Busca de la Felicidad

Crítica: El talento no es suficiente. El deseo de conseguir algo, esa iniciativa, ese ánimo, esa decisión, es normalmente el factor que marca la diferencia entre la mediocridad y el éxito. Cuando esa ambición viene además acuciada por la necesidad, sólo hay dos salidas. La destrucción o un éxito incuestionable. En Busca de la Felicidad medita sobre esa incierta meta. La existencia de la felicidad humana es algo difícilmente demostrable aunque el sufrimiento sea palpable. Normalmente la felicidad es un estado tan lejano que precisamente, y como la frase indica, nuestro único derecho es poder buscarla aunque jamás la encontremos. Como casi todos los filmes de este tipo, En Busca de la Felicidad incide en la demostración práctica de que el sueño americano es posible. Que existe. Que no se limita a una mera búsqueda, sino que también hay individuos que la encuentran. Cierto es que este proceso ha sido mostrado hasta la saciedad, en una cansada insistencia de que cualquiera puede mejorar. Pienso existencial ni más ni menos, para los estómagos ávidos de esperanza de los perdedores, que somos muchos y de muy variopintos contextos. Afortunadamente, este talentoso Chris Gardner no se contenta con mostrar tan sólo la parte azucarada de la vida. Vivió el sueño americano, sí. Pero también su pesadilla. Sin rubores, y gracias a una conmovedora interpretación de una ascendente Newton y un comedido Smith (el grande), En Busca de la Felicidad muestra el lado siniestro y paupérrimo de la sociedad capitalista americana. No sólo viven triunfadores en el territorio del imperio. Estar en esa inacabable cola de la pobreza, o pasear a toda velocidad en un descapotable ante ella, es una diferencia marcada por simples circunstancias, a menudo arbitrarias. Aleatorias. O tal esto sean sólo excusas de perdedores. Otros, más clarividentes, intuirán que la verdadera fortuna, con ambición, esfuerzo e inteligencia, no se obtiene, sino que se merece.

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