Palabras De Despedida

QUERIDO ALUMNO.

Buenos días maestros, maestras, compañeros, padres de familia y público que nos acompaña.

Hoy es un día muy impórtante para nosotros, pues hemos concluido una etapa más de nuestra formación, una etapa más de nuestra vida, hoy llenos de alegría, pero con la nostalgia acuesta porque dejaremos para siempre esta casa del saber; que nos vio crecer, jugar, llorar y esas grandes travesuras que quedan como recuerdos en nuestros salones y en la mente de nuestros maestros, los extrañaremos de eso estamos seguros.

Por eso hoy dedicamos con amor, alegría, nostalgia y un sinfín de emociones estas palabras.

Ahora que te veo pasar de niño a adolescente quiero hablarte de como cambiara tu vida.

Quiero hablarte de tus nuevas realidades: aquellas en las que el bueno no triunfa siempre, quiero prepararte para las nuevas sensaciones que viene con la edad, para el dolor o la alegría que ocasiona un gran amor; para las satisfacciones que genera una amistad verdadera y la tristeza tan profunda que deja un gran amor.

Quiero enseñarte enfrentar los problemas con juicio, firmeza y temor.

Quiero que comprendas que a pesar de la corrupción social, económica y política que vivimos a diario, todo en la vida es factible, confiable, fácil de resolver y manejable de una manera honesta.

Voy aponer a tu disposición las herramientas necesarias para formar tu personalidad, para elaborar tu futuro, para fortalecer tu carácter. Con ellas descubrirás que para ser un hombre sano deberás ejercitar tu cuerpo, nutrir tu intelecto, apoyarte en la fe, ayudar a tu prójimo, obedecer las leyes, luchar por tus ideas y respetar las ajenas.

Quiero sobre todo aprendas a decidir por ti mismo y aceptar tus responsabilidades, para que nunca te lamentes de haber permitido que otros forjen tu destino, para que nunca mires atrás con nostalgia por lo que pudo haber sido, sino que siempre te sientas satisfecho por lo que fue.

Yo alabare tus triunfos y sufriré contigo tus derrotas, seré cómplice de tus logros y de tus fracasos y en lo bueno y en lo malo seré incondicional contigo.

Aprenderás que no estás solo en este mundo; que eres parte importantísima de un núcleo familiar y social que se extiende a medida que te relaciones con tu medio.

Por ello deberás reflexionar antes de actuar, para calibrar con certeza las consecuencias de tus actos y su potencial efecto sobre aquellos que te quieren.

Quiero enseñarte, alumno mío, que puedes ser bueno sin que abusen de ti; que se puede ser valiente sin arriesgar inútilmente la vida; que no serás menos hombre porque llores o sientas miedo.

Sé muy bien que el camino del adolescente es difícil de transitar; lo sé porque lo he recorrido y

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