La convención de las Naciones Unidas sobre los contratos de compraventa internacional de mercaderías

Como resultado de la Segunda Guerra Mundial, el comercio internacional ha crecido, pero la producción ha crecido a un ritmo más lento porque los principales países industrializados han elevado los aranceles e impuesto restricciones cuantitativas. Asimismo, los acuerdos comerciales bilaterales se han duplicado. Gracias a la reunión de Bretton Woods, aparecieron el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), sentando así las bases para el establecimiento de una organización que gestionará estrictamente los asuntos comerciales relacionados con el intercambio de materias primas y productos. El nombre de la organización (OIC) fue solo un intento fallido al comienzo de su desarrollo. Cabe señalar que la intención original era establecer una tercera institución, centrada en el comercio y la cooperación económica internacional, y agregarla a las dos instituciones de Bretton Woods de la misma manera: el Banco Mundial y el FMI. Internacional. Más de 50 países participaron en las negociaciones para establecer la Organización Internacional del Comercio (OIC) como agencia especializada de las Naciones Unidas. Tras el fracaso de la Carta de La Habana, el GATT se convirtió en la única herramienta que puede regular los intercambios mundiales. El Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio comenzó a operar en 1948 y cuenta con 23 estados miembros, entre ellos Estados Unidos, Japón, la Comunidad Europea, Cuba, Chile, Uruguay, Australia, etc. (Soler, 2014, párr. 2)

En los últimos años, el comercio internacional ha mostrado una debilidad inusual y persistente. Sin embargo, para 2017 y 2018, las perspectivas son más optimistas. Sin embargo, estos pronósticos han traído muchos riesgos de regresión. Los resultados reales del comercio internacional en 2017 y más allá dependen en gran medida de los factores que afectan el entorno económico mundial. En particular, los mayores riesgos de incertidumbre política y la posibilidad de adoptar políticas comerciales más aislacionistas son los principales problemas de la comunidad internacional para restaurar el comercio mundial. Los países deben promover el comercio internacional y hacer mayores contribuciones al logro de los objetivos de desarrollo sostenible.

La política comercial debe diseñarse de manera que el comercio no solo promueva el crecimiento económico, sino que también promueva un crecimiento inclusivo y sostenible. Esto significa que, en el proceso de toma de decisiones, las estrategias de promoción comercial deben abordar directamente cuestiones socioeconómicas, ambientales y de desarrollo, como la reducción de la pobreza, la creación de empleo, la seguridad alimentaria y la sostenibilidad ambiental. El desarrollo sostenible, especialmente los objetivos de desarrollo sostenible, debe ser el centro de la estrategia empresarial. Dado que el comercio no puede resolver todos los problemas de desarrollo por sí solo, debe coordinarse estrechamente con las políticas e iniciativas internacionales de otras organizaciones internacionales y agencias de la ONU.

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