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JOSE MARTI Y LA RELIGION

eder0008 de Enero de 2013

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Jose Martí y la Religión

INDICE:

Resumen

Introducción

Desarrollo

Conclusiones

Bibliografía

Resumen

Este trabajo se encuentra orientado hacia el siguiente problema: El conocimiento de la influencia de la religión en Martí o más bien las huellas de esta en José Martí planteándonos como objetivo del mismo profundizar en uno de los modeladores de la personalidad del Héroe Nacional cubano como modesto monumento al hijo más ilustrado y lúcido de la nación cubana y de nuestro continente.

Alrededor de la figura de Martí, como ocurre con todos los grandes hombres, se ha tejido un sinnúmero de leyendas. Leyendas que, por serlo, resultan difíciles de destruir y acaban por arraigarse en la mente popular a fuerza de ser constantemente repetidas.

En dicha tarea abordamos algunos de los aspectos que identifican la vida de Martí como son:

Religiones en José Martí.

Influjo religioso en Martí.

La religión en la obra martiana.

El José Martí: Precursor de la independencia y la paz.

Para el desempeño del trabajo nos dedicamos al desarrollo de tareas científicas como la consulta de bibliografía especializada en el tema, así como escritos consultados mediante los medios informáticos, donde se aborda la obra martiana. También se utilizaron los métodos teóricos: análisis y síntesis, histórico- lógico, inducción y deducción, con el objetivo de recabar información relacionada con el tema objeto de nuestro trabajo.

Por lo que este trabajo ha permitido acercarnos a los efectos de la religión en José Martí, ya que resumen que la religión de Martí no fue otra que la del amor por Cuba y su libertad

Introducción

La amplia obra de José martí y su dedicación por entero a la causa de la libertad e independencia de América resulta en nuestros días un gran legado que fortalece el pensamiento del hombre americano en función del desarrollo de los pueblos de nuestro continente.

Se ha de aprender a conocer y a honrar a los hombres que pusieron su vida al servicio de la libertad y la justicia en América, aquellos hombres cuya vida puede servir de guía y espejo permanente para todos.

A los países les nacen hijos que sobresalen por su trabajo y por su talento, y les nacen otros que llevan en sí todas las virtudes y las nobles ansias de sus pueblos en tiempos decisivos de su historia, todas las patrias han dado hombres que se han puesto al frente de sus pueblos en su lucha por la libertad.

En Cuba, país pequeño de extensión, nació un hombre cuya vida es conmovedor ejemplo de sacrificio y heroísmo; uno de los hombres más nobles, valerosos y sabios que hayan existido.

A la libertad de su Patria consagró su vida y por ella murió; por la libertad de la Nación, luchó por la independencia y el engrandecimiento de la Patria mayor: nuestra América.

Este trabajo permitirá conocer uno entre los muchos modeladores que contribuyeron a la formación de la personalidad de ese hombre que fue José Martí Pérez ya que es una necesidad, potenciar el conocimiento de su vida y obra dedicada por entero a la independencia de Cuba, ya que su pensamiento es un componente esencial de la ideología de la Revolución Cubana

Se exponen las razones que fundamentan la influencia de diferentes religiones en la formación de la personalidad de Martí, que es poco mencionada y en nuestros días es importante conocer sus ideas que están presentes en toda la obra de la Revolución Cubana y su luz se proyecta en todas las tierras de nuestra América como él la llamara.

Se manifiestan los criterios de varias personalidades sobre Martí y la religión.

Nuestro propósito no es agotar este desafío teórico sino profundizar en el conocimiento de la personalidad del Héroe Nacional cubano como modesto monumento al hijo más ilustrado y lúcido de la nación cubana y de nuestro continente.

Desarrollo

Dos influencias decisivas experimenta Martí en La Finca El Abra de José Sardá, al leer la Biblia la de Moisés, en la identificación de la voluntad de Dios y la ley, y la de los Profetas y Jueces en el sentimiento insobornable de la Justicia. Derecho y Decálogo se identifican, y en El Presidio Político en Cuba se distinguen, como exaltaciones bíblicas, como dos soportes de toda la argumentación, la profanación por el gobierno español de los preceptos cristianos y la invocación emotiva a los derechos a la vida, a la libertad y a la felicidad, derechos naturales proclamados por las revoluciones norteamericanas y francesas.

Ese es el tenor que siempre conservaran sus discursos y alocuciones. Lo reconoce Sanguily cuando expreso: "Su tribuna, por lo mismo, semejaba una cátedra sagrada en que el original Apóstol aprecia como un infatigable misionero. Su oratoria extraña empapada de religiosa unción, fulminaba a veces con el acento irritado de los profetas aunque, por lo común, se abría mansamente como una rosa mística para exhalar celestiales aromas: ".

