El problema de la actividad pedagógica

I N T R O D U C C I Ó N

Al entrar a la Escuela Normal, me daba miedo de no poder con el trabajo, con las practicas o pensaba que me quedaría petrificada ante un grupo, pero no, no fue así, después de mi primera experiencia con niños, me sentí mas segura y contenta con la decisión que había tomado y a pesar de lo lindo que es trabajar con niños, lo difícil es enfrentar la problemática que se presenta en el salón de clase y los retos que implica el trabajo docente.

D E S A R R O L L O

Enseñar no implica solamente leer y escribir números o letras, si no, que el maestro de grupo, tiene la responsabilidad de atender a un número determinado de alumnos que son distintos entre si, ya que ninguna persona es igual a otra, por lo tanto, cada alumno tiene necesidades y capacidades diferentes y no aprenden de manera igual. Por lo que es necesario en algún momento, modificar y adecuar la planeación del grupo.

El maestro muchas veces es todo, menos eso; maestro, así que para mi alumnos soy; doctora, psicóloga, amiga, actriz e incluso, madre, así que a pesar de estudiar una carrera, se termina ejerciendo otra.

Cuando planeaba, imaginaba que todos los niños me harían caso, que participarían de acuerdo a la actividad, que el tiempo se pasaría volando, que seria la mejor maestra del mundo, pero todo cambio cuando estaba frente al grupo, me temblaban las piernas, me sudaban las manos, se me quebraba la voz, solo pensaba: "Dios mío, ayúdame, que hago?" los niños estaban fuera de control, eso me asustaba, me ponía triste, estaba decepcionada, tal vez no fui lo suficientemente firme con ellos, quizá mis actividades son muy poco para ellos, tantas cosas en mi cabeza hacían que pensara que no era buena para esto, que todo mi esfuerzo y dedicación fueron en vano...

Sin embargo, no me deje caer tan fácilmente, regrese el segundo día, ya habiendo pensado y razonado sobre mis posibles errores, me pare frente al grupo, con una actitud autoritaria y comencé mi clase, todos estaban atentos, escuchaban con entusiasmo la leyenda que les narraba, dentro de mi pensaba: "si, lo logre, espero y así se la pasen el resto de la semana." fue entonces cuando comprendí, que no se trata de pararme frente a los niños y leer y hablar y hablar, sino, darle matices y entonación a mis palabras, involucrar a los alumnos en el tema, de la mejor manera posible, no como un militar, sino, ocasionalmente, convirtiéndome en uno de ellos.

F I N A L

C O N C L U S I O N E S

Nadie nace sabiendo hablar, leer o caminar, lo va aprendiendo de manera que avanza su vida, así mismo, para tener una profesión, hay que estudiar mucho, prepararse y actualizarse en un futuro. Yo como futura maestra de educación

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