Julio Cesar Ramirez Nava

Hijo mío

Ya han pasado 2 meses desde que te enterramos aun me arrepiento de no haberte abrazado, extraño cuando llegabas a la casa y me preguntabas ¿Qué como estaba? Ahora yo me lo pregunto continuamente donde quiera que estés en ese amplio cielo, aquí en la escuela tus compañeros y los profesores te extrañan dicen ¿Qué ahora quien les va traer galletas?, intentamos con todas nuestras fuerzas sonreír por los alumnos pero es difícil. Tus hermanos Dalia, Ariel y Eustorgio continuamente vienen a visitarme junto con Yareni tu sobrina, no hay día que me pregunte por ti y yo no tengo el valor de decirle lo que te paso apenas tiene 3 años no creo que tenga porque enterarse todavía de lo que ocurre a su alrededor, siempre pregunta ¿si hoy la llevaras a comprar su yogurth y su chicle? Al final termino comprándoselo yo y le invento que como estas lejos no has podido venir a verla, aunque si lo pienso, no miento con el hecho de que estas lejos de nosotros. El gobierno sigue diciendo que nos va ayudar a hacer justicia y a encontrar a los demás pero solo quedan en palabras, deberías de ver hijo por ustedes miles de estudiantes marchan y protestan por ustedes, lo único que bueno que trajo esta tragedia es que el pueblo está comenzando a defenderse de tanta injusticia que a veces creemos que viene del narco cuando resulta que están disfrazados de policía y políticos. Nunca creí que mi dolor llegaría hacer la pena del país dicen que hasta personajes del extranjero nos apoyan y lamentan lo que nos está pasando, quien iba a creer que después de que nos discriminaron por ser pobres casi te quedas sin velorio y un entierro digno ahora ya nos apoyan, ¿ya para qué? Ya no estás a mi lado, ya no puedo verte en las mañanas despertar y oír cuando regresabas de tus partidos de futbol, si continuo en esta lucha que para mí ya fue perdida es por los padres de aquellos pobre desaparecidos que rezan todos los días porque aparezcan con vida y no con la suerte con la que corriste, y si así lo desea dios al menos tener un cuerpo a quien llorar. Pensé todo este tiempo que lo más horrible que había vivido era el hambre, la pobreza, el hecho de no haberles podido dar a tus hermanos educación y ahora sé que no fue así porque al menos los tenía a todos juntos y vivos, ahora sé que lo más horrible fue a verte dejado partir Ayotzinapan por algo me lo temía pero aun así te deje ir para que al menos tú te superaras, no todo fue en vano porque tus acciones siguen en el recuerdo de muchos, como siempre estará en la mía, tu última llamada aquella noche a tan solo unos minutos de tu muerte, cuando me dijiste estoy bien mamá, como siempre tratando de no preocupar a los demás, preferías quitarte la comida de la boca por dárselo a otros, siempre estaré orgullosa de ti hijo mío, te presumo a cuanto reportero se acerca a preguntar sobre tu vida, como cuando te ibas al campo a sembrar maíz por conseguir

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