Reforma Hacendaria

El Presidente Enrique Peña Nieto presentó la esperada reforma fiscal, misma que, en medio de la coyuntura económica, plantea una base sólida que busca impulsar la productividad y competitividad, enfocar el gasto público y crear una política social trascendente.

En términos otros términos, la reforma está encaminada a cumplir tres objetivos principales: 1) Crear una nueva red de protección, con un enfoque de exigibilidad de derechos para los mexicanos; 2) Establecer un sistema tributario más justo, simple y transparente, e 3) Impulsar un crecimiento económico para la economía mexicana.

Desde un enfoque realista, esta reforma plantea un proyecto eminentemente social que, entre otras cosas, pretende acabar con privilegios fiscales, y establece dos políticas públicas necesarias: La pensión universal y la creación de un seguro de desempleo.

Lo anterior es importante porque, en la actualidad, el 61.2 por ciento de los mexicanos carece de acceso a la seguridad social, lo cual significa que más de la mitad de la población no cuenta con una pensión para la vejez. Con esta propuesta se garantiza que todas las personas mayores a 65 años que tenga un ingreso mensual de 15 salarios mínimos o menos pueda contar con este beneficio.

A su vez, el seguro de desempleo, el cual no tiene precedente en nuestro país, permitirá que todos los trabajadores del sector formal puedan recibir un apoyo económico hasta por seis meses cuando pierdan su empleo; ello evitaría su incorporación al mercado informal, a fin de obtener ingresos. México es el único país de la OCDE que, hasta el momento, no cuenta con esta prestación social.

Con la intención de establecer un sistema tributario más justo, la reforma plantea la eliminación del 77 por ciento de los regímenes preferenciales y el 47 por ciento de los tratamientos especiales, entre los cuales se encuentran el régimen de consolidación fiscal, el simplificado y la deducción inmediata de inversión. También, bajo una política de equidad en la tributación de impuestos, se gravan las utilidades de la Bolsa de Valores en un 10 por ciento.

Tomando en cuenta la situación económica en la que vive buena parte de los mexicanos, la reforma no grava el Impuesto al Valor Agregado (IVA) en alimentos ni medicinas, y tan sólo aumenta la tasa máxima del Impuesto Sobre la Renta (ISR) para personas físicas, del 30 al 32 por ciento, cuando el ingreso es igual o mayor a 500,000 pesos al año.

La eliminación de los impuestos de Depósitos en Efectivo (IDE) y el Empresarial de Tasa Única (IETU) es otro aspecto a destacar, pues no lograron recaudar los ingresos previstos, además de ser ineficaces y hacer la recaudación más compleja.

Además, propone un nuevo régimen fiscal para Petróleos Mexicanos que le permitirá hacer mayores inversiones en favor del desarrollo nacional y fortalecerá el manejo responsable de sus finanzas como política

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