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La importancia de la educación para la paz


Enviado por   •  9 de Marzo de 2020  •  Documentos de Investigación  •  2.435 Palabras (10 Páginas)  •  116 Visitas

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Educación para la paz y la convivencia

Si bien la educación para la paz ha tomado fuerza como concepto y como práctica en Colombia por motivaciones necesariamente ligadas a un entorno de posconflicto, se debe reconocer que no es una práctica nueva en el mundo. En el siglo pasado, se vivió el horror y la barbarie más intensos de todos los tiempos. La primera y la segunda guerra mundial negaban el gran triunfo de la razón que proclamaba la ilustración, la creación de la bomba nuclear proclamaba la sentencia más fría y cruda para la humanidad; el hombre tenía el poder para destruir al hombre y a todo con él. Los acontecimientos históricos propiciaron la pérdida del optimismo característico de la modernidad y daban paso al nihilismo histórico de Friedrich Heinrich Jacobi, con base al cual, no había principios morales, religiosos o políticos a los cuales se pudiese aferrar la humanidad.  

Como respuesta a estos acontecimientos, La declaración universal de los derechos humanos marcó un gran hito en la historia, pretendía renovar la esperanza en la libertad, apaciguar el miedo y acabar con la miseria causada por las guerras, además, buscaba realzar los valores humanos que el nihilismo histórico había opacado. Necesariamente, se traía a colación el tema de la paz y, con él, la necesidad de educar para la paz y los derechos humanos. Este fue el contexto que dio vida a la Unesco:

En ese contexto europeo de hace más de sesenta años, la mencionada Declaración señala en su Preámbulo la nocividad que había tenido para el bienestar humano el desconocimiento y el desprecio por los derechos humanos. Más aún, el articulado de la Declaración complementa, en su Artículo 26, inciso 2, la afirmación de la relación entre educación y derechos humanos y destaca que la razón de ser de la educación es el desarrollo pleno de la persona humana, de la mano con el respeto por los derechos humanos, la tolerancia y la paz, entre otros. (Cárdenas, 2016)

Según los planteamientos de la Unesco y la relevancia que ésta ha tomado en la actualidad del ámbito educativo mundial, podemos entender, en primera instancia, que no solo es importante educar para la paz, sino que, además, es esencial; la educación está estrictamente ligada al desarrollo humano, por ende, es indispensable en el escenario mundial.

        En el contexto nacional posterior a la creación de la Unesco, los avances en la educación habían sido casi nulos en los últimos dos siglos. Por ejemplo, según Cárdenas (2016), solo hasta 1933 la mujer tuvo derecho a la educación y solo hasta 1936 se implementaron la libertad de enseñanza y la secularización de la misma, además, Arcila (2002) define que en la década de los 70, por influencia de un nuevo paradigma que estaba dando la vuelta a todo el mundo, se planteó una reforma curricular que pretendía imponerse por parte del ministerio de educación nacional y que estaba fundamentada en la problemática planteada por Philips Coombs en su libro la crisis mundial de la educación, que demostró el gran potencial mercantil del núcleo estudiantil en todo el mundo.

Se buscaba adquirir control sobre el material humano que representaba el estudiantado mundial, reconociéndolo como una fuerza obrera en potencia y volviendo al maestro un instrumento sin voz que propiciara este escenario, sin embargo, estaba por suceder en Colombia un paradigma social sin precedentes hasta el momento y era el nacimiento del llamado movimiento pedagógico (1982), que se constituyó como uno de los acontecimientos más importante llevados a cabo por la Fecode, dirigida en el momento por Abel Rodríguez. Su motivación inicial era la lucha contra esta reforma que proponía el ministerio de educación nacional.  El movimiento pedagógico reunió a maestros de todo Colombia y promovía, entre otras cosas, el derecho a la educación y la función social de la misma.

Gracias a la emergencia histórica del movimiento dirigido por Abel Rodríguez, y otros movimientos sociales, se lograron grandes avances para la educación en Colombia de cara a la constitución del 91, entre ellos el artículo 67:

La educación es un derecho de la persona y un servicio público que tiene una función social; con ella se busca el acceso al conocimiento, a la ciencia, a la técnica, y a los demás bienes y valores de la cultura. La educación formará al colombiano en el respeto a los derechos humanos, a la paz y a la democracia; y en la práctica del trabajo y la recreación, para el mejoramiento cultural, científico, tecnológico y para la protección del ambiente. El Estado, la sociedad y la familia son responsables de la educación, que será obligatoria entre los cinco y los quince años de edad y que comprenderá como mínimo, un año de preescolar y nueve de educación básica. La educación será gratuita en las instituciones del Estado, sin perjuicio del cobro de derechos académicos a quienes puedan sufragarlos. Corresponde al Estado regular y ejercer la suprema inspección y vigilancia de la educación con el fin de velar por su calidad, por el cumplimiento de sus fines y por la mejor formación moral, intelectual y física de los educandos; garantizar el adecuado cubrimiento del servicio y asegurar a los menores las condiciones necesarias para su acceso y permanencia en el sistema educativo. La Nación y las entidades territoriales participarán en la dirección, financiación y administración de los servicios educativos estatales, en los términos que señalen la Constitución y la ley. (p. 29)

        De esta manera, la educación no solo se constituyó como un derecho y un deber, sino que iba en perfecta congruencia con lo dictaminado por la Unesco, con base a lo cual, la educación es herramienta fundamental para la formación en la paz y los derechos humanos.  

Sin embargo, el triunfo no tardó en truncarse, Arcila (2002) afirma que la situación vivida diez años después de la reforma constituyente es similar a la vivida en la década de los 70 pero reforzada con la manifestación del conocimiento como fuente de riqueza universal.

En los últimos dos decenios, Colombia se ha visto afectada por el conflicto armado que, a pesar de todo, no cesa. Si bien, los avances en el tema de la educación para la paz no has sido nulos, en 1994 se implementó la Ley 115 enfocada no solo al desarrollo de la paz, sino también al desarrollo de los derechos humanos, se constituyó como la base fundamental del trabajo docente desde las aulas de clase y que posteriormente se constituyó en el plan decenal de educación con el enfoque principal de la educación en función de la paz y la convivencia (Cárdenas, 2016). Además, no se puede ignorar la implementación de la cátedra de paz en el año 2014 por el gobierno de Juan Manuel Santos, mediante la Ley 1732:

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