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ANTROPOLOGÍA FORENSE

liaalejaDocumentos de Investigación2 de Febrero de 2016

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ANTROPOLOGÍA FORENSE

  • Identificación de los restos óseos

La antropología forense es una de las ramas de la medicina forense que definida desde un punto de vista conceptual amplio incluiría “la reconstrucción de la biografía biológica antemorten, incluyendo el intento de reconstrucción de la forma de vida de la víctima hasta el momento de su muerte”.

 Reverte Coma señala que la antropología forense tiene como fines: “el estudio de los restos óseos esqueléticos con objeto de llegar a la identificación personal, averiguar la causa de la muerte, la edad, raza, sexo, estatura del sujeto, marcas profesionales, antiguas lesiones óseas, estudio de la cavidad bucal, y todo cuanto sea posible siempre para proporcionar información a los investigadores policiales para que puedan llegar a la identificación del sujeto”.

La antropología desde este punto de vista al derecho le facilita las investigaciones obteniendo así unos resultados, principalmente la antropología opera en el derecho penal que es donde se presenta casos como el asesinato de una persona y con la ayuda de esta, se logra la identificación de un cadáver y se logran pistas que determinan la causa de la muerte y su posible autor.

 En cualquier caso objeto de estudio mediante técnicas de antropología forense es conveniente seguir un protocolo de actuación con el fin de obtener la máxima información que ayude a la resolución del caso.

Este protocolo debería empezar a aplicarse desde el momento en que aparecen los restos óseos y los pasos a seguir son los siguientes:

Investigación en el lugar de los hechos:

Es necesario conocer las medidas que hay que tomar, técnicas de extracción y preparación de los restos. Se distinguen tres supuestos:

Casos en que  los restos cadavéricos aparecen en superficie. Suelen ser encontrados por la policía o en búsquedas organizadas. En otras ocasiones son hallados por ciudadanos particulares, excursionistas, cazadores, agricultores, etc. Normalmente alteran los restos, los tocan, desplazan, pisan y aportan sus propios indicios: huellas, pelos, etc.

La primera tarea que debe plantearse para evitar que se produzca una mayor alteración será:

1 Aproximarse al área cuidadosamente.

2. Acordonar 10 metros al menos alrededor de la mayor concentración de huesos.

3. Que no entre  nadie que no tenga algo específico que hacer.

4. Sin tocar los restos, ver si son humanos.

5. Fotografiar la escena en general.

6. Retirar vegetación excesiva sin alterar la escena.

7. Cuadricular el área con procedimientos técnicos. El tamaño de la cuadricula variara según la extensión del terreno abarcado. Orientar la cuadricula sobre un plano o croquis detallado de la zona; tomar como punto de referencia para construir la cuadricula un accidente del terreno fijo e inmovible, por ejemplo un árbol, un edificio, una roca, de manera que sea posible reconstruirla de nuevo si es preciso.

Para ello, también puede hacerse clavando en una de las esquinas de la cuadrícula un tubo metálico, que luego pueda ser buscado con un detector de metales. En la cuadricula consta de más de una unidad, el eje de abscisas u horizontal se ordena mediante letras y el de ordenadas con números.

También se deben incluir notas sobre:

  • Tipo de terreno (sombreado, arenoso, bosque, etc.)
  • Orientación (ladera, norte, sur, etc.)
  • Posición del cuerpo: dirección y situación
  • Grado de relación de los diferentes restos hallados.

8. Marcar con banderas o listones el campo y señalar en la cuadricula más importante, fotografiar los hallazgos y recogerlos en bolsas cajas que deben ir debidamente rotuladas.

9. Inventario de todas las operaciones y hallazgos realizados, búsqueda cuidadosa de restos perdidos y examen para ver si existen huellas de animales en los huesos que pueden posteriormente ayudar a la investigación.

10. Tras la recogida de los huesos, toda el área colindante debe ser excavada y cribada, esto es inspeccionar partícula a partícula el sedimento, se puede usar también para ello el lavado y separación en fracciones distinto tamaño en cribas apropiadas.

11. Recoger muestras del suelo del área inmediata al cuerpo, con destino a ser estudiadas en el laboratorio.

Casos en que los restos cadavéricos aparecen enterrados:

En estos casos el hallazgo puede deberse a una declaración policial o judicial sobre el lugar en el que se haya enterrada la víctima o bien en otros casos se encuentran estos restos con motivo de la realización de obras públicas, excavaciones o construcciones en general. En estos casos casi con toda seguridad el sitio resulta alterado, perdiéndose parte de las evidencias.

