VIOLENCIA FAMILIAR
MIGU3L0T0RR3S27 de Abril de 2014
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La violencia familiar es un tema muy interesante ya que en los últimos años han ido incrementando las afectaciones a ciertas personas, por algunos tipos de violencia, y es interesante enfocar y abordar este tema que, si bien es antiguo no ha dejado de perder fuerza y por el contrario nos encontramos en una época en donde lejos de disminuir delitos que se consideran graves van en ascenso y parecen no tener control. Además cabe mencionar que este tipo de ilícitos son siempre cometidos por un hombre hacia una mujer, o por lo menos así se ha generalizado por la sociedad, por lo que considero relevante e importante abordar el tema de la violencia familiar desde un punto de vista diferente al habitual y este consiste en la violencia que además de ser cometido hacia el sexo femenino, también existe violencia familiar cometida en contra de hombres, los cuales no por ser el considerado “sexo fuerte” quiere decir que no sufran afectaciones, estudios han comprobado que tanto hombres como mujeres sometidos a diversos tipos de violencia sufren las mismas o semejantes consecuencias, por ello en este libro le brindare al lector además de los temas mencionados, temas tales como, tipos de violencia, tratamiento, penas a quienes incurran en este ilícito entre otros.
CAPITULO I VIOLENCIA FAMILIAR.
1.1 VIOLENCIA FAMILIAR
La violencia familiar es la que se produce en el lugar que debería ser el más seguro: El propio hogar. Sin embargo, por razones culturales, en nuestro país este tipo de violencia, hasta hace poco tiempo, fue considerada algo natural y se justificaba que, como medio disciplinario y correctivo, los padres golpearan y humillaran a sus hijos, y a su vez se pensaba que un hombre estaba en su derecho si golpeaba a su esposa. La violencia era considerada el destino de miles de mujeres, niños y niñas, y ancianos y ancianas de nuestro país.
Desafortunadamente, aunque a nivel social se condena la violencia, hoy en día, se sabe que el 66% de las mujeres mexicanas sufre o ha sufrido algún tipo de violencia familiar. Muchas veces los agresores y las víctimas no alcanzan a identificar que viven en un ambiente violento que no tienen por qué aceptar.
La violencia familiar se produce cuando uno de los integrantes de la familia, abusando de su autoridad, su fuerza física y su poder, maltrata física, emocional o sexualmente a otro de sus miembros.
La violencia familiar no se justifica bajo ninguna circunstancia y que no es sino la expresión de abuso de poder y de cobardía.
En la actualidad la violencia familiar está tipificada como un delito y es considerada como causal de divorcio (para el D.F. no es causal de divorcio) y de limitación para el ejercicio de la patria potestad sobre los hijos. Cuando algún adulto permite que un miembro de la familia agreda o sea víctima pasiva de la agresión, está haciéndose cómplice de la violencia. No hay que confundir el respeto que se debe a las figuras de autoridad en la familia, con la sumisión indiscriminada a sus actos violentos.
Los comportamientos violentos se aprenden y legitiman no sólo en la calle, sino también en el seno familiar. La familia es un espacio en el que se transmiten pautas y prácticas culturales; a través de ella se inculcan hábitos, se crean e intercambian lazos de solidaridad y comprensión, pero también problemas y conflictos.
La violencia familiar afecta no únicamente a aquellos miembros que son víctimas directas de ella, sino también a quienes atestiguan los actos violentos. La violencia entre padre y madre afecta a los hijos lesionando su autoestima y su confianza en los demás y en el futuro, creándoles problemas psicológicos y emocionales que impiden su pleno desarrollo humano.
La violencia contra la mujer por parte de su pareja o ex-pareja está generalizada en el mundo, dándose en todos los grupos sociales independientemente de su nivel económico, cultural o cualquier otra consideración. Aun siendo de difícil cuantificación, dado que no todos los casos trascienden más allá del ámbito de la pareja, se supone que un elevado número de mujeres sufren o han sufrido este tipo de violencia. Estudios realizados en países por desarrollar arrojan una cifra de maltrato en torno al 20%, encontrándose los índices más bajos en países de Europa, en Estados Unidos, Canadá, Australia y Japón con cifras en torno al 3%.16
La mayoría de las víctimas oculta que existan esos problemas por temor a ser juzgados en la sociedad. La indecisión es una de las causas para no admitir la situación así como el estereotipo dominante de la feminidad en Occidente, donde no se considera como atributo de las mujeres el ejercicio de la violencia activa.
