ROMA UN RETRATO EXPANSIVO Y EMOCIONAL

ROMA: UN RETRATO EXPANSIVO Y EMOCIONAL

María F. Deffitt. 27.894.421. Periodismo III - B.

Alfonso Cuarón, como director, guionista y jefe de fotografía, se complace al distribuir a través de la plataforma digital “Netflix”, junto a las productoras Participant Media y Esperanto Filmoj, su más reciente obra: “Roma”, una película de drama social mexicano que inició su producción en otoño del año 2016 en diferentes locaciones dentro de México, y se estrenó finalmente en 2018. La película, ganadora de 3 de las 10 nominaciones a la Academia (Entre los que destacan Mejor Director, Mejor Película Extranjera y Mejor Fotografía), cuenta con la actuación de la inexperta Yalitza Aparicio, junto a Mariana de Tavira, para traer a la vida una historia que relata una serie de acontecimientos ocurridos durante la agitación política mexicana en la década de los 70.

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En efecto, la trama de este drama familiar, manejada con delicadeza, viene siendo inspirada alrededor de uno de los aspectos de la vida de Cuarón desde que tenía meses de nacido, específicamente, en la criada que se encargó de cuidarlo durante su niñez. Uno de los principales propósitos del director al presentar aquella serie de absorbentes y conmovedoras escenas, es evidenciar la desigualdad en la que vivían las mujeres de servicio en México para ese entonces, convirtiéndose en su película más íntima e intensa hasta el día de hoy.

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Cuarón proyecta sus recuerdos del pasado para atraer consciencia al mínimo desarrollo de la sociedad mexicana en cuestiones de raza, clase, violencia y humanidad, pintando un retrato realista de conflictos domésticos e imborrables jerarquías sociales de la época.

Entonces, la película relata la historia de Cleo (interpretada por Yalitza Aparicio) una joven empleada doméstica de origen Mixteco que vive en la colonia “Roma”, en Ciudad de México, a principios de los 70, reflejando la relación entre una familia de clase media alta y sus empleadas indígenas.

Por lo tanto, el cineasta inicia la historia demostrando como la familia, aunque considerablemente tradicional para la época, se encuentra bajo presión. La vida personal de la protagonista, Cleo, comienza a mostrar signos de tensión y disfunción, al mismo tiempo que la de sus empleadores, Sofía y Antonio, insinuando ápices de infelicidad.

La sucesión de eventos a partir de allí son un preludio al posterior desastre, la responsabilidad de la crianza de los menores de la casa cayendo sobre Cleo, el corazón de esta cinta cinematográfica. El personaje se muestra como una sirviente tímida y silenciosa, digna de valor y gracia.

Asimismo, la devoción del dirigente de filmación al personaje principal coloca a todo espectador en sus zapatos en algún momento durante la película, a través de escenas crudas y dolorosas, dignas del derramamiento de lágrimas o simplemente una presión en el pecho, denominadas como escenas en el que el trauma se intensifica.  

Es evidente que a pesar de que la protagonista, miembro del personal doméstico, se encuentra subordinada a sus jefes, la relación con la familia a la que atiende es estrecha, con una dinámica convencional que sugiere que puede ser también parte de la misma por medio del trabajo emocional y el afecto genuino. 

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