Las pautas a seguir serán:

1. Acordar el área.

2. Establecer una cuadrícula. Fotografiar y marcar la localización de la tumba sospechosa, huesos y artefactos.

3. Si el lugar ha sido alterado por actividades constructoras, retirar la tierra extraída recientemente. Esto  puede requerir limpiar la tierra los cortes hechos por las máquinas, así como las superficies.

4. Retirar la tierra, tomar muestras de la que recubre los huesos, ´por ejemplo del relleno no alterado unos 10 cm por debajo de la superficie.

5. Para remover la tierra, debe hacerse del centro a la periferia. Una vez que se descubren los huesos, deben ser dejados en su sitio, si es preciso con un zócalo de tierra por debajo, lo mismo se hará  con cualquier otro objetivo.

6. No cabe esperar que la tumba sea regular. Con una excavación cuidadosa es posible averiguar incluso el tipo de pala utilizada (redondeada, cuadrada, azadón) así como indicios como huellas de calzado, astillas pintadas, etc.

7. Una vez que el primer hueso sale a la luz, utilizar instrumentos finos, como pinceles, espátulas, cepillos duros y blandos, etc.

8. Se deben tomar muestras de tierra de la cavidad torácica y abdominal, en frascos de boca ancha, con tapón de rosca.

9. Tras exponer completamente el cuerpo, fotografiarlo, así como los objetos que aparezcan.

10. Toda la tierra extraída debe ser cribada, por vía seca o húmeda

11. Levantar el esqueleto y llevarlo al laboratorio.

12. Continuar excavando hacia abajo hasta agotar el relleno. Coger muestras del terreno por debajo del cadáver.

13. Se debería ampliar las excavaciones entonces, para obtener un perfil vertical de la tumba y fotografiarla.

Estudio métrico y morfológico de los restos óseos:

Sin olvidar el estudio de ropas y objetos relacionados que pudieran haberse encontrado y que tiene una gran importancia en la investigación, debe aplicarse sistemáticamente un protocolo de medidas y descripción morfológica de los restos encontrados:

Diagnostico de especie: no representa un problema en su determinación ya que la anatomía humana es bastante diferente de la de los animales que puedan existir en el entorno.

Si existe duda porque aparezca solo un fragmento óseo o restos parciales de algún animal que por su anatomía pueda recordar la humana (manos y pies de oso, restos de primates) pueden enviarse al laboratorio donde se identificarán por medio de técnicas biológicas.

Aunque existen en la literatura otros métodos como el cálculo del índice medular en los huesos largos o el estudio del tamaño y número de canales de Havers por mm2. Estos métodos son de dudosa validación por lo que es preferible obviarlos.

Determinación del número de individuos: cuando aparecen restos de más de una persona mezclados o dispersos o bien deteriorados o fragmentados debe intentarse la individualización y estudio de cada uno de los individuos.

Para ello son de gran utilidad los datos que se han extraído en izó levantamiento de los restos.

Son también de interés los detalles siguientes:

  • Variaciones de color y aspecto de los distintos huesos.
  • Grado de deterioro o conservación en que se encuentren.
  • Diferencias de tamaño entre huesos homólogos.
  • Semejanzas anatómicas entre fragmentos óseos que pueden corresponder a un mismo individuo.
  • Articulación de los huesos entre sí (coincidentes o no).
  • Relación de oclusión entre maxilares y mandíbulas.
  • Características métricas y morfológicas en cada uno de ellos que puedan dar información sobre sexo, edad, desarrollo, etc.

Data de la muerte: aunque hay algunos signos, como la coloración del hueso que suele tornarse del mismo color que el medio donde se encuentra a los 70 u 80 años, no existe un método realmente fiable para la determinación de la data. Puede ser de ayuda el esquema de Müller que se basa en la evolución de las partes blandas del cadáver y que se resume en los siguientes pasos:

1. Formación de una capa de moho en los cadáveres sepultados en tierra (se presenta de 2 a 4 años después de la muerte).

2. Desaparición de las partes blandas en enterramientos en fosas (indica que han trascurrido 2 o 4 años después de la muerte).

3. Desaparición de cartílagos y ligamentos en sepultados en tierra (tiene lugar a los 5 o más años).

4. Desaparición de la grasa en los huesos (tiene lugar a los 5 a 15 años después de la muerte).

5. Destrucción del hueso, puede presentarse entre 10 a 15 años, dependiendo del terreno. Hay huesos que resisten miles de años.

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