La corrupción, un problema endémico

La corrupción, un problema endémico.

La corrupción es, desde siempre, una de las mayores problemáticas más alarmantes para la sociedad peruana, sin embargo, no podemos decir que es una cuestión neta y exclusivamente de este país sudamericano, sino un problema de gran envergadura para toda América latina.

Entre los casos más conocidos de corrupción en la región se cuenta en Brasil “Lava Jato”, Guatemala “La Línea”, Argentina “Cuaderno de las Coimas”, Chile “Penta, SQM y Caval” y México “Casa Blanca”. A estos escándalos, cada uno de ellos realizado a nivel país, se tiene el caso Odebrecht, donde estuvieron vinculados sobornos de USD 800 millones en 10 países de Latinoamérica (Carranza, et al., 2020)

Este problema, no es uno simple ni uno que debiéramos pasar por agua tibia como estamos acostumbrados a hacerlo ya que la corrupción afecta directamente al correcto desarrollo institucional, político, económico y social, decrece aún más la ya poca confianza de la población perjudicando la legitimidad de las instituciones públicas, la credibilidad de los gobiernos y partidos políticos más influyentes.

Si bien podemos decir que existe corrupción, no lograríamos medirla como lo hacemos con la pobreza, el desempleo o demás tópicos ya que en realidad medirla suscita una tarea desafiante, creer y confiar en datos oficiales sería posiblemente muy ingenuo de nuestra parte y es por eso que una manera un tanto más “real” de medir la incidencia de la corrupción en un país es a través del IPC.

El índice compuesto basado en la percepción más conocido es el Índice de percepción de la corrupción (IPC) de Transparencia Internacional (TI), que enumera los países en un continuo

de niveles percibidos de corrupción. Es un índice compuesto de otros 13 índices de 12 organizaciones. Su uso de datos de otras evaluaciones de expertos y encuestas de percepción plantea preguntas sobre sesgos en su metodología (Donchev y Ujhelyi, 2014; Knack, 2007)

Lamentablemente y muy a nuestra contra la mayoría de los esfuerzos por combatir este fenómeno han sido poco fructíferos, es mas inconsciente o a veces conscientemente llegamos a un nivel de tolerancia hacia la corrupción muchas veces abrumador y entonces aparecen preguntas como: ¿la corrupción realmente se encuentra relacionada con las políticas públicas tan mal direccionada y ejecutadas o con aspectos específicos de la sociedad?

Como ciudadanos ya no tan tradicionales deberíamos tener la necesidad de combatir este problema, es más deberíamos enfocarnos en prevenirla, evitando ponernos en situaciones irreversibles y perjudiciales como las que venimos viviendo como país desde hace ya muchos años atrás. Para ello son propondremos algunas medidas y acciones para contrarrestarla:

• Establecer una verdadera política sancionadora.

• Promover un gobierno con participación ciudadana directa.

• Establecer verdaderas políticas de transparencia y acceso a la información pública.

• Llevar una fiscalización minuciosa de los bienes y patrimonio del funcionario tanto antes, durante y después.

Referencias:

Estévez, A. (2005). Reflexiones teóricas sobre la corrupción: sus dimensiones política, económica y social. Revista Venezolana de Gerencia, 10(29), 43-86.

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