También entra el aspecto de la educación y del entorno social que se vive desde niños, a un hombre que es maltratado psíquica o físicamente por su pareja, se le atribuye que es un hombre "débil", o es agredido por sus amigos o compañeros de trabajo y es precisamente por esto que no está dispuesto a denunciar y mucho menos a buscar ayuda.
Unas de las consecuencias de la violencia doméstica es la depresión. Las mujeres que sufren violencia doméstica corren un mayor riesgo de estrés y trastorno de ansiedad, en particular los trastornos resultantes del estrés postraumático. El intento de suicidio y depresión se conectan estrechamente la violencia en pareja. La violencia contra la mujer impide que participen plenamente en sus comunidades en los planos económicos y sociales. Las mujeres en violencia tienen menos probabilidades de tener empleo.17
En todas las relaciones humanas surgen conflictos y en las relaciones de pareja también. Las discusiones, incluso discusiones fuertes, pueden formar parte de la relación de pareja. En relaciones de pareja conflictivas pueden surgir peleas y llegar a la agresión física entre ambos. Esto, que podría alcanzar cotas de violencia que serían censurables y perseguibles, formaría parte de las dificultades a las que se enfrentan las parejas. El maltrato no es un concepto relacionado con esto; en el maltrato el agresor siempre es el mismo: Por definición, el conflicto es una modalidad relacional que implica reciprocidad y es susceptible de provocar un cambio. Por el contrario, el maltrato, aunque adopte las mismas formas (agresiones verbales o físicas), es unilateral, siempre es la misma persona la que recibe los golpes».18
En la pareja, el maltrato contra la mujer tiene unas causas específicas: los intentos del hombre por dominar a la mujer, la baja estima que determinados hombres tienen de las mujeres; causas que persiguen instaurar una relación de dominio mediante desprecios, amenazas y golpes.
Los hombres que maltratan a su pareja son motivados por una necesidad de dominar y controlar a su pareja. En una revisión de múltiplos trabajos los principales resultantes indican que los agresores suelen presentar con frecuencia alteraciones psicológicas como falta de control sobre ira, dificultades en la expresión de emociones, déficits de habilidades de comunicación y de solución de problema y baja autoestima.“Existen diferentes tipos de hombres violentos -agresores limitados al ámbito familiar, agresores con características borderline/disfóricas y agresores violentos en general/antisociales- que requieren programas de tratamiento, adaptados a sus características y necesidades específicas” Pág. 27.19
Los rasgos más visibles del maltrato son los golpes y los asesinatos, los cuales trascienden del ámbito de la pareja; sin embargo, los maltratos de baja intensidad, los maltratos psíquicos que, mantenidos en el tiempo, socavan la autoestima de la mujer, son los que mayoritariamente se dan.20 Cuando trasciende un caso de maltratos, la mujer puede llevar años sufriéndolos. Y si los maltratos pueden producirse en cualquier etapa de la historia de la pareja, es en el momento de la ruptura y tras esta, si se produce, cuando llegan a exacerbarse.
Repercusiones de la violencia familiar
Las niñas y niños que proceden de hogares con problemas de violencia, reproducirán las mismas conductas violentas de sus padres cuando formen sus propios hogares. Con frecuencia los niños provenientes de hogares violentos presentan un bajo aprovechamiento escolar y problemas de conducta.
Como es obvio, la violencia que se ejerce en los hogares repercute negativamente en el funcionamiento de la sociedad, por lo tanto es fundamental prevenirla y erradicarla.
Las distintas caras de la violencia
La violencia no sólo se presenta en forma de golpes. Puede expresarse como una mirada de reproche hasta la violación y en caso extremos, la muerte.
Puede incluir:
Burlas, insultos y menosprecios.
Humillaciones en público y en privado.
Abandono y negligencia en la atención a necesidades básicas.
Coscorrones y pellizcos.
Gritos y silencios hirientes.
Amenazas y lesiones.
Abusos sexuales.
Muerte.
En distintos grados y momentos, la mayoría de las familias incurre en alguna situación de violencia. Sin embargo, esta situación se torna en problema cuando de manera cotidiana se recurre a la violencia como la forma habitual para establecer contacto entre los miembros de la familia.
Convivir con una persona violenta es sumamente difícil, implica un desgastante esfuerzo físico y emocional. Aunque es muy importante hacer lo posible para convivir sana y tranquilamente, todo tiene un límite: El de la preservación de la integridad física y emocional de todos los miembros de
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