JOSE MARIA ARGUEDAD
nietzsche7812 de Noviembre de 2012
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JOSE MARIA ARGUEDAS ALTAMIRANO
I. VIDA
José María Arguedas Altamirano, nació en Andahuaylas el 18 de enero de 1911 Sus padres fueron don Víctor Manuel Arguedas Arellano, abogado cuzqueño que ejercía de Juez en diversos pueblos, y doña Victoria Altamirano Navarro, perteneciente a una acaudalada familia de Andahuaylas. Quien fallecerá producto de Cólicos Hepáticos, dejando a nuestro autor de dos años y medio de edad, pasando entonces a vivir a la casa de su abuela paterna doña Teresa Arellano.
En 1915, su padre al ser nombrado Juez de primera instancia de la provincia de Lucanas (departamento de Ayacucho), se trasladó a dicha sede, donde en 1917 se casó en segundas nupcias con una rica hacendada de San Juan de Lucanas, doña Grimanesa Arangoitia Iturbi viuda de Pacheco, entonces la familia se trasladó a Puquio y Luego a San Juan de Lucanas, siendo este viaje para José María, todo un acontecimiento y el cual recordaría siempre. Al año siguiente, el y su hermano Arístides, continuaron sus estudios en San Juan de Lucanas, viviendo en la casa de la madrastra. En 1919, Arístides fue enviado a estudiar a Lima y José María continuó viviendo con la madrastra.
Al poco tiempo el padre fue cesado como juez por razones políticas y hubo de trabajar como abogado itinerante, dejando a su hijo al cuidado de la madrastra y el hijo de ésta Pablo Pacheco, quienes le daban tratamiento de sirviente, mandándolo a a convivir con los criados de la hacienda, de la cual solo lo recogían a la llegada de su padre
En 1921 se escapó con su hermano Arístides de la opresión del hermanastro. Se refugiaron en la hacienda Viseca, propiedad de su tío Manuel Perea Arellano, situada a 8 km de San Juan de Lucanas, donde vivieron dos años en contacto con los indios, hablando su idioma y aprendiendo sus costumbres, hasta que en 1923 los recogió su padre, quien los llevó en peregrinaje por diversos pueblos y ciudades de la sierra, conociendo así más de 200 pueblos. Pasaron por Huamanga, Cuzco y Abancay. En esta última ciudad ingresó como interno en el Colegio Miguel Grau de los Padres Mercedarios, cursando el quinto y sexto grado de primaria, entre 1924 y 1925, mientras su padre continuaba su vida itinerante y su hermano Arístides seguía su educación en Lima.
En 1926, junto con su hermano Arístides empezó sus estudios secundarios en el colegio San Luis Gonzaga de Ica, en la desértica costa peruana, hecho que marcó su alejamiento del ambiente serrano que había moldeado hasta entonces su infancia, pues hasta entonces había visitado la costa solo de manera esporádica. Cursó allí hasta el segundo año de secundaria y sufrió en carne propia el desprecio de los costeños hacia los serranos, tanto de parte de sus profesores como de los mismos alumnos. Se enamoró intensamente de una muchacha iqueña llamada Pompeya, a quien le dedicó unos acrósticos, pero ella lo rechazó diciéndole que no quería tener amores con serranos. Él se vengó llegando a ser el primero de la clase en todos los cursos, derrumbando así la creencia de la incapacidad intelectual del hombre andino.
En 1928 reanudó su vida trashumante otra vez en la sierra, siempre junto a su padre. Vivió entre Pampas y Huancayo; en esta última ciudad cursó el tercero de secundaria, en el colegio Santa Isabel. Fue allí donde se inició formalmente como escritor al colaborar en la revista estudiantil Antorcha; se dice también que por entonces escribió una novela de 600 páginas, que tiempo después le arrebataría la policía, pero de la que no ha quedado huella alguna.
Cursó sus dos últimos años de secundaria (1929-1930) en el Colegio Nuestra Señora de La Merced, de Lima, casi sin asistir a clases pues viajaba con frecuencia a Yauyos para estar al lado de su padre, que se hallaba agobiado por la estrechez económica. Aprobó los exámenes finales, terminando así sus estudios escolares prácticamente estudiando sin maestro.
En 1931, ya con 20 años de edad, se estableció permanentemente en Lima e ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, para estudiar Literatura. Allí, contra lo que esperaba, fue recibido con cordialidad y respeto por sus condiscípulos, entre los que se contaban los futuros filósofos Luis Felipe Alarco y Carlos Cueto Fernandini, y los poetas Emilio Adolfo Westphalen y Luis Fabio Xammar. A raíz del fallecimiento de su padre, ocurrido el año siguiente, se vio forzado a ganarse la vida entrando a trabajar como auxiliar en la Administración Central de Correos de Lima. Era apenas un puesto de portapliegos, pero los 180 soles mensuales de sueldo aliviaron sus necesidades económicas a lo largo de cinco años
En 1933 publicó su primer cuento, «Warma kuyay», publicado en la revista Signo. En 1935 publicó Agua, su primer libro de cuentos, que obtuvo el segundo premio de la Revista Americana de Buenos Aires y que inauguró una nueva época en la historia del indigenismo literario. En 1936 fundó con Augusto Tamayo Vargas, Alberto Tauro del Pino y otros, la revista Palabra, en cuyas páginas se ve reflejada la ideología propugnada por José Carlos Mariátegui.
