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Antropología Forence


Enviado por   •  26 de Agosto de 2013  •  3.894 Palabras (16 Páginas)  •  332 Visitas

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En el inframundo que constituye el hecho criminal y aunque sea con cincuenta años de retraso, ha irrumpido una Ciencia auxiliar de la Medicina Legal y de la Justicia: La ANTROPOLOGIA FORENSE. Como ciencia nueva adquiere un gran desarrollo en Estados Unidos como consecuencia de las guerras de Corea y Vietnam. Los cadáveres de miles de soldados norteamericanos enterrados en Fort Kobbee (Japón) y Hawaii son exhumados al cabo de varios años para su traslado a Estados Unidos, lo que hace intervenir a los grandes expertos en Antropología para llevar a cabo su identificación: Mildred Trotter, Thomas D. Stewart y Lawrence Angel. Precisamente bajo la dirección de aquellos grandes maestros de la Antropología americana realicé mis estudios en Estados Unidos, especialmente en la Smithsonian Institution de Washington y más tarde con los Profesores Putchar de Baltimore, Filce Leek de Londres que intervino en la autopsia de la momia de Tutankhamon, la Dra. Lucille St.Hoyme de la Smithsonian, el Dr. Cockburn, Presidente de la Paleopathology Association y el Dr. Leon Pales, antiguo director del Musée de l'Homme de Paris y las lecciones de los diversos Jefes de Sección del Federal Bureau of Investigation (FBI) en Washington que ampliaron mis conocimientos iniciados durante los años pasados como interno de Histología y Anatomía Patológica y en Medicina Legal en la vieja Facultad de Medicina de San Carlos con cerca de mil autopsias cuya técnica aprendí de los grandes maestros españoles el Prof. Julián Sanz Ibáñez, el Prof. José Luis Arteta y los Prof. Antonio Piga y Blas Aznar. Todo ello unido a mis propias experiencias en mi Doctorado en Antropología y más tarde en la Cátedra de Antropología Física que desempeñé en la Universidad de Panamá durante los años que viví en aquella capital, me permitió tener una preparación en esta materia que pondría a disposición de la Universidad a mi regreso a Madrid donde mi maestro el Prof. Laín Entralgo me ofreció la oportunidad de reingresar después de dieciocho años de ausencia. Allí en la Cátedra de Historia de la Medicina impartí la materia de Antropología Médica en los Cursos del Doctorado durante cinco años, al cabo de los cuales el Prof. Vicente Moya, actual Decano de la Facultad de Medicina me pidió que organizase el Laboratorio de Antropología Forense en la Escuela de Medicina Legal.

La Antropología Forense daba así sus primeros pasos en España. Con medios muy modestos, comenzaba así una serie de interesantes trabajos y una nueva etapa en la Medicina Legal española: el estudio del crimen y especialmente la identificación de las víctimas aplicando nuevas tecnologías al estudio de los restos óseos.

Inmediatamente se pudo comprobar el valor de estas técnicas en varios casos de los llamados "difíciles" que fueron resueltos en breve espacio de tiempo gracias a los datos que proporcionábamos en nuestros informes.

Los Juzgados de Instrucción y Primera Instancia de todos los rincones de España comenzaron a enviarnos casos de lo más variado, desde los huesos limpios hallados en una excavación por obras y casos de la guerra civil, hasta cadáveres quemados por mano criminal o en accidentes diversos y catástrofes aéreas.

Por los materiales objeto de su estudio, la Antropología Forense es la Ciencia del pequeño detalle, ya que cualquier marca o huella por diminuta que sea puede permitir llegar a solucionar un caso que de otra manera hubiera quedado, como ocurre muchas veces, en el más absoluto misterio.

En los casos criminales nos basamos en la constante observación de que el responsable del delito, el criminal, deja siempre su sello personal sobre el cuerpo de la víctima o en el lugar de los hechos. Quizás se trate de una colilla de cigarrillo en cuya boquilla puede estudiarse el ADN del asesino, o un cabello, un fragmento de piel bajo las uñas de la víctima, arrancado durante la lucha con su victimario en el que se puede estudiar el grupo sanguíneo y el ADN, puede ser una etiqueta dejada descuidadamente entre las envolturas de un cuerpo como fué el caso del crimen con emparedamiento de los mellizos de la calle Abades de Madrid, o el número de puñaladas que presenta la víctima, que nos indica el estado de ánimo del criminal (