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SUGIEREN LA COMPRA DE PRODUCTOS DE TEMPORADA PARA REDUCIR COSTOS

El alto costo de la vida obliga a los hondureños a buscar alternativas para afrontarlo, sobre todo cuando las nuevas reformas fiscales aprobadas en enero pasado, el entorno económico internacional y la capacidad de compra influyen de forma determinante.

Ante esa realidad, el último aumento al salario mínimo de un hondureño, fijado en L7, 417 para este año, es insuficiente para sostener la economía de la mayoría de los hogares.

Hace dos días entró en vigor, tras ser publicado en el diario oficial La Gaceta, el decreto ejecutivo número 2-2014 que contempla la derogación del 15% del impuesto sobre ventas a más de 180 productos de la canasta básica, pero algunos comerciantes aducen que será difícil acatar la medida porque otros costos serán trasladados a sus operaciones.

No obstante, en dicha normativa se ordena a las autoridades de la Secretaría de Industria y Comercio (SIC) que, en coordinación con las asociaciones de protección de los consumidores, verifiquen el cambio de precios en los productos hasta que regresen a su estado original.

En este sentido, algunos expertos advierten sobre una posible especulación de precios, la que deberá ser contrarrestada para evitar que se prolongue la situación.

Especulación

Para el economista Raúl Reina “no hay nada que afecte más que la incertidumbre, porque se genera especulación y los precios se mantienen elevados”.

Otros analistas opinan que de poco o nada servirá la derogación del tributo porque algunos empresarios utilizarán de excusa los aumentos aplicados a los combustibles y a otras materias primas que estaban exentas y ahora tendrán el 15% de ISV.

Según el último reporte del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), la canasta familiar cuesta L5,079.36.

Sin embargo, las cifras de la Dirección General de Trabajo establecen que el conjunto de productos costaba más de L7, 000 al cierre del año pasado.

Al restar el costo de la canasta básica al salario mínimo, lo que le queda a un hondureño que gana un sueldo promedio son L2,337.64. De ese monto también deberá cubrir los pagos de la renta y los servicios de agua, luz, transporte, educación, salud, entre otros.

Guillermo Altamirano, analista económico, asegura que ni el 43% de la población económicamente activa tiene sueldo fijo. “Con tan poco dinero no se puede vivir. En el país, siete de cada diez hondureños son pobres. Cada familia está conformada por 4 ó 5 miembros, lo que implica que no pueden cubrir los gastos de un mes”, detalla Altamirano.

Cómo asumir el gasto

Altamirano recomienda a los consumidores comprar los productos de temporada y aprovechar el volumen para reducir los costos; mayor uso del transporte público y ahorrar agua y energía en el hogar.

“La gente debe hacer una lista de lo que necesita para no comprar de más. Quienes tienen carros tratar de viajar menos para que rinda el carburante”, apunta. Lenín Palencia, asesor financiero de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés (CCIC), sugiere a la población que adopte una buena disciplina para no tener gastos superfluos.

“Deben buscar lugares donde los precios sean más accesibles, como las ferias del Agricultor y los Banasupro”, dice. Otro punto importante es el buen uso de las tarjetas de crédito. Es decir, con prudencia. “Hay que tener control. Deben ser pagadas mes a mes porque los intereses son muy altos. Sin duda mucha gente buscará compensar el faltante con las tarjetas o préstamos”, concluye.

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