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“LA MANO INVISIBLE DE ADAM SMITH”

caovDocumentos de Investigación12 de Octubre de 2018

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TRABAJO

DE

INVESTIGACION

“LA MANO INVISIBLE DE ADAM SMITH”

ASIGNATURA:        Introducción a la Economía

FECHA:                26/09/2016

Índice

I.- Introducción…………………………………………………………………        3

II.- La “Mano Invisible”……………………………………………..        ………        4

III.- Crítica a la teoría…………………………………………………………        10

IV.- Biografía Adam Smith…………………………………………………..        12

V.- Conclusión………………………………………………………………….        16

Introducción

Adam Smith fue un economista y filósofo escocés, principalmente reconocido como uno de los mayores exponentes de la economía clásica. Toda su filosofía económica se basaba en la creencia del sentido común, defendía el acceso cotidiano e inmediato a un mundo exterior independiente de la conciencia. Smith creía que el fundamento de la acción moral no se basa en normas ni en ideas nacionales, sino en sentimientos universales, comunes y propios de todos los seres humanos.

Del análisis sobre el origen de la prosperidad de países como Inglaterra o los Países Bajos, y del  examen a diferentes sistemas de economía política, en particular, el mercantilismo y la fisiocracia, Smith crea teorías económicas sobre la división del trabajo, el mercado, la moneda, la naturaleza de la riqueza, el precio de las mercancías en trabajo, los salarios, los beneficios y la acumulación del capital.

Es así como desarrolla la idea de un orden natural, que es el resultado del libre ejercicio del interés individual que beneficia exitosamente, sin querer, al bien común en la solución de problemas y satisfacción de necesidades por medio de la libre empresa, de la libre competencia y del libre comercio.

De estos pensamientos y análisis es que surge el término “La mano invisible”, el cual pasaremos a explicar de la forma más evidentemente posible.

Mano invisible

Se puede mencionar que la “mano invisible” es una referencia la habilidad que posee la economía de mercado para lograr el mayor bienestar social mientras se busque el propio interés, es decir a la capacidad auto-reguladora que esta posee. 

La mano invisible es el símbolo del mercado libre y está se convierte en el símbolo transparente de la doctrina económica de Adam Smith.

El término fue acuñada por el filósofo Adam Smith, utilizándolo por primera vez en su obra “Teoría de los sentimientos morales” en el año 1759, pero alcanzó mayor popularidad gracias a su obra magna “La riqueza de las naciones” publicada el año 1776, a pesar de que sólo fue utilizada una vez en este último texto.

Esta término se basa en que la libre competencia es la mejor manera de funcionar de la economía, ya que las soluciones de las posibles contradicciones y problemas sistemáticos que las leyes del mercado crean son generadas por “la mano invisible” del sistema.

Adam Smith baso esta teoría económica en la ausencia del gobierno en labores legislativas referentes al mercado, mencionando que los mandatarios deben ocuparse de otros ámbitos de control como la defensa interior y exterior, en administrar la justicia y en proveer bienes públicos, dejando al mercado a su libre funcionamiento, es decir, a la intervención de la mano invisible.

Smith decía que el rol del mercado es básico y fundamental y que a menor control político o gubernamental exista en las economías, más sencillamente estas encontrarán sus caminos y el máximo bienestar. Según su teoría, la interrelación natural  dada por la demanda y la oferta es capaz para alcanzar el equilibrio de la economía y la fijación natural de los precios.

En este supuesto, la mano invisible presupone que existe una inercia por la cual el mercado y su autorregulación lleva a los individuos a tomar las mejores decisiones para que la mayoría de la población alcance el bienestar. Es decir, se trata de una especie de mecanismo de control automático que compensa las acciones tomadas en su conjunto regulando conformaciones sociales.

Para lo anterior, se asume que la propia autorregulación facilitada a los mercados ayuda a la obtención de un mercado óptimo, donde los individuos deben comportarse de manera que puedan actuar sin intermediaciones del estado y en la búsqueda de su propio interés.

