Individualismo originado en la Revolución Francesa

abordar la producción industrial como un evento huérfano y aislado de la evolución del sentido que el hombre tiene sobre sí mismo, proveniente del humanismo renacentista y por supuesto del individualismo originado en la Revolución Francesa. Por supuesto que no se puede ignorar que los avances en el campo del conocimiento desde los inicios de la historia y los grandes descubrimientos científicos, sobretodo posteriores a la Ilustración, resultan en un pensamiento técnico en el s XVII. Este, fue generalizándose, hasta que cada fenómeno natural tuvo una explicación, cada evento una consecuencia y cada modelo una reducción matemática que permitió su conocimiento, cálculo, previsión y por supuesto, aplicación. Es la época del pensamiento cartesiano, de los enciclopedistas y el nacimiento del positivismo. Aunque casi todos los países occidentales del hemisferio norte –principalmente Alemania, Francia e Inglaterra- ésta última se considera tradicionalmente la iniciadora de la industrialización.

El cisma del s. XVI entre Enrique VIII y el Vaticano, provocó que la Europa católica aislara a Inglaterra de los intercambios de bienes (incluso en ocasiones del comercio con países protestantes). Esto generó una gran crisis, porque al principio era imposible brindar a toda la población los bienes que necesitaban (comida y ropa principalmente). Como solución al aislamiento, se trató de producir todo lo que la población inglesa necesitara, pero esto fue alcanzando paulatinamente cuando la reina Elizabeth I (hija de Enrique VIII) dio patente de corso a los piratas de manera que las riquezas –en metálico y en especie- del Imperio Español que provenían de las colonias, llegaran a la Gran Bretaña, y paliaran las necesidades.

Después se reorganizaran los gremios, enriqueciéndose con los protestantes que fueron expulsados principalmente de Francia, cuando se revocó el Edicto de Nantes en 1685. Más tarde se iniciara la primera Revolución Industrial, con la invención de la máquina de vapor por Thomas Savery en 1698, basada en una vaporera para cocinar inventada veinte años antes. Posteriormente mejoró en 1712 y en 1769 por Thomas Newcomen y James Watt respectivamente. En primera instancia, esta máquina se convirtió en la base de las industrias de producción en Inglaterra y poco a poco se fue remplazando la mano de obra que trabajaba en las industrias o desde su casa. Solamente se conservaron a los trabajadores de otras áreas y a los mecánicos que aprendieron a reparar las máquinas que los habían remplazado.

Otro de los grandes usos de la máquina de vapor fue la locomotora y el ferrocarril; el nuevo medio de transporte (de pasajeros y de carga). “La inauguración del ferrocarril entre Liverpool y Manchester fue acontecimiento que habría de causar profundo efecto en el desarrollo de la economía nacional”. (Chaloner, 1970). Fue un acontecimiento sin precedentes desde el momento en el que inició el proyecto de la construcción de esta ruta ferroviaria, hubo una inversión de fondos públicos para acelerar el proyecto de 100 mil libras y tuvo una respuesta positiva por parte de todos los ingleses. De esta manera, se pudieron extender las rutas de distribución de productos, aumentó la movilidad de personas entre pequeños poblados y la densidad de población en zonas urbanas creció (Young, 1994: 58).

Finalmente, el s. XIX, en parte debido a la puesta en marcha de un sistema organizado y eficiente de ferrocarriles, convierte al Reino Unido en el modelo para el mundo al ser el imperio más influyente, independiente, autosustentable y próspero del planeta. Estados Unidos, Alemania y Francia, tratando de alcanzar la riqueza y estabilidad de la isla vecina, adquieren el modelo, enriqueciéndolo y matizándolo con sus propias riquezas culturales, como la practicidad norteamericana, el orden y eficiencia alemana y los altísimos estándares franceses implementados un siglo antes, desde el reinado de Luis XIV y bajo la administración del ministro Coulbert. Cambiando la mano de obra por maquinaria se originaron cambios radicales en la producción, la sociedad, la economía y, por supuesto, también en el impacto ambiental, que en los primeros 100 años de capitalismo industrial, no eran tan evidentes (Barzun, 2006).

El siguiente gran paso en la industrialización fue la producción en serie atribuída a Henry Ford para el modelo T. Realmente, este sistema fue inventado por Ransom Olds en 1901, pero pocos años después, en 1908, Henry Ford mejoró la cadena de montaje para aumentar la capacidad de producción. (Harvie, 1970:103) A partir del s. XX, la producción de bienes y productos ha sido una de las principales fuerzas económicas, es el sector donde se encuentran más empleados y donde se encuentran la mayoría de las empresas incluyendo PyMes.

En la segunda mitad del s. XX surgieron cuatro temas a debate sobre las preocupaciones colectivas más relevantes y las aspiraciones para el s. XXI; libertad, paz, desarrollo y medio ambiente. (Kates, et al, 2005:10). Los primeros, son metas que se han cumplido al independizar colonias y zonas de guerra y los últimos dos son relevantes para el objeto de este trabajo. El desarrollo se refiere –principalmente- al crecimiento económico que costea las necesidades básicas en los países en pobreza (que conforman 2/3 de los países). Lo que concierne al medio ambiente se refiere a las leyes, instituciones y presencia en los medios de todo lo que tiene que ver con la contaminación, los cambios climáticos y el calentamiento global.

El concepto de desarrollo sustentable es usado en incontables textos y conversaciones, por miles de personas alrededor del mundo día a día y sin embargo la definición es ambigua; “La humanidad tiene la habilidad de hacer un desarrollo sostenible - asegurando que cumpla las necesidades del presente sin comprometer la

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