La Cruda Y Abrumadora Guerra

La Cruda Y Abrumadora Guerra

En la guerra ciertamente no hay un ganador. Todos pierden. Los resultados de los enfrentamientos son sólo  tristezas, lamentos, destrucción, y en su peor caso, la propia muerte. Consecuencias que en su mayoría sufren los inocentes, las personas que ni por casualidad tienen que ver en estos conflictos. Las guerras surgen por diferencias políticas, sociales, económicas, ambientales, personales, etc. Llegan al punto de tener una causalidad incoherente, sin sentido, innecesaria, en donde se derrama sangre y se provoca tristeza de una manera abrumadora, sólo porque sí y porque no. Son hechos desalmados, inhumanos, sin piedad alguna. ¡Imperdonables!. Se les da rienda suelta y luego no se pueden detener, se sale de las manos y termina sin causa alguna.

No digo que exista causa justa para la guerra, sólo que la razón por la que se inicia ésta se pierde y se pelea sin motivo. Los combatientes luchan sin saber siquiera porqué lo hacen, sólo obedecen y dan hasta su vida si es necesario. De acuerdo a Weber C. (n.d). “Cuando hablamos de violencia, inmediatamente la identificamos con agresión, desorden y descontrol y cuando asociamos simplificadamente los jóvenes con la violencia, vemos a éstos como futuros delincuentes”. Se crea una mentalidad violenta en los más chicos. Son “programados’’ para pelear, preparados para la guerra. Desde chicos se puede observar cuáles serán sus actitudes en un futuro. Se hace lo contrario a lo que debería hacerse.

No está mal defender su posición; No está mal tener ideales distintos; No está mal tener gustos diferentes. Al final, las personas se caracterizan por tener diferencias tanto físicas como mentales. Lo malo es cuando se recurre a la violencia para defender sus puntos de vista o posición. No se tiene noción del daño que puede causarle a la sociedad estos conflictos. Los causantes sólo piensan en satisfacer su ego y creerse que están por encima de los demás, sin importar qué. Si se tuviera un poco más de conciencia; Si la tolerancia fuera inculcada en cada persona; Si las personas fueran más sensibles; Si el amor por el semejante abundara en cada quien; Entonces podríamos ser llamados seres humanos. De lo contrario, el término mejor calificado sería animales.

Se piensa que algunos son países desarrollados, pero ni la tecnología ni la economía ni el poder nos van a dar un estatus como lo da el humanismo. No se puede hablar de desarrollo si la moralidad y la ética no son aplicadas debidamente. Hablo para cada caso, desde lo militar hasta lo urbano. Ahora bien, se sabe, una paz total en el mundo no habrá, pero podemos hacer que se aproxime a eso. Y como dice la canción “Si quieres cambio verdadero, pues camina distinto”. El cambio y las acciones deben empezar por uno mismo si se quieren ver resultados.

Como lo dice Torres P. (2015, 22 de mayo) se puede ser óptimos en una negociación de paz si la voluntad es recíproca entre los frentes. Sí de verdad se quiere llegar a un acuerdo tan importante como es procurar –en lo posible- la abolición de conflictos que alteran el orden público debe haber voluntad y el deseo de las partes.

Lista De Referencias:

* Weber C. (n.d) La violencia en el mundo. Monografías [en línea]. Disponible en : http://www.monografias.com/trabajos10/jovviol/jovviol.shtml

* De Roux A. (2015, 22 de mayo). Sobre la paz y la justicia. El país digital [en línea]. Disponible en : http://www.elpais.com.co/elpais/opinion/columna/antonio-roux/sobre-paz-y-justicia

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