José María Eguren, de la mano con el arte

JOSÉ MARÍA EGUREN

José María Eguren Rodríguez fue un poeta, escritor, periodista, pintor y fotógrafo peruano quien tuvo el gozo de la admiración de grandes poetas como lo fueron Nacido el 8 de julio de 1874 en Lima (Perú), en un barrio tradicional de la antigua Lima. Falleció el 19 de abril de 1942 en Barranco (Lima, Perú). Fue hijo de don José M. Eguren y Cáceda y de doña Eulalia Rodríguez Hercelles, bautizado el mismo día de su nacimiento en la parroquia San Sebastián, en el barrio de Monserrate. Durante su infancia estuvo muy apegado a su hermano mayor, Jorge, y a dos hermanas, Susana y Angélica. A los seis años de edad, en 1880, tras la guerra del Pacífico y ocupación del ejército chileno en Lima, sus padres lo llevaron a vivir a la hacienda Chuquitanta, a las afueras de la capital, donde su familia se refugió y apartó momentáneamente de la. Su soledad en medio de la naturaleza llenó su espíritu de sugestivas vivencias, factor clave en su concepción con el arte y la literatura. Pese a haber concurrido tardíamente a las aulas del Colegio de la Inmaculada, en 1884, no pudo completar sus estudios debido a sus constantes problemas de salud, por lo que tuvo una formación autodidacta, inculcada por su hermano mayor Jorge.

Eguren participó con un óleo en la Exposición Nacional de 1892 en Lima. Más tarde en 1897, tras la muerte de sus padres, se traslada con sus hermanas Susana y Angélica, de las que nunca se separaría, a Barranco, una tranquila villa-balneario junto al mar, donde reside durante más de treinta años. Aquí recibiría a sus amigos y discípulos, como los poetas Martín Adán y Emilio Adolfo Westphalen.

En 1899 publica dos poemas en la revista Lima Ilustrada, gracias al estímulo de José Santos Chocano. La crítica del momento, Riva Agüero, Ventura García Calderón y Clemente Palma, no apreciaron la poesía de Eguren. Por el año de 1908, el poeta conoció a uno de los mejores escritores peruanos, Manuel González Prada, con quien establecería una sólida amistad.

Es así como en 1911, a pesar de pertenecer cronológicamente a la generación modernista de «El Cantor de América», publicó Simbólicas, animado por sus amigos los poetas Enrique Bustamante y Ballivián, Julio Hernández y su maestro Manuel Gonzales Prada, obra tomada como un hito en la superación del modernismo, ya que actúa como la fundación de la poesía contemporánea del Perú, una tradición que aún permanece en la actualidad. A este primer libro le seguiría La canción de las figuras, publicada en 1916, y otras dos colecciones de poemas, que fueron publicadas por primera vez en Poesías, 1929.

En marzo de 1918, César Vallejo le hizo una célebre entrevista como corresponsal del seminario trujillano La Semana, en la que Eguren dice al inicio, entre tantas cosas:

¡Oh, cuánto hay que luchar; cuánto se me ha combatido! Al iniciarme, amigos de alguna autoridad en estas cosas, me desalentaban siempre. Y yo, como usted comprende, al fin empezaba a creer que me estaba equivocando. Sólo, algún tiempo después, celebró González Prada mi verso.

Para los años de 1919 a 1922, el público estaba más maduro para entender el arte egureniano. Mientras Chocano era el poeta oficial, el poeta de Barranco se había convertido en el arquetipo de la juventud, por su discreción y delicada sensibilidad, que no parecía tener antecedentes en la tradición literaria del Perú

En 1926 José C. Mariátegui funda la revista Amauta y proporciona una amplia cobertura al trabajo de Eguren, pese a que ya había llegado a publicar un estudio al respecto en su libro Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana. El último libro que publica Eguren es, el ya mencionado, Poesías, en 1929, incluyendo aquí los poemarios anteriores y añadiendo Sombra y Rodinelas.

Martín Adán publica su obra La casa de cartón, por el año 1928, la cual dedica a su amigo y colega Eguren.

Para poder conseguir un sustento económico, entre los años 1930 y 1932, Eguren inició la publicación de prosas de carácter principalmente ensayísticos en revistas y periódicos de la época (tal como La Revista Semanal, El Comercio y La Prensa), posteriormente serían reunidas bajo el nombre de Motivos, de intención poética y filosófica que trataban sobre el arte en general, la poesía y la pintura. Se considera el último libro redactado en vida, puesto que por esos años Eguren ya no escribía poesía.

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