Crespo Toral, Remigio

scritor ecuatoriano. N. en Cuenca (Ecuador) el 4 ag. 1860, sexto hijo de Manuel Crespo Patiño y Mercedes Estévez Toral y Sánchez de la Flor. Fue bautizado en el mismo día, mientras la guerra civil agitaba al país. Su padre era hijo de un oficial español, y su madre procedía del rancio abolengo castellano. Crece en el valle del Quinjeo y de su madre recibe toda educación. En su obra Apuntes autobiográficos (Cuenca 1909) escribe sobre sí mismo como un caso de autoeducación. Su primer poema lo redacta a los ocho años; es como un rapto delante de su madre, quien lo creyó enfermo. En La leyenda de Hernán (1917), relato autobiográfico en verso, narra su viaje a Cuenca, donde continúa estudios secundarios en el colegio S. Luis de los jesuitas. Desde el segundo año comienza a escribir regularmente y se afirma su vocación. Sus primeros poemas están impregnados de devoción y amor a la Virgen del Ejido. Es también alumno privado del célebre historiador mons. González Suárez, quien le encauza hacia Cervantes y Chateaubriand. En 1877 inicia sus estudios universitarios de Derecho y nueve años más tarde defiende su tesis doctoral. En 1879 funda la Acad. de Derecho Público, bajo la dirección de Matovelle. Un año más tarde es elegido presidente de El Liceo de la Juventud. En 1881 funda «El Correo del Azuay», semanario literario.

Su primer y hondo amor, hacia su prima hermana, deja una huella visible en toda su poesía. En 1886 se casa con Da Elvira Vega García y se inicia su época más fecunda. En este mismo año se gradúa y ejerce la abogacía hasta 1894, en que es designado director de Estudios de su provincia (Azuay). En 1895 forma parte de la representación diplomática que actúa en el centenario de Sucre, en Venezuela. En 188990 viaja por Perú y Chile. Es elegido miembro de la Acad. de la Lengua, pero no llega a pronunciar su discurso, que permanece inédito hasta 1960. En 1898 viaja por Europa y Norteamérica. Es diputado por el Azuay hasta 1899, siendo presidente del país el general Alfaro. En 190405 representa de nuevo a su provincia en la Cámara de Diputados y forma asimismo parte de la Delegación para la defensa del pleito territorial con el Perú, encomendado al arbitraje del rey de España. Más tarde acompaña a Menéndez Pidal en su gira por varios países. En 1917, a petición de numerosos intelectuales, es coronado como poeta en su ciudad natal, tributo que acepta, a despecho de su humildad, y que le acarrea grandes tribulaciones de orden íntimo. Es propuesto en dos ocasiones para embajador, pero se niega a ello. En 1925 se le designa rector de la Univ. de Cuenca; de 1928 a 1929 concurre a la Asamblea en representación de su provincia. En 1929 es nombrado miembro del Trib. de La Haya. En la Asamblea preside la Comisión de Relaciones exteriores; igualmente, en la Cámara de Diputados en los años 1890, 1899, 1904 y 1915. En los años 1930 y 1931 concurre a la Cámara del Senado como representante de las provincias orientales, y es nombrado por dos periodos más para rector de la Univ. de Cuenca, hasta 1936. Durante los tres últimos años de su vida escribe varios ensayos y artículos periodísticos, bajo los lemas de Ático, Rancio y Leca, hasta que, el 8 jul. 1936, le llega la muerte como 61 la había reclamado: «ilusión, de la Cruz a la sombra... ».

Nada de su vida exterior, ni siquiera sus incontables triunfos políticos y diplomáticos, pueden ser explicados sino a la luz de su vocación interior: la poesía. Toda su vida está llena de un hondo lirismo y su estilo puede situarse entre el romanticismo y el modernismo, aunque en el sentido lato de la palabra se le denomina un «clásico». Cuando el romanticismo ha hecho presa de algunos escritores ecuatorianos, él se convierte en el apóstol de un clasicismo sereno. Su verso es el perfecto equilibrio, y su libro más acabado es Amor y Dolor de Poesía (1917), explicación de su ventura poética,

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