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Frida Kahlo


Enviado por   •  2 de Junio de 2013  •  5.579 Palabras (23 Páginas)  •  364 Visitas

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Magdalena Frida Carmen Kahlo Calderón, más conocida como Frida Kahlo (Coyoacán, 6 de julio de 1907 – Coyoacán, 13 de julio de 1954).

Frida fue la tercera hija del fotógrafo alemán, de origen judío-húngaro, Guillermo Kahlo y su segunda esposa Matilde Calderón, mexicana de ascendencia española. Sus dos hermanas mayores fueron Matilde y Adriana; después de ellas nació su único hermano que sobrevivió solo unos días. En julio de 1907 nació Frida y solo once meses después, su hermana menor Cristina. Ella fue su constante compañera y la única de las hermanas Kahlo que dejó descendencia. Además, Frida tuvo tres hermanas mayores por parte del padre: Luisa, la mayor, una segunda hermana fallecida en el nacimiento y Margarita, todas hijas del primer matrimonio de su padre, en 1894, con María Cardeña Espino (llamada también Cerdeña en algunas fuentes), fallecida en el parto de Margarita en 1898. En 1904, tres años antes del nacimiento de Frida, la familia se mudó a la localidad de Coyoacán en el centro geográfico del D.F, a la muy conocida Casa Azul del 247 de la calle Londres, convertida actualmente en museo.

Infancia

La vida de Frida estuvo marcada desde muy temprana edad por el sufrimiento físico y las enfermedades que padeció. El primero de estos infortunios consistió en una poliomielitis que contrajo en 1913, dando inicio a una serie de sucesivas enfermedades, lesiones diversas, accidentes y operaciones. Esta primera enfermedad la obligó a permanecer nueve meses en cama y le dejó una secuela permanente: la pierna derecha mucho más delgada que la izquierda. Animada por su padre y como parte de su rehabilitación Frida practicó diversos deportes, algunos poco usuales en la sociedad mexicana de su época para una niña, como fútbol o boxeo. Sin embargo, la evidente limitación motriz, así como las constantes operaciones quirúrgicas y tratamientos médicos hicieron que Frida se desarrollara de modo diferente y con frecuencia se viera impedida de participar con otros niños. Varios de los cuadros que luego pintara en su vida adulta reflejan la temática de la soledad de su infancia. Un ejemplo que se cita con frecuencia es la obra de 1938 Cuatro habitantes de Ciudad de México, un óleo sobre metal de 32,4 x 47,6 que muestra una pequeña niña sentada sobre una superficie en altura y ataviada con indumentaria de Tehuana. La niña parece abandonada y triste, chupándose el dedo con desolación. Otro cuadro de ese mismo año (Niña con máscara de muerte o Ella juega sola) que Frida pintó en dos versiones muestra a una pequeña niña de unos cuatro años de edad con una máscara de calavera. Si bien se trata aquí del Día de los Muertos, una celebración que en México tiene una carácter de fiesta popular, también se ha comentado el sentimiento de soledad que a pesar de ello transmite la pequeña de este cuadro, quien se supone que representa a la propia Frida. Mientras la relación de Frida con su madre estuvo marcada por sentimientos ambivalentes de amor y odio, la relación con su padre siempre fue de mucho cariño y cercanía. Y se hizo aún más estrecha tras la enfermedad de poliomelitis de Frida, siendo principalmente el padre quien la acompañó en sus ejercicios y la guio en los programas de rehabilitación.

Juventud

No se ha logrado identificar con exactitud la escuela a la que concurrió Frida antes de 1922. Repetidamente se ha señalado, sin embargo, que fue alumna del Colegio Alemán hasta 1921 y que allí habría obtenido su certificado escolar. Sin embargo, las actas del colegio no brindan una prueba de ello, ni tampoco tenía Frida el dominio del idioma alemán correspondiente, tal como ella misma escribió en una carta — en idioma inglés — de 1949 a Hans-Joahim Kahlo, donde intentaba averiguar sobre sus ancestros y familia en Alemania. En 1922 entró en la Escuela Nacional Preparatoria de Ciudad de México, prestigiosa institución educativa de México, que recientemente había comenzado a admitir estudiantes de sexo femenino. Eran solo 35 mujeres entre un total de dos mil alumnos. Entonces aspiraba a estudiar medicina en el futuro. En esta escuela conoció a futuros intelectuales y artistas mexicanos, como Salvador Novo, y formó parte de un grupo de alumnos conocidos como Los Cachuchas, que se llamaban así por las gorras que usaban. A este grupo solo pertenecían dos mujeres: Carmen Jaime y la propia Frida. Los demás eran todos hombres que en sus vidas de adulto tuvieron éxito intelectual o profesional en la sociedad mexicana: Agustín Lira, Miguel Lira, Alfonso Villa, Manuel González Ramírez, Jesús Ríos y Valles, José Gómez Robleda y quien se convirtiera en su novio, Alejandro Gómez Arias. Los cachuchas eran rebeldes, se autodefinían como un grupo crítico de la autoridad, protestaban contra las injusticias y se movilizaban por las reformas del sistema escolar. Pero además se divertían y gastaban bromas en la escuela con gran entusiasmo. Su actividad y posición política calzaba en algún espacio entre las ideas anarquistas y revolucionarias románticas. En 1925 tomó clases de dibujo en el taller de grabado de Fernando Fernández Domínguez copiando grabados de Anders Zorn.

El 17 de septiembre de 1925 sufrió un grave accidente cuando el bus en que ella viajaba fue arrollado por un tranvía, quedando aplastado contra un muro y completamente destruido. Regresaba de la escuela a casa, junto a Alejandro Gómez Arias, su novio de entonces. Su columna vertebral quedó fracturada en tres partes, sufriendo además fracturas en dos costillas, en la clavícula y tres en el hueso púbico. Su pierna derecha se fracturó en once partes, su pie derecho se dislocó, su hombro izquierdo se descoyuntó y un pasamanos la atravesó desde la cadera izquierda hasta salir por la vagina. Al respecto, Frida comentaba que habría sido esta la forma brutal en la que había perdido su virginidad. La medicina de su tiempo la atormentó con múltiples operaciones quirúrgicas (por lo menos 32 a lo largo de su vida), corsés de yeso y de distintos tipos, como asimismo diversos mecanismos de "estiramiento". Durante su larga convalecencia comenzó a pintar de manera más continuada. En septiembre de 1926 pintó su primer autorretrato al óleo que dedicó a Alejandro Gómez Arias. En este primer autorretrato emprendió una dinámica que continuaría el resto de su existencia: reflejar en sus cuadros los sucesos de su vida y los sentimientos que le producían. En 1927 su pintura se volvió más compleja. En ese año pintó el Retrato de Miguel N. Lira, un óleo sobre lienzo de 99,2 X 67,5 cm donde muestra a su compañero cachucha en un fondo muy particular y simbólico lleno de objetos y signos que aluden a su nombre. Apenas un año más tarde realizó el retrato de su hermana

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