Actividad humana contra el medio ambiente.

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Introducción

Este documento acerca  de la capa de ozono y su  importancia  para el desarrollo de la vida en la tierra,  tiene como finalidad el dar a conocer el tema y asimismo crear conciencia para  ayudar en lo posible realizando   acciones sencillas  que ayuden a preservar este fenómeno natural, para evitar daños permanentes en nuestra salud y la salud de nuestro planeta en general.

Actualmente nuestro planeta está viviendo varios  fenómenos naturales que nos hacen reflexionar acerca del problema  y  el porqué sucede cada vez con más frecuencia  en la tierra.

El calentamiento global o cambio climático, la destrucción de la capa de ozono, pérdida de biodiversidad, contaminación de los océanos, escasez y mal uso del agua, pérdida y degradación de suelos, desertificación, y el auge urbano, están acelerando el deterioro de nuestro planeta y quizás en próximos años si no se realizan acciones para frenarlo, provocaran la extinción de toda forma de vida sobre el mismo.

La dinámica de nuestra sociedad,  las demandas  para seguir viviendo aunado al  avance tecnológico, están  generando en la población mundial un comportamiento consumista, sin tomar  en cuenta las medidas de protección y conservación del medio ambiente,  situación que está llevando a nuestro planeta a una destrucción segura.

Hablaremos en concreto acerca de la destrucción de la capa de Ozono la cual  se ha convertido,  en una preocupación común para gobiernos, políticos, industriales, organizaciones de gobierno y no gubernamentales y para  la población en general, ya que se ha llegado a la conclusión que la capa de Ozono es primordial  para el desarrollo de la vida en nuestro planeta.  

Destrucción de la capa de ozono

Comenzaremos el desarrollo del tema hablando  acerca del ozono;  el   cual es un componente natural del aire, incoloro, aunque en grandes cantidades presenta un color azulado, y de olor penetrante. Fue descubierto en 1840, por Schobein,  el cual   define que  esta conformado por tres átomos de oxigeno.

El ozono actúa como un  escudo protector de las radiaciones nocivas, y de alta energía, que llegan a la Tierra,  permitiendo que pasen otras como la ultravioleta de onda larga. Esta radiación ultravioleta es la que permite la vida en el planeta, porque  permite que se realice la fotosíntesis del reino vegetal.

Los expertos manejan la teoría de que un solo átomo de cloro puede romper hasta 10 mil moléculas de ozono. Y para reducir este proceso se han prohibido de manera general ciertos químicos en procesos de manufactura.  

La capa de ozono fue descubierta en 1913 por los físicos franceses Charles Fabry y Henri Buisson. Sus propiedades fueron examinadas por el meteorólogo británico G.M.B. Dobson, quien desarrolló un sencillo espectrofotómetro que podía ser usado para medir el ozono estratosférico desde la superficie terrestre. Entre 1928 y 1958 Dobson estableció una red mundial de estaciones de monitoreo de ozono.

En las mediciones realizadas en tiempos recientes se descubrieron importantes reducciones de las concentraciones de ozono en su  capa, con mayor incidencia en la zona de la Antártida.

Se atribuyó este fenómeno al aumento de la concentración de cloro y de bromo en la estratósfera debido  a las emisiones de compuestos químicos, entre los que destacan los utilizados como fluido refrigerante.

En septiembre de 1987 varios países firmaron el Protocolo de Montreal, en el que se comprometían a reducir a la mitad la producción de CFC en un periodo de 10 años.

Impacto de los hoyos en la capa de ozono

El impacto que ha generado la pérdida de la capa de ozono en nuestro planeta se puede ver  principalmente, en el  incremento de la radiación UV-B, situación que provoca que diversas afectaciones se presenten tanto en la salud de los seres humanos como en el medio ambiente.

Los rayos UV-B se presumen responsables  de patologías como: aparición de cáncer de piel; lesiones en los ojos como  cataratas, la deformación del cristalino o la presbicia; y deterioro del sistema inmunológico, las cuales generan un aumento en las enfermedades infecciosas como: sarampión, herpes, malaria, lepra, varicela.  Además de iniciar  y promover  el cáncer en la piel maligno y no maligno,  hace más severas las quemaduras del sol y avejentan la piel, aumenta el riesgo de dermatitis alérgica y tóxica, activa ciertas enfermedades por bacterias y virus, aumentan los costos de salud, y sobre todo impacta principalmente a la población indígena.

A nivel de fauna,  daña a los ecosistemas acuáticos siendo su consecuencia la pérdida de fitoplancton (base de la cadena alimenticia marina). La  disminución en la cantidad de organismos puede provocar una reducción de los peces y afectar el resto de la cadena trófica.  También, provocan problemas en peces, crustáceos y anfibios en sus primeras etapas de desarrollo, afectando sus capacidades de reproducción,  reduciendo el tamaño de la población. Al escasear el fitoplancton  los océanos perderían su potencial como recolector de CO2, contribuyendo aún más al efecto invernadero.

A nivel de flora, está provocando importantes cambios en la composición química de varias especies de plantas y árboles.

Además de alterar  el crecimiento de algunas plantas e impidiendo su proceso de fotosíntesis
reduce el rendimiento de las cosechas, así como  el rendimiento de la industria pesquera además de dañar materiales y equipamiento que están al aire.

En el año  2013, los peligros de la exposición a los rayos del Sol sin la protección del ozono, llegaron al mundo subacuático y provocaron que las especies que habitan en la Gran Barrera de Coral de Australia sufran cáncer de piel.

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