Fracois Marie
Enviado por jossylopmor • 10 de Diciembre de 2012 • 657 Palabras (3 Páginas) • 351 Visitas
(París, 21 de noviembre de 1694 - ibí., 30 de mayo de 1778)
Escritor francés, de nombre François-Marie Arouet.
Era hijo de un notario retirado de Chatelet y de María Margarita Daumast, perteneciente a una familia burguesa de excelente reputación. Muy pronto saltó su carácter audaz e irreligioso, conquistando reputación de indisciplinado
ante sus profesores. En el colegio trabó amistad con compañeros que luego llegarían a ser grandes señores de Francia.
Terminada la escuela pasó a estudiar Leyes por imposición de su padre, aunque nunca asistió a clase, yéndose a teatros y salones que frecuentaban artistas y literatos. De esta época es su obra «Oedipe». Su padre, desesperado, le intentó colocar infructuosamente en infinidad de oficios, pero la rebeldía del joven Voltaire pudo más y las puertas del mundo se le abrieron gracias a sus amistades. Su segunda obra, «Henriade», salió a la luz.
Pasó un tiempo encerrado en La Bastilla, en 1717, por escribir una sátira contra el regente. En 1724 escribio la tragedia «Mariamme2 y en 1725 «L 'indiscret». Los rumbos que tomaba la vida de Voltaire eran de un libertinaje atroz y contra toda estructura, sobre todo las religiosas, llegando incluso a atacar con sus publicaciones a Juana de Arco por su religiosidad, acusándosele por ello de antipatriota. Se enemistó con toda clase de personas, pero, a la vez, adquiría una gran fortuna con sus escritos. En 1731 escribe «Historia de Carlos XII» y «Cartas filosóficas»: organizaron tal escándalo que fueron condenadas por el Parlamento y quemadas por el verdugo. Otro tumulto supuso «Pandora», que nunca se representó.
Todos sus escritos provocaron críticas y amenazas contra él. Se rodeó de gran lujo, viviendo alejado de París, cerca de la frontera suiza, en villas que compraba y ornamentaba con ostentación; sin embargo, debido a su carácter filantrópico, donaba dinero para obras sociales. En el año 1756 escribe «Cándido o el optimismo».
Su fisonomía moral ha sido discutidísima, pues según sus detractores corrompía escandalosamente a la juventud y era irrespetuoso e irreverente con las autoridades y la Iglesia, llegando incluso a escribir blasfemias. No obstante, desde el terreno puramente humanista, consiguió desembarazarse de la superstición y el fanatismo existentes. Fue también filósofo e historiador, interesándole, en el primer aspecto, el lado pragmático de la vida, más que el razonamiento especulativo y los dogmas e inspiraciones que debían desecharse por completo según él. En cuanto historiador, predicaba que había que ser crítico y estar bien informado. Sus ideas políticas fueron las de propugnar como ideal el sistema de gobierno inglés, que emparentaba la Monarquía con
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