Iconografia

ICONOGRAFIA

Si nos centramos en el grupo de Atenea y Marsias de Mirón, podemos apreciar que el artista siguió con mucha destreza las bases iconográficas establecidas. Si empezamos por Atenea, aparece como una joven doncella que está de pie. Tiene la pierna izquierda un poco inclinada y con la mano derecha coge una lanza. Va vestida con un peplo, característica de la primera época clásica que permite un fantástico estudio de las telas, con la falda acanalada y con un casco. La cabeza está serena y el pelo sobresale del casco corintio. Su mirada está hacia el suelo, al igual que la de Marsias, observando la flauta. Con este efecto en forma de V, Mirón consigue que el espectador también centre la mirada en este objeto fundamental del mito. Por otro lado, Marsias está representado desnudo y también de pie. Mantiene una postura de tensión, lo cual le permite tener la musculatura muy marcada. De este modo, podemos afirmar que su anatomía corresponde al estilo cuidado, firme y carente de énfasis de la tradición clásica. Su rostro es serio y muy expresivo, con barba y mirando, como ya hemos comentado, hacia el instrumento musical. Tiene una mano levantada y con la otra sujeta. Las dos figuras plantean un juego entre la belleza de la diosa y el rudo hombre.  

Aunque algunas de las copias romanas no se conservan enteras, gracias a las fuentes conservadas y los estudios realizados sobre el grupo escultórico, se han podido determinar los detalles como las manos o los complementos.

Aún así, las representaciones de este grupo no sólo se han encontrado de forma escultórica. Hay representaciones de Atenea y Marsias en monedas romanas y relieves, así como un vaso ateniense de hacia el 400 a.C..         

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