En 1937 fue apresado por participar en las protestas estudiantiles contra la visita del general italiano Camarotta, jefe de una misión policial de la Italia fascista. Eran los días de la dictadura de Óscar R. Benavides. Fue trasladado al penal El Sexto de Lima, donde permaneció 8 meses en prisión, episodio que tiempo después evocó en la novela del mismo nombre. Estando en prisión, se dio tiempo para traducir muchas canciones quechuas que aparecieron en su segundo libro publicado Canto kechwa.
Perdido su trabajo en el Correo y lograda su Licenciatura de Literatura en San Marcos, Arguedas fue nombrado profesor de Castellano y Geografía en el Colegio Nacional Mateo Pumacahua de Sicuani, en el departamento de Cuzco, con un sueldo de 200 soles mensuales. Allí, junto con sus alumnos, llevó a cabo un trabajo de recopilación del folclor local, descubriendo entonces su vocación de etnólogo. Posteriormente contrajo matrimonio con Celia Bustamante Vernal, el 30 de junio de 1939, quien junto con su hermana Alicia era promotora de la Peña Cultural Pancho Fierro, un legendario centro de reunión de artistas e intelectuales en Lima.
En 1941 publicó Yawar Fiesta, su tercer libro y primera novela a la vez, en octubre de ese año fue nombrado agregado al Ministerio de Educación para colaborar en la reforma de los planes de estudios secundarios. Tras representar al profesorado peruano en el Congreso Indigenista Interamericano de Patzcuaro (1942), reasumió su labor de profesor de castellano en los colegios nacionales Alfonso Ugarte, Nuestra Señora de Guadalupe y Mariano Melgar de Lima, hasta que en 1949 fue cesado por considerársele comunista.
En 1944 presentó un episodio depresivo caracterizado por decaimiento, fatiga, insomnio, ansiedad y probablemente crisis de angustia, por lo cual pidió licencia repetidas veces en su centro de labor hasta 1945. Este episodio lo describió en sus cartas a su hermano Arístides y brevemente en sus diarios insertados en su novela póstuma El zorro de arriba y el zorro de abajo.
En marzo de 1947 fue nombrado Conservador General de Folklore en el Ministerio de Educación, para posteriormente ser promovido a Jefe de la Sección Folklore, Bellas Artes y Despacho del mismo ministerio. En 1953 fue nombrado Jefe del Instituto de Estudios Etnológicos del Museo de la Cultura Peruana, y el mismo año comenzó a publicar la revista Folklore Americano (órgano del Comité Interamericano de Folklore, del que era secretario), la cual dirigió durante diez años.
A fin de complementar su formación profesional, se especializó en la Universidad de San Marcos en Etnología, de la que optó el grado de Bachiller el 20 de diciembre de 1957 con su tesis La evolución de las comunidades indígenas, trabajo que obtuvo el Premio Nacional Fomento a la Cultura Javier Prado 1958. Por entonces realizó su primer viaje por Europa, becado por la UNESCO, para efectuar estudios diversos, tanto en España como en Francia. Durante el tiempo que permaneció en España, Arguedas hizo investigaciones entre las comunidades de la provincia de Zamora, buscando las raíces hispanas de la cultura andina, que le dieron material para su tesis doctoral: Las Comunidades de España y del Perú, con la que se graduó el 5 de julio de 1963.
En 1963 fue nombrado director de la Casa de la Cultura del Perú y director del Museo Nacional de Historia en 1964, desde los cuales editaría las revistas Cultura y Pueblo e Historia y Cultura. En 1965 Arguedas inició su divorcio de Celia a la vez que entablaba una nueva relación con una dama chilena, Sybila Arredondo, con quien se casó en 1967, una vez fallada la sentencia de divorcio, quien lo acompañaría hasta el final de suvida. Quien décadas después estuvo presa, acusada de tener vínculos con el grupo terrorista Sendero Luminoso y tras ser liberada volvió a su país en el 2002
La depresión de Arguedas hizo crisis en 1966, llevándolo a un primer intento de suicidio por sobredosis de barbitúricos el 11 de abril de aquel año. Desde algunos años atrás, el escritor venía recibiendo múltiples tratamientos psiquiátricos describiendo sus padecimientos en sus escritos.
A partir del intento de suicidio, su vida ya no volvió a ser la misma. Se aisló de sus amigos y renunció a todos los cargos públicos que ejercía en el Ministerio de Educación, con el propósito de dedicarse solamente a sus cátedras en la Universidad Agraria y en la de San Marcos. Para tratar su mal se puso en contacto con la psiquiatra chilena Lola Hoffmann, quien le recomendó, a manera de tratamiento, que continuara escribiendo. De este modo publicó
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