Julio Cesar
Enviado por jcmmis • 28 de Agosto de 2013 • 34.336 Palabras (138 Páginas) • 471 Visitas
INTRODUCCION
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Caius Iulius Caesar Augustus (nació en Roma, 23 de septiembre de 63 a. C. – Nola, 19 de agosto de 14 d. C.), Cayo Julio César Augusto, conocido como César Augusto y más habitualmente como sólo Augusto fue el primer y quizás el más importante de los Emperadores del Imperio Romano. Su falta de escrúpulos y deseo de poder, combinados con una innata habilidad política e inteligencia notable, le permitieron obtener sus primeras victorias desde muy joven; victorias que se repetirían a lo largo de su vida convirtiéndolo en el más importante hombre de Estado Romano. No solo vengaría la muerte de su tío-abuelo, Julio César, sino que también, y en contra de todas las predicciones, lograría ganar la guerra por el poder entre los remanentes cesarianos comandados por Marco Antonio y los Senadores Republicanos encabezados por los asesinos de César. Con Octavio, el cual cambia su nombre en dos oportunidades a lo largo de su vida, siendo su nombre-título de Augusto el más recordado y utilizado en su tiempo como señal de un nuevo reinado, y para marcar el carácter divino de su misión, comienza la era de gloria del Imperio. Lo que hoy conocemos como la Pax Romana o Pax Augusta. Apuesto, inteligente y de carácter firme, pero debiendo de haber soportado las inclemencias de su débil salud desde joven, es él ni más ni menos que el arquitecto y constructor de más de cuarenta años de crecimiento constante y una controlada expansión que lograron cerrar las heridas que desangraban a una Roma sufrida de intrigas y batallas personales desde el último siglo de la era Republicana, época marcada por una guerra civil continuada donde el Estado llega a un punto de decadencia tal que la carencia de obediencia a las leyes y un crimen rampante en todos los estratos sociales eran algo cotidiano. Augusto ciertamente fue un prodigio político, y según sus palabras, un real benefactor del pueblo, característica que le ganó el apoyo incondicional de la población. No obstante somos conscientes que no existen los extremos, así, como por un lado, según dice el mismo Augusto que él fue un benefactor, para otros Augusto fue además uno de los mayores exponentes del "pan y circo" como herramienta política. Sin embargo sus políticas dirigidas a la justicia, la agricultura, el urbanismo, y su propia filosofía de que ordenar internamente un Estado era más meritorio que expandir sus fronteras, son las que comienzan esta era de grandeza imperial y prosperidad que hemos mencionado. A pesar de ser el hombre más poderoso del mundo siempre mantuvo la humildad, cuenta así la historia que un asesino Galo enviado a quitarle la vida no lo hizo porque nunca hubiera imaginado que ese hombre tan simple y humilde fuera el Príncipe tan poderoso del que le habían hablado.
SUS PRIMEROS AÑOS
Octavio nace el 23 de septiembre del 63 ac en Roma -más exactamente en la comuna de Velitri- con el nombre de Gaius Octavius Thurinus. Su familia paterna era originaria de Veletri, perteneciente al orden ecuestre, si bien no muy distinguido, era respetable en su mismo entorno social. Entre los más importantes de la familia se encontraban su abuelo un financiero conocido de la zona y su padre quien fuera Pretor de Macedonia, y el cual muere de joven siendo Octavio aún un niño de 4 años (58 AC). Por el lado materno Octavio era el hijo de Atia Balba Caesoria, hija de la querida hermana mayor de Julio César. Tras enviudar Atia contraería matrimonio con Lucio Marcio Filipo, personaje importante en la vida temprana del futuro Emperador ya que se ocuparía de formarlo y educarlo con disciplina férrea.
