Jose Maria Arguedas

El Perú es el país con mayor diversidad de etnias, culturas, lenguas y familias lingüísticas de América, según el nuevo mapa etnolingüística presentado por el Instituto Nacional de Desarrollo de Pueblos Andinos, Amazónicos y Afro Peruanos (Indepa). El nuevo documento identifica a 71 etnias que coexisten en el Perú, así como a 67 lenguas nativas en cada etnia, clasificándolas en familias lingüísticas.

Somos un país tan multilingüe que se estiman 43 lenguas habladas como maternas. La más extendida es el español, seguida de las lenguas indígenas, principalmente la quechua y aimara.

Si bien es cierto la diversidad cultural favorece al desarrollo de nuestro país por las características que presenta como los recursos sociales, tradicionales, culturales, sobre la fauna, flora, etc. Todos estos recursos hacen que el Perú sea un atractivo turístico ya sea solo para personas que quieran conocer de nuestra cultura como también de grandes empresarios y gobernantes que ven la posibilidad de comercialización o convenios.

A la vez, muchas familias provenientes de colonias europeas y asiáticas han formado parte de nuestra cultura, no solo acoplándose sino uniéndonos a algunas de sus costumbres ya sea por su carácter o modo de pensar.

Podríamos dividir al Perú en 3 sectores muy bien definidos. La cultura costeña que contiene ideas propias de una persona occidental; la cultura andina con unas costumbres, medios económicos y actividades muy diferentes a las occidentales; y por último la cultura selvática que es posiblemente el menos conocido y sin embargo el que tiene mucha más etnias y comunidades repartidas en todo su territorio.

Estos tres puntos son convenientes para lo que llamamos “globalización” entre el Perú y otros países que puedan interesarse en lo que tenemos para ofrecer. Es importante que nuestras autoridades y sobre todo el Ministerio de comercio exterior y turismo busquen la forma de poder aprovechar el vasto recurso que tiene a su favor, ya que somos uno de los pocos países que tienen una diversidad cultural tan extensa y tan rica en costumbres que son de agrado para cualquier persona extranjera.

Es conveniente aclarar que no solo las empresas o instituciones deben trabajar en promover nuestra diversidad cultural y lingüística, este proyecto se debe empezar desde abajo. Cada ciudadano tiene la obligación de cuidar y mejorar la cultura en la que viven, mantener las tradiciones así como también el folklore, y cooperar con la hospitalidad que nos representa.

En conclusión podríamos resumir que cuando hablamos de diversidad cultural, lingüística, étnica, etc. nos referimos a una gran familia, unida por las mismas raíces y entrelazadas de diferentes costumbres y tradiciones. Eso es lo que hace especial y diferente a un país tan rico como este. Y esta es, sin duda, la oportunidad de aprovechar todo lo que tenemos.

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