Nicolai Hartmann
patycas14Tarea6 de Abril de 2016
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NICOLAI HARTMANN (1882-1950)
Fue un filósofo alemán, nacido en Riga, Letonia el 20 de febrero de 1882, se formó en la escuela de Marburgo con H. Cohen y P. Natorp, estudió filología clásica, medicina y astronomía en Tartu y San Petersburgo, fue Profesor en Marburgo, Colonia, Berlín y Gotinga, pasó del neokantismo a la fenomenología y examinó los problemas básicos del filosofar. Además de seis obras dedicadas a la ontología, es autor de Metafísica del conocimiento (1921), Ética (1926) y Filosofía del idealismo alemán (1923-1929). En 1905 llegó a Marburgo y tomó contacto con Paul Natorp y Hermann Cohen. Sus primeros trabajos son sobre filosofía antigua y ciencia: El comienzo filosófico de la matemática de Proclo el sucesor (1909), La lógica del ser de Platón (1909) y Cuestiones fundamentales filosóficas de la biología, (1912). En 1921 edita Líneas fundamentales para una metafísica del conocimiento, donde rompe con el movimiento neokantiano marburguense y asume líneas contemporáneas como son las fenomenologías de Husserl, Pfänder, T.J. Geiger y Scheler. En los años anteriores a la primera guerra mundial militó en el ejército alemán, y a fines de 1950 Hartmann muere de un infarto en Göttingen.
TEORÍA DE LOS VALORES
Para Nicolai Hartmann es Difícil responder que son los valores, en unas cuantas palabras. Su desarrollo axiológico, sin embargo, sigue las huellas de su predecesor Scheler como afirman distintos comentadores entre los que se encuentran AlfredStern, Heimsoeth, Hammer-Kraft, García Máynez, Millán Puelles, porque concibe a los valores con un modo de ser ideal.
Poseen, además, carácter “en sí”, pero no al modo de los entes reales sino de una manera distinta que es la del ser ideal que en sus palabras tiene “una existencia discreta”, porque no se imponemos trencamente como ocurre en la esfera de lo real donde se da la “dureza” y el discurrir de los acontecimientos y donde muy frecuentemente nos vemos afectados por ellos.
La existencia axiológica, más bien, se manifiesta “con un silencioso existir”, como acontece con las esencias y las relaciones matemáticas y lógicas, que existen y están allí con una cierta independencia respecto a lo real e integran junto con los valores, la esfera del ser ideal. El modo de ser axiológico, sin embargo, es distinto a los otros dos grandes ámbitos de existencia ideal, porque “ni se sustenta en el sujeto” como ocurre con las esencias, “ni es idéntico” al del reino de lo lógico y sus leyes cuya peculiaridad radica en que constituyen un “cuerpo ontológico-ideal de leyes fundamentales”, que discurren dos direcciones: la del ser real y la del pensar.
La estimativa o ciencia de los valores comienza aproximadamente a principios de siglo. Tiene sus fuentes próximas en la ética de Brentano y en la fenomenología, que procede de Brentano también. Los discípulos inmediatos de este, sobre todo Meinong y Von Ehrenfels, han sido los primeros en ocuparse filosóficamente del problema del valor. Después, la teoría de los valores ha tenido un desarrollo magnífico en dos grandes pensadores alemanes: Max Scheler y NicolaiHartmann.
El problema del valor:
El punto de partida de este problema, Según Brentano, el amor justo es aquel amor evidente que lleva en sí mismo la razón de su justeza. Es el amor a un objeto que muestra evidentemente que la actitud adecuada de referirse a él es amarlo. Un objeto es amable con amor justo cuando obliga a reconocer esa auténtica cualidad suya de exigir ser amado.
Los valores son, pues, algo que tienen las cosas que ejerce sobre nosotros una extraña presión; no se limitan a estar ahí, a ser aprehendidos, sino que nos obligan a estimarlos, a valorarlos. Podré ver una cosa buena y no buscarla; pero lo que no puedo hacer es no estimarla.
Los valores no nos obligan a hacer nada, sino a esa cosa modesta, pequeña e interior que es estimarlos.
El problema del valor es que hemos visto que hay algo que merece y a la vez exige el nombre de valor; pero no sabemos aún nada de esa extraña realidad. Y surge la cuestión fundamental: ¿Qué son los valores?, La respuesta ha sido con frecuencia errónea; el valor ha sido confundido con otras cosas, y solo la inconsistencia de esos puntos de vista equivocados ha dejado visible la verdadera índole del valor. Su valor es algo subjetivo, fundado en el agrado que la cosa produce en mí. Pero ocurre que las cosas nos agradan porque son buenas o nos lo parecen, porque encontramos en ellas la bondad. La bondad aprehendida es la causa de nuestroa grado. Complacerse es complacerse en algo, y no es nuestra complacencia quien da el valor, sino al revés: el valor provoca nuestra complacencia.
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