Octavio ciertamente maduró antes que el resto de los jóvenes y esto quizás se demuestra con que comenzara a vestir la toga virilis a los 15 años -1 año antes que el común denominador de los demás jóvenes en Roma. Así mismo, como si el destino buscara prepararlo para los hechos que pronto llegarían a tocarlo, desde una edad temprana comienza a ocupar obligaciones y cargos, siendo notable el que ocupara un puesto de Pontífice en el Colegio de Pontífices -Collegium Pontificum-. César, ya viéndolo como un futuro ayudante de confianza, se mantuvo constantemente alentando las aptitudes naturales de éste joven, impulsándolo a desarrollar y expandir su potencial. Primeramente lo pidió como ayudante para su campaña en África contra, los que César creía ser, los últimos remanentes de las fuerzas pompeyanas. Sin embargo César solo obtiene una negativa irrevocable de Atia quien declina la oferta argumentando que Octavio era todavía muy joven para la dura vida de la campaña militar -Algo que posteriormente sería utilizado para manchar su nombre cuando Marco Antonio, con falsas acusaciones y mentiras, utilizara esta cercanía de César para sugerir que Octavio era homosexual. El historiador clásico Suetonio nos cuenta que estas fueron acusaciones infundadas realizadas por Marco Antonio con el solo fin de desprestigiar a Octavio y así limitar el cuantioso apoyo con el que éste contaba en los tiempos del Segundo Triunvirato-. No pasarían muchos años hasta que un joven Octavio, deseoso de convertirse en alguien significante, intentara participar en la campaña de Hispania llevada cabo por César, esta vez ya sí, contra los últimos remanentes de las fuerzas pompeyanas. La suerte no lo acompañaría en dicha empresa y una enfermedad lo haría quedar postrado durante el lapso de tiempo en el que las tropas partían a la guerra. Un vez recuperado, y ferviente de ir al frente para probar sus aptitudes, se embarca camino al escenario de batalla con rumbo a Hispania. Sin embargo la suerte volvería a dejarlo de lado y su barco se hunde cerca de la costa, permitiéndole a Octavio y un puñado de sobrevivientes llegar vivos a esta. Al cruzar las líneas enemigas logra llegar al campamento de César, el cual queda tan impresionado por la aptitud de su sobrino nieto que lo haría regresar a Roma en su misma carroza y, secretamente, cambiaría su testamento (45 AC) nombrando a Octavio como su heredero e hijo adoptivo.
LA MUERTE DE CESAR
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Cuando César es traicionado por Bruto y asesinado en el Senado por un grupo de senadores enemigos. Poco después de la muerte de César, incluso inmediatamente, comenzaron los disturbios. El Senado, en gran parte, y varios miembros de la aristocracia romana apoyaban a los asesinos del caído Dictador. Sin embargo el pueblo era otro asunto, los ciudadanos estaban furiosos a causa del asesinato de César. Su cortejo fúnebre se convertiría en el más solemne de la historia Romana e inmediatamente tras este comenzaría la persecución de los asesinos. Varios de los conspiradores, incluso los sospechados, serían perseguidos y lapidados por las calles, debiendo sus familias permanecer encerradas en sus domicilios para así evitar los linchamientos. La cima del problema llega unos días después cuando el cadáver de César es llevado al Foro, para ser su testamento leído en público. Aquí, entre otras cosas, César hacía heredero e hijo adoptivo a Octavio, su sobrino nieto; y además dejaba como herencia una cantidad generosa de dinero a cada ciudadano y convertía sus jardines personales en parques públicos. El pueblo comenzó fuertemente a lamentar la muerte de su benefactor y el malestar general era evidencia de la pronta tormenta que viviría la capital. Aprovechando esta situación un hombre llamado Herófilo diciendo ser "el nieto de Marius" comienza a agitar las multitudes sosteniendo que César fue un real benefactor del pueblo, y que éste fue asesinado por los ricos ya que la aristocracia estaba en contra de su lucha por los plebeyos; dentro de los castigos que proponía no solo los asesinos debían ser masacrados sino todo el Senado. Ese mismo día, bajo la furia y el odio hacia los homicidas, una multitud enorme se dirige a destruir las casas de los asesinos.
Debido a que Herófilo contaba con un considerable apoyo éste presentaba una gran amenaza, ya que si se lo dejaba actuar indudablemente podría causar un gran daño. El Senado, muy a disgusto, debería aceptar la tregua propuesta por dos de sus antiguos enemigos: Antonio y Lépido, que bajo sus cargos de Cónsul y Magister Equitum, respectivamente, poseían el control de las tropas acantonadas en Roma y de la caballería. Esta unión sería dificultosa para ambos bandos, los cesarianos, dejarían a sus hijos como prenda de buena voluntad, y deberían aceptar el restablecimiento de la Constitución Republicana además de reconocer al Senado como autoridad suprema; por otro lado el Senado debería renunciar a ensuciar el nombre de César y sus actos, así como mantenerse "en paz" con Antonio y Lépido.
El movimiento rebelde debía ser detenido, o al menos así hacer parecerlo. Antonio ordena la ejecución de Herófilo, al cual se le niega un juicio previo, lo que hace que sus partidarios acudan violentamente al Foro protestando por el asesinato de su líder. Ante estos incidentes Antonio ordena a las tropas reprimir a los manifestantes, muchos mueren tras el ataque y muchos otros son tomados prisioneros y ejecutados posteriormente.
La unión entre los cesarianos y el Senado fue falsa desde un principio y su mero motivo de vida consistió en la búsqueda de tiempo por parte de los cesarianos; mientras que por el lado del Senado se dio por la necesidad de protección. Queda evidente al observar que mientras Antonio negociaba con el Senado por otro lado se dedicaba a fortalecer cada vez más su posición, algo que en gran medida pudo obtener gracias a que tomando parte de la fortuna de
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