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LA CAÍDA DEL LIBERALISMO


Enviado por   •  17 de Abril de 2019  •  Ensayos  •  3.067 Palabras (13 Páginas)  •  124 Visitas

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LA CAÍDA DEL LIBERALISMO

INTRODUCCIÓN

Pero que es el gobierno sino la mayor de todas las reflexiones sobre la naturaleza humana. Si los hombres fuesen ángeles, ningún gobierno sería necesario. Si los ángeles gobernaran a los hombres, ningún control interno o externo sería necesario.

Al constituir un gobierno que es administrado por hombres, la gran dificultad es la siguiente: se debe capacitar al gobierno para que controle a los gobernados, pero se le debe también obligar a controlarse asimismo.

                                                              James Madison, The Federalist, N°51

¿Cuál es la causa de que el liberalismo retrocediera en el período de entreguerras, incluso en aquellos países que rechazaban el fascismo? 

Los radicales, socialistas y comunistas occidentales de ese periodo se sentían inclinados a considerar la era de la crisis mundial como la agonía final del sistema capitalista. El capitalismo, afirmaba, no podía permitirse seguir gobernando mediante la democracia parlamentaria y con una serie de libertades, que, por otra parte, habían constituido la base de los movimientos obreros reformistas y moderados. La burguesía, enfrentada a unos problemas económicos insolubles y/o a una clase obrera cada vez más revolucionaria, se veía ahora obligada a recurrir a la fuerza y a la coerción, esto es, a algo similar al fascismo. Los sistemas democráticos no pueden funcionar si no existe un consenso básico entre la gran mayoría de los ciudadanos acerca de la aceptación de su estado y de su sistema social o, cuando menos, una disposición a negociar para llegar a soluciones de compromiso. A su vez, esto último resulta mucho más fácil en los momentos de prosperidad. Entre 1918 y el estallido de la segunda guerra mundial esas condiciones no se dieron en la mayor parte de Europa.

La principal razón de la caída de la República de Weimar fue que la Gran Depresión hizo imposible mantener el pacto tácito entre el estado, los patronos y los trabajadores organizados, que la había mantenido a flote. La industria y el gobierno consideraron que no tenían otra opción que la de imponer recortes económicos y sociales, y el desempleo generalizado hizo el resto.

La vulnerabilidad de la política liberal estribaba en que su forma característica de gobierno, la democracia representativa, demostró pocas veces ser una forma convincente de dirigir los estados, y las condiciones de la era de las catástrofes no le ofrecieron las condiciones que podían hacerla viable y eficaz.

La primera de esas condiciones era que gozara del consenso y la aceptación generales. La democracia se sustenta en ese consenso, pero no lo produce, aunque en las democracias sólidas y estables el mismo proceso de votación periódica tiende a hacer pensar a los ciudadanos – incluso a los que forman parte de la minoría – que el proceso electoral legitima a los gobiernos surgidos de él. Lo cierto es que hasta comienzos del siglo xx la democracia existía en pocos sitios aparte de Estados Unidos y Francia (véase La era del imperio, capítulo 4).

La segunda condición era un cierto grado de compatibilidad entre los diferentes componentes el “pueblo”, cuyo voto soberano había de determinar el gobierno común. La teoría oficial de la sociedad burguesa liberal no reconocía al “pueblo” como un conjunto de grupos, comunidades u otras colectividades con intereses propios, aunque lo hicieran los antropólogos, los sociólogos y los políticos.

La meta del liberalismo siempre ha pugnado por el bien de todos, los que apoyaban ese ideal económico utilizaban frases como “la máxima felicidad, para el mayor número posible”, fue el primer movimiento político que quiso promover el bienestar general. La diferencia entre el liberalismo y socialismo que igualmente se identifica con la idea de beneficiar a todos, es en los medios empleados para dar cumplimiento a ese deseo, ya que el socialismo busca primero una igualdad económica para obtener cierta libertad, mientras que el liberalismo pretende que esa libertad sea individual, de mercado y de competencia, permitiendo el desarrollo de la economía de mercado y el ascenso progresivo del capitalismo. (HOBSBAWM, 2003, pág. 142)

LIBERALISMO

Es bueno definir primero que entendemos por Liberalismo, el término liberal ha sido relevante porque a lo largo del último siglo esta palabra ha sufrido múltiples modificaciones, desnaturalizando su contenido y tergiversando su significado tradicional, esto ha traído consigo consecuencias políticas que en la actualidad siguen arraigadas en la sociedad.

El liberalismo es sinónimo de libertad individual, dejando exento al estado de su relación económica. El liberalismo nace en oposición al estado absoluto, este tiene al monarca por encima de toda ley como también única autoridad. La doctrina económica absolutista tiene como base una fuerte intervención del estado, tendientes a la regulación estatal de la economía, a la unificación del mercado interno, al control de los recursos naturales y mercados interiores y exteriores; en cambio, la doctrina que plantea el liberalismo es un mercado libre, sin intervención del estado apoyándose en su economía y propiedad privada.

Luego de todo el auge y esplendor del liberalismo sustentado por la confiabilidad de los sectores industriales, comerciantes e inversionistas, ocasionado por las revoluciones no solamente las del siglo XVIII (Francia y Estados Unidos) sino también las venideras, extendiéndose dicha doctrina económica hacia América Latina en siglo XIX y un siglo más tarde llegó a una etapa de prosperidad, llamada los años felices.

“LOS FELICES AÑOS 20” (PERIODO ENTRE GUERRAS)

Lo denominamos como periodo entre guerras porque la década del 20 con su expansión económica se llevó a cabo entre el año 1922 a 1929 (entre la 1er Guerra Mundial y la 2da Guerra Mundial). En el plano económico internacional, tuvo un periodo de crecimiento descomunal, reflejándose en grandes niveles de prosperidad a nivel mundial, primero en Estados Unidos (1922), luego en Europa (1924) y posterior al resto del mundo.

El crecimiento económico en Estados Unidos fue categóricamente alto, en primer lugar por su participación en la primera guerra mundial, donde no sufrió pérdidas físicas, ni materiales en su territorio. Básicamente su crecimiento se vió reflejado en el desarrollo de la construcción, los servicios, producción de energía eléctrica, industria automotriz, entre otros. Las industrias se modernizaron, y con ello el consumo del sector popular aumento significativamente.

Estados Unidos se convirtió en la locomotora de la economía mundial, el modelo de vida americano fue exportado por todo el mundo. Se trataba del “American way of life”, que rápidamente sedujo a todos los europeos, cimentando el consumo individual de bienes (automóviles, teléfonos, electrodomésticos) impulsado por la publicidad y sostenido por un crédito fácil y las ventas a plazos. (Cámara, 2004)

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