El amor enardecía su palabra, como le daba ímpetu y bravura así son los temperamentos propensos al amor y particularmente al amor humanitario, a las comunidades y personas, pero también a los seres y las cosas, y por eso se le considera de esencia religiosa.

Superada la opinión indocta, que el positivismo de revista puso en circulación a fines del siglo XlX, hoy nadie confunde religión con superstición y sectarismo; pero tratándose de una figura numinosa como la de Martí, es preciso usar el concepto con que se ha de usar la palabra religión y sus desinencias.

Spranger ha observado muy bien (en Formas de Vida) que el homo socialis se encuentra estrechamente vinculado al homo religiosus, y que regularmente toda creencia en la perfectibilidad del ser humano que tiene base hipotética y no científica, sin ser sentimiento mesiánico ni soteriológico comporta una fe de esencia mística.

La base de la ciencia es la fe en la ciencia con este criterio, muy acertadamente se ha podido englobar una categoría tan heterogenia a hombres extraordinarios como Moisés, Mahoma, Lutero, Rousseau, Marx, Freud, Einstein, cuyo parentesco de gens intelectuallis nadie osaría negar.

La frontera que delimita la jurisdicción del os sagrado y lo profano, de lo domestico y lo social, de lo mítico y lo histórico, de lo religioso y lo laico, de lo ético y lo jurídico, es tan móvil a imprecisa que puede decirse más bien que no existe tales fronteras sino una zona intermedia, una región en que ambas cualidades se mezclan y se confunden en un área mas o menos extensa y ancha.

Cuando se refiere a la vida biológica o psíquica, parece por ahora vedado al conocimiento científico; Nicolai Harteman admite, en su Nueva Ontología que el estrato categorial orgánico es incognoscible. El homo religioso permanece constante en este sentido lato con diversas gradaciones en una gama muy variada, y esto es típico en la personalidad de Martí.

Se anuncia en El presidio Político en Cuba como un sentimiento de repudio a lo impío, inhumano, despiadado, injusto que es la negación del Bien, sinónimo de Dios, y termina en una religión panteísta o social-política que une a los hombres, y en un círculo concéntrico menor a los cubanos como miembros de una ecclesia, de una familia espiritual sindesmica, de una fe que se abusa en el destierro y en el cautiverios colocando, fiel a la tradición judeocristiana, a la moral sobre todas las virtudes.

En El presidio Político en Cuba hay una constate preocupación `por Dios pero esta preocupación se vincula ya a lo ético. No puede decirse que el libro revele una concepción filosófica global, pero si la orientación que iba a presidirla. Asoma ya, como meta central. La idea del Bien.

La moral será siempre para Martí un imperativo de la misma fuerza que el primer mandamiento de la Ley mosaica, y puede expresarse así:"Amaras el Bien sobre todas las cosas" .Más todavía que la moral, que parece ser asunto de catecismo (aun la moral sin moralina), la honradez, que es una cualidad inherente a la condición humana.

El "amor intelectuallis" funda intrañablemente su religión del amor humano que tiene como primer mandamiento el amor al prójimo más que así mismo.

El amor era en Martí resultado de su ser, el comportamiento de su persona espiritual y corporal, y pudo haber dicho, como Antígona:"Yo no he nacido para el odio sino para el amor".

En el presidio experimenta, y lo declara, que el amor compasivo a los desdichados, compasión amorosa por la desdicha, aniquilado el odio en su alma hasta presentársele como supuesta su existencia "como fábula absurda" el simulacro de algo inexistente y una pasión imposible.

Hacia el final de su vida todavía se halla inculpe de sentimientos negativos:"Siento que las pasiones se han desprendido de mi como se desprenden al desnudarse las ropas" (Martí sólo reconoce pasiones positivas, fiel a su apotegma que posiblemente adoptó de Mendive:"No debe haber pasión sino por la justicia.

En este orden de ideas expresa Spranger:"Cuando se concibe el amor en este sentido supremo, no puede haber odio absoluto";"El odio (del homo sociales) se dirige entonces a lo nocivo, a lo falso, a lo feo y a lo impío puramente como entidad del valor, pero no a la persona.

Es el amor el fuego que inflama y alumbra la obra revolucionaria de Martí. El Presidio Político en Cuba donde expresa una clase de conmiseración confraternal con los más humildes y desgraciados seres, que se entiende por hermandad, identificación con el prójimo, proyección de si a

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