Negociación
ricardo720028 de Agosto de 2012
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La negociación es una de las
actividades humanas más antiguas,
si no es la más antigua.
No solamente el hombre negocia,
los animales y aún las plantas
lo hacen. Existen las relaciones
simbióticas, de cooperación,
de aviso y defensa, de auxilio
mutuo y muchas relaciones
negociadas en las que se ensamblan,
básicamente, dos factores:
el interés y la relación de
poder.
Frecuentemente se cree que
una relación muy asimétrica de
poder físico hace imposible una
negociación. Esto no es cierto;
de otra forma el cocodrilo se comería
a las pequeñas aves que
le hacen la limpieza bucal. Si los
animales pueden establecer claramente
lo que les interesa, y
lo que les conviene, más allá de
su relación de poder, deberíamos
esperar que el ser humano
fuera aún más objetivo en el
curso de una negociación.
Lo anterior no es necesariamente
cierto, haciéndonos sospechar
que el instinto es más
La naturaleza de la NEGOCIACIÓN
Por Juan Carlos Ramírez
certero que la razón, y por supuesto,
más certeros ambos que
las emociones. Esta última característica
del ser humano es
la que produce un marco especial
en las negociaciones. Los
sentimientos de temor, la ambición,
la soberbia, la envidia, la
desconfianza, y otros por el estilo,
influyen en las negociaciones
humanas con increíble impacto,
provocando muchas veces resultados
que la razón, y hasta el instinto,
no pueden evitar.
Uno de los primeros pasos que
debe seguir quien analiza un proceso
de negociación es determinar
los intereses de las partes.
Intereses y posiciones no es lo
mismo. La posición de una parte
puede expresarse taxativamente,
mientras que el verdadero
interés casi siempre está
oculto y es lo que determinará
verdaderamente el final de la
negociación.
Puede ser que los representantes
de un grupo tengan como
único interés mantener su dominio
político, pero su posición
aparece en defensa de -por ejemplo-
la aplicación de subsidios.
A partir de ese momento todos
los actores se ocupan de negociar
subsidios, cuando el interés
de la otra parte es mantener
su vigencia como un poder político
y social. Es, por lo tanto, en
extremo importante diferenciar
las posiciones, que son un medio,
de los intereses, que son
un fin.
El otro punto central es el
manejo del poder y de las emociones.
Este último aspecto es
central, desde que bien analizada,
la opinión pública es un
agregado de emociones, o ausencia
de ellas, más que ninguna
otra cosa. El fin de la guerra
de Vietnam se originó en un
radical cambio en los sentimientos
de los estadounidenses
más que en otra fuente.
La negociación, entonces,
pasa por tomar en cuenta las
emociones de las otras partes;
probablemente reducir el temor
resulte mejor que presentar cuadros
estadísticos y proyecciones
de series de tiempo. Y ese manejo
emocional, al interior de la
negociación, pertenece más al
mundo de la semiótica que al del
comercio y las finanzas.
Los conocidos gráficos de propensión
o aversión al riesgo que
existen en todo grupo negociador
pueden modificarse tomando
en cuenta que hay ambientes
que
...