Actitud Tanatologica

Capítulo I

1. Introducción

1.1Descripción del Problema

Para la condición humana existen dos fenómenos naturales inevitables que comparten aspectos biológicos, sociales y culturales así como psicológicos-emocionales: el nacimiento y la muerte, quizás ésta sea el acontecimiento que mayor impacto emocional generan en los individuos cercanos a éstos y en quienes los atienden, a diferencia del nacimiento que es un suceso acompañado de sentimientos positivos es notable el contraste de respuestas emocionales al suscitarse la muerte, en donde se observan: la ansiedad, el miedo y la depresión.(1)

La muerte como proceso y fenómeno biológico psicosocial, escapa generalmente a la simple observación; el hombre en su trayectoria hacia la muerte enfrenta múltiples temores que se trasladan al ámbito médico hospitalario y quien afronta éstos es el personal de enfermería dada la naturaleza de su profesión que es el cuidado.

Es notable también entre los individuos que rodean al sujeto en su proceso de agonía y muerte el desconocimiento de los adecuados cuidados paliativos, observándose así el interés de proporcionar cuidados curativos, siendo ésta una situación de rechazo y evasión a la muerte.

Por lo consiguiente el personal de enfermería enfrenta con mayor frecuencia los decesos en pacientes que requieren acompañamiento en su proceso de enfermedad terminal; y posteriormente al suscitarse el deceso, dicho personal es sometido a una carga de estrés emocional y sentimental que le provoca diversos sentimientos.

La atención que requieren pacientes y familiares deben ser proporcionadas por personal con cualidades y conocimientos tanatológicos, quienes deben enfrentarse a su propio temor a la muerte para confrontar de forma adecuada al sujeto que agoniza, ya que la actitud que se tome ante la muerte dependerá de cómo sea percibida ésta (2), por lo que se ha visto personal de enfermería que solo proporciona cuidados de tipo físico dejando atrás el espiritual y psicosocial desechando de esta manera principios bioéticos de la profesión.

Debido a esto la importancia de reconocer el impacto que surge ante los familiares y hasta el propio personal de enfermería cuando el diagnóstico es fatal, como es mencionado en estudios(2) donde se obtuvo que el personal demuestra su inconformidad en diferentes sentimientos como depresión y negatividad, por lo cual muchas veces surge una comunicación apática con los familiares.

Sucede también a consecuencia de estos sentimientos que al individuo que cae en una etapa terminal se le cuida para que sea curado y es excluido el objetivo colaborar en la mejora de su calidad de vida el tiempo que le quede (3).

Por lo anterior, se considera pertinente indagar.

¿Cuál es la actitud tanatológica de enfermería en pacientes con enfermedad terminal?

1.2.-Marco de referencia

Para todo el género humano, vivir se convertirá inevitablemente en morir; ya que es la consecuencia irremediable de la vida, sin embargo este acontecimiento se ha convertido en un tabú ya que en nuestra sociedad donde los fines que se persiguen son más materiales que espirituales, no se le permite al “yo” sobrevivir a la muerte; siendo entendido el hecho de morir como acabar.(4). Estudios han definido la muerte como: “periodo para experimentar intensas emociones que ponen en evidencia la fragilidad y la limitación que posee la vida humana”. Siendo involucrados durante este transcurso el paciente moribundo, la familia e inevitablemente el quipo de salud asistencial.

Siendo así la muerte un proceso que aborda distintas etapas y sentimientos, fueron descritos por Kübler – Ross(5) (1985) las siguientes como etapas de duelo:

Fase de negación: en ésta, la mayoría de pacientes que se enteran de padecer una enfermedad mortal reaccionan con la negación insisten en que no es verdad y que existe un error, lo que con frecuencia ocasiona el peregrinar por diferentes médicos, buscando encontrar la solución. Este periodo tiene como ventaja ser amortiguador ante la noticia inesperada, permitiendo que el paciente se recupere y movilice otras defensas, por ello es necesario detectar si desea hablar sobre la muerte, si es así, debe iniciarse un dialogo con él y sus familiares, ya que la muerte se percibe más lejana porque aún existe un estado de relatividad salud y bienestar.

Fase de ira: la reacción es ¿Por qué yo, habiendo gente mala? ¿Qué hice para merecer ese castigo? Esta cólera se proyecta hacia la familia y el personal de salud con lo cual resulta difícil atender al paciente. En esta etapa el enfermo necesita de gran apoyo y compresión ya que su ira no solamente es porque va a morir, si no porque se ha visto obligado a abandonar su proyecto de vida, no es contra nadie en particular, todo el mundo, incluso a Dios. Puede suceder que los familiares y amigos se alejan para no ser blancos de los ataques, con lo cual empeora la situación ya que el paciente se sentirá profundamente abandonado, aunque es posible que grite que no quiere que nadie lo acompañe.

Fase de pacto: Generalmente es de duración corta, el paciente abandona la cólera y se porta bien para obtener el privilegio de seguir viviendo, aunque sea un poco más de tiempo o que desaparezca el dolor, o que sea concebido un determinado deseo.

Fase de depresión: Hay una sensación de pérdida relacionado con el tipo de enfermedad, por eso es distinta en cada paciente. Puede ser por pérdida de la belleza, de la posibilidad de tener hijos, de casarse, de concluir un proyecto, de perder el empleo, es ahí donde toma mayor importancia el rol que puede desempeñar la enfermera(o) puesto que debe descubrir la causa de la depresión para tratar de aliviar el sufrimiento, esto, con el diálogo franco con el enfermo quien debe expresar su dolor, y dicho personal contestar sus preguntas acerca de las múltiples interrogantes que atormentan al paciente.

Fase de aceptación: En esta última probablemente el paciente estará agotado por los estragos de su enfermedad, se sentirá cansado y resignado, y es posible que desee estar sólo más tiempo, no conversará mucho, pero aceptará con gusto la compañía silenciosa de alguien que le de la seguridad de que aún es amado y necesario, pues en estos casos el silencio va más allá de las palabras. (5)

Mientras se aproxima el momento final de la vida del paciente los sentimientos de ansiedad y temor

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