Los Abrazos de Héctor

Los Abrazos de Héctor

Todos sabemos que los niños son muy cariñosos. En esta ocasión me toco vivir esta linda experiencia, en mi labor como educadora me mandaron al Jardín de Niños “Benito Juárez”, el primer día que llegue estaba muy nerviosa me imagine que era normal ya que era la primera vez que iba, llegue y pase a la dirección para que me asignaran un grupo y me toco estar con los niños de tercero , al principio creí que iba a ser difícil ya que eran los niños mas grandes y que no me iba a obedecer en nada de lo que les dijera, Estaban presentando el homenaje como todos los lunes, después de eso pase al salón de clases.

Primero me presente con la maestra de grupo y me empezó a platicar sobre el grupo, me empezó a decir cuales eran los niños mas traviesos, quienes te hacían caso, como trabajan, entre otras cosas. En ese momento dije en mi mente asustada “No voy a poder con este grupo”, después de platicar con ella, me presente con el grupo de niños, al principio soné muy nerviosa y penosa les dije mi nombre, ni me dejaron terminar porque todos me empezaron a preguntar cosas, por ejemplo una de las preguntas que me hicieron fue la de ¿A que iba a su salón? Y si la Maestra Alejandra se iba a ir, en ese momento me reí y les dije que solo fui para trabajar, con ellos una semana y que su maestra no se iba a ir a ninguna parte.

Como era el primer día los niños todavía no sentían esa confianza conmigo y me hablaban muy poco, yo trataba de convivir con todos al mismo tiempo pero se me dificultaba. Tuvieron diferentes actividades, primero salieron a educación física ahí poco a poco me fueron hablando, después de eso tuvieron clases de artística salimos al patio porque la actividad era sembrar plantas, fue divertido y con eso se le dejo una enseñanza al niño que era Aprender a cuidar las plantas, ya que también

son seres humanos y necesitamos de ellas para poder vivir ya que son las que nos proporcionan oxigeno.

Y gracias a la convivencia que tenia con ellos, al ver que me involucraba en sus actividades, y los ayudaba fue que surgió la confianza, los niños se empezaron a juntar conmigo, a la hora de la entrada todos me saludaban me decían “Buenos Días Maestra” y escuchar eso me hacia sentir bien, me ponía feliz, lo mismo pasaba a la hora de la salida se despedían con un beso en la mejilla. Pero en especial hubo un niño que me abrazaba todo el día sentí que se apego mucho conmigo. El nombre de ese niño es Héctor, el era muy cariñoso. Con el paso de los días le tome cariño a todos los niños, cada uno de ellos tienen algo en especial, que con solo ver su carita te transmiten alegría y felicidad. Con solo una travesura que hacían o cualquier ocurrencia que decían me sacaban una sonrisa.

El último día de mi visita tenía

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