes (Stocks, en inglés) donde se castigaba a los que cometían alguna ofensa, así nació el término Stock Exchange y el término inglés para Bolsa: “Stock market".3
Es peculiar señalar, que la primera Bolsa existió antes de que siquiera existiesen las acciones. Los mercaderes se reunían e intercambiaban bonos y pagarés, pero no acciones ya que las mismas no existieron como tal hasta que se constituyó la Compañía Británica de las Indias Orientales en el año 1600, y no cotizaron hasta que se constituyó la Compañía Holandesa de las Indias Orientales en año 1602.[4]
Eventualmente fueron surgiendo otras Bolsas en todo el mundo. La bolsa de París nace en 1724 y en 1792 la de Nueva York. La de Madrid se reconoce oficialmente en 1831, seguida de la de Bilbao (1890).[5]
La Bolsa Mexicana de Valores, S.A. de C.V. (BMW) es una institución privada, que opera por concesión de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, con apego a la Ley del Mercado de Valores. Sus accionistas son exclusivamente las casas de bolsa autorizadas, las cuales poseen una acción cada una. Aproximadamente 200 de las principales del país tienen listadas ahí sus acciones.
El nacimiento de la Bolsa Mexicana de Valores tuvo lugar en 1850 con la negociación de compra y venta de acciones de la industria minera. Fue hasta 1867 que se formalizó con la promulgación de la Ley Reglamentaria del corretaje de valores.
Previo a la actual Bolsa de Valores, hubo otros lugares y grupos denominados bolsas, estos últimos no están relacionados con la Bolsa actual. Se trataba más bien de grupos privados intentando operar relaciones mercantiles. Dichos intentos se formalizaron con el surgimiento de la Institucional Bolsa Mexicana de Valores en octubre de 1894. Su propósito principal fue la instauración de un centro estable de operaciones con la capacidad de respaldar un mercado de valores bien regulado con objeto de fomentar la inversión a extranjeros y nacionales, naciendo así una sociedad anónima conformada por agentes de valores y hombres de negocios.[6]
En 1895 fue inaugurado en la calle de Plateros (hoy Madero), el centro de operaciones bursátiles Bolsa de México, S.A. sin embargo, las condiciones de inestabilidad política lo forzaron a suspender temporalmente sus actividades bursátiles. Otros factores que influyeron en el cese de operaciones fueron las crisis económicas, y los precios internacionales de los metales.
Sus operaciones fueron reanudadas en 1908 resurgiendo con el nombre de “Bolsa de Valores de México S.L.C.” situando su sede en el Callejón de 5 de Mayo y posteriormente, trasladándose en 1920 a su sede de Uruguay 68 donde operarían hasta el año de 1957.
Entre 1920 y 1928 hubo una intervención por parte del Estado Mexicano para la reconstrucción de una economía devastada por el paso de la Revolución Mexicana. Dicho plan de reconstrucción incluía la devolución en 1921 de los bancos incautados durante todo el proceso revolucionario que se traduciría en el inicio de un nuevo sistema financiero en el país. Se priorizaron las inversiones y las obras de infraestructura en diversos sectores. El capital mexicano tendía más hacia la industria manufacturera y el comercio en tanto la inversión extranjera se concentró en la industria minera, petrolera y el comercio de exportación.[7]
La vida bursátil del México moderno comienza en 1933 con la promulgación de la Ley Reglamentaria de Bolsas, que dio lugar a la constitución de la Bolsa de Valores de México, S.A., supervisada por la Comisión Nacional de Valores (actualmente, Comisión Nacional Bancaria y de Valores).
En 1934 con Lázaro Cardenas en la presidencia y con el primer plan sexenal del país, se pretendía elevar la inversión gubernamental y afianzar las bases de un crecimiento económico constante. Con ese objetivo, se creó en 1933 Nacional Financiera, institución bancaria de desarrollo, para garantizar el otorgamiento de créditos de fomento, la emisión de títulos de crédito a largo plazo y los certificados de participación. Nacional Financiera gozó de gran confianza y aceptación entre los inversionistas, quienes comenzaron a intervenir en la compra-venta de títulos, beneficiándose también de los créditos otorgados.[8]
Hacia 1934, el volumen de operaciones en la Bolsa mantuvo un incremento constante; la influencia del crédito publico en el Mercado de Valores tuvo como principal exponente a los bonos de caminos emitidos ese mismo año. Los certificados de participación, bonos hipotecarios y las acciones mineras también lograron un repunte significativo. Al mismo tiempo la Asociación de Banqueros y la Secretaria de Hacienda, promulgaron una ley reglamentaria de Bolsa, con objeto de autorizar la asociación de los agentes con terceros, que no fueran corredores inscritos, dando lugar al surgimiento de las Casas de Bolsa.[9]
Los principales cambios hacia 1936, fueron; la autorización de operaciones fuera de horario ampliándolo a 6 horas junto con la implementación de un reglamento para negociaciones fuera de subasta, lo cual aumentó la operatividad y el registro de nuevas inscripciones de obligaciones industriales e hipotecarias. Fue en ese mismo año que la Bolsa ingresó a la Asociación Nacional de Banqueros fortaleciendo su posición con otras instituciones del sector financiero y que modificó su estructura social, cambiándose al régimen de capital variable.[10]
Este ambiente de estabilidad económica mejoró la capacidad de negociación de México en el exterior. Muchos sectores se vieron beneficiados, entre ellos el Ferroviario. El crédito y la inversión también tuvieron gran impulso por parte de Nacional Financiera, quien hacia 1937 instauro la emisión de títulos a 10 años, y la operación de cédulas hipotecarias conjuntamente al apoyo a diversos proyectos industriales privados. En junio de ese mismo año fue fundado el Banco Nacional de Comercio Exterior (BANCOMEXT), para impulsar el desarrollo, la promoción y el financiamiento de la exportación de productos mexicanos.[11]
Desafortunadamente, no todas las intervenciones por parte del gobierno fueron favorables para los mercados. En 1938, el panorama de la expropiación petrolera genero incertidumbre entre los inversionistas afectando seriamente la operatividad de la bolsa. Tras el anuncio oficial de la expropiación petrolera el 18 de marzo, siguió la suspensión de importaciones mexicanas por parte de Estados Unidos. El público se abarrotó en los bancos para retirar sus fondos. La demanda de dólares era insostenible y los tenedores de billetes exigían monedas de plata. Las compañías petroleras afectadas detuvieron la exportación y liquidaron sus cuentas bancarias. Todo ello trajo como consecuencia un ambiente de especulación y gran temor por parte de los inversionistas de seguir invirtiendo. El comercio exterior tuvo una tendencia a la baja que se sumó a la fuga de capitales, dividendos en la inversión extranjera y servicio de la deuda externa, provocando un severo déficit en la balanza de pagos. El desequilibrio externo genero una fuga creciente de capitales mexicanos hacia el exterior de una magnitud sin precedentes: 2,958 millones de dólares en 1980 y 10,914 millones de dólares en 1981 equivalentes al 1.6% y al 3.4% del PIB, respectivamente.[12] Sin embargo, la expectativa de una fuerte devaluación hizo que los especuladores adquirieran divisas para garantizar una ganancia cambiaria. Es aquí donde la Banca privada se benefició en gran medida a través de la operación y la especulación que le reportaban utilidades considerables; Al 31 de agosto de 1982, se reportó una utilidad bruta de cerca de 18,400 millones de pesos, más de 8.900 millones provinieron de operaciones cambiarias. Lo cual nos indica, que la banca genero por especulación alrededor del 50% de utilidad.[13] Ante tal panorama de caos que trajo la especulación, la sociedad mexicana creyó encontrar seguridad en el dólar favoreciendo dicha divisa extranjera en las operaciones. Es aquí donde la Bolsa Mexicana de Valores toma un auge importante ya que la banca estaba ocupada en sostener el cada vez más creciente gasto público del gobierno sin poder ocuparse del financiamiento de todas las empresas que buscaban expandir su crecimiento. La Bolsa Mexicana de Valores por tanto, fue quien se ocupó de financiar a todas las empresas en búsqueda de crecimiento sin tener que hacerlo en dólares ya que las entidades garantizaban un rendimiento comprando sus acciones en pesos. A partir de ese momento, la Bolsa fue retomando la confianza convirtiéndose en una de las principales fuentes de financiamiento e inversión para todas aquellas entidades e inversionistas en busca del rendimiento de su inversión y para las empresas con deseo de expandir su crecimiento para poder abarcar mercados internacionales y por consecuencia ingresar divisas al país, lo que contribuye en el desarrollo del país mismo.[14]
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