La Veladora De Constituyentes

La Veladora de Constituyentes

Relato de personal de vigilancia del Metro Constituyentes.

Recuerdo aquel Diciembre del ´92. El metro lleno de gente para hacer compras de ultimo minuto, era un viernes. Como de costumbre estaba realizando el ultimo rondin de mi turno nocturno, mi compañero estaba en la otra salida haciendo lo propio, los últimos trenes estaban por pasar, cuando al fin llego el ultimo, estaba en los andenes y espere a que toda la gente bajara, para después subir y cerrar las rejas de acceso. Una vez que descendieron, tome camino atrás de ellos, era una familia común, a excepción de que no había figura paterna. Eran dos pequeñas niñas de entre 10 y 12 años y la madre. Un poco mas atrás venia un niño que, por lo que alcance a distinguir, de no mas de 13 años. Se me hizo raro ver a un niño de esa edad a tan altas hora de la noche, pero no le di mucha importancia.

Entre gritos de las niñas jugando y la madre tratando de que se comportaran, pude oír que veniar de casa de un familiar y no habían cenado, ya que le pedían a la mamá pasar a comprar un tamal, cosa que la madre se oponía.

Al ir subiendo los últimos escalones, a una de las niñas se le cae su muñeca, con poca suerte de esta, se fue por el barandal, como si se tratase de una resbaladilla, paso a un lado mio y con tan lentos reflejos que no pude detener su caida. Termino su recorrido desafortunado hasta donde iniciaban las escaleras. El niño (a diferencia miá) con una velocidad endemoniada bajó las escaleras, levanto la muñeca, la sacudio y subio a entregarla a las dos niñas que estaban sollozando después del regaño de la madre por no tener cuidado. Le dieron las gracias cual príncipe azul regresando de una batalla, la niña mas grande de unos 12 años lo abrazo y le dio un pequeño beso en la mejilla mientras agachaba la mirada al momento que le decía: "Gracias" y un poco sonrojada. El niño con esa mirada nerviosa, se toco la mejilla y no dijo mas que "...de nada" , el niño estaba feliz con su recompensa.

En mi rostro no se dibujaba mas que una pequeña sonrisa de lo que acababa de suceder, al llegar a la salida la señora y las pequeñas tomaban camino hacia parque lira, el niño se dirigía al lado contrario rumbo a Ignacio Esteba, mientras yo ponía el ultimo candado de la reja.

Lo que occurrio después aun esta grabado en mi mente;

Escuche un grito de una de las niñas, más fuerte de lo normal. Lo cual me hizo leventar la cabeza, ya que me encontraba poniendo el ultimo candado en la parte inferior de la reja, cual fue mi sorpresa al ver a un hombre de edad madura tratando de levantar a la niña de 12 años, la madre y su hermana entre gritos y desesperación la jalaban, tratando de evitar que se la llevara , de pronto el

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