Otro aspecto al que se refiere la figura de la mano invisible presume también que se estimula o se frena a los individuos a producir o no siguiendo el nivel de precios que existen en el mercado. En otras palabras, los precios y ganancias ya son suficiente indicativo para saber en qué momento participar en el mercado o no. Si hay ganancias es un estímulo para la producción, mientras que las pérdidas llevan a los individuos a dejarlo.

Esta teoría es entendida hoy en día como una de las bases del sistema capitalista más puro, y viene a decir que en el sistema económico no debe intervenir el Estado bajo ninguna condición, pues hay una fuerza oculta —descrita como una «mano invisible»— que en los períodos de desequilibrio y crisis económico acaba por ajustar el sistema de manera natural y autónoma. En una crisis como la actual esto significa que el gobierno, la Unión Europea o el Fondo Monetario Internacional no deberían hacer nada, que las cosas por sí solas volverían a su cauce ya que cualquier intervención sólo atrasaría la recuperación.

Los defensores de esta teoría, por tanto, estarían en contra de muchas acciones que se han tomado estos últimos años, acciones que nos suenan a todos, como por ejemplo el rescate financiero de algún banco en quiebra. Un defensor de esta teoría dejaría caer la entidad bancaria, argumentando que es el orden natural de las cosas y que, con el tiempo, todo volvería a su cauce.

Explicado de una forma simple, la gran relevancia de la mano invisible aumenta en la medida en que la sociedad se va desarrollando y la división de trabajo crece. Con la existencia de este orden natural hace que la intervención gubernamental sea innecesaria en la mayoría de las materias y es precisamente que Adam Smith se identifica con el Laissez Faire.

Un ejemplo que señala A. Smith para demostrar la interacción de la mano invisible  en la producción y regulación del mercado los precios consistía en el siguiente:

“Un hombre llamado John mientras tomaba su desayuno admiraba el buitre de madera que el mismo había elaborado. De pronto se le ocurre una idea de esculpir más buitres y venderlos a 200 dólares cada uno, puesto que con esas grandes ganancias se haría rico y así podría conseguir las cosas que siempre había soñado. John decide abrir un local y ponerlos a la venta, a muchos de los espectadores les parecía horrendas las esculturas, por lo que ninguno de ellos se ofrecía para comprarlos. El negocio de John había sido un completo desastre, decide rendirse y desistir del negocio”.

En este caso, la mano invisible “baja el pulgar” en señal de desaprobación, ya que en vez que John produjera algo que la gente demandaba, John produjo lo que él quería. En lugar de fijar un precio accesible para el pueblo, pidió una suma exorbitante. Nadie iba a reponer todo los gastos que a John le había costado producir, además la solución no estaba en cobrar más, sino lisa y llenamente, en no producirlos. 

Volviendo al ejemplo:

John vuelve a su casa y reniega por el fracaso del negocio, en esos momentos John al dar un golpe sobre la mesa, que el mismo había elaborado, se le ocurre nuevamente una idea. Crearía nuevas mesas que con un poco más de experiencia y sensatez buscaría un precio razonable”.

En esta oportunidad, la mano invisible le da su aprobación con el pulgar hacia arriba, esto se debe a que John tomó recursos escasos y ha fabricado de ellos recursos más valiosos que la materia prima con la que empezó a trabajar, pero más valioso no de acuerdo a su gustos, sino de acuerdo con los gustos y demandas de la sociedad.

Podemos deducir del ejemplo anteriormente planteado que los precios y las ganancias indican a los empresarios qué tienen que producir y qué precios deben fijar a sus productos. Altos precios y altos beneficios son toques de atención que les advierte que les conviene empezar a producir cierta mercadería. Pocas ganancias o pérdidas son señales de alarma que acogotan al hombre de negocios y lo sacuden despiadadamente hasta que deja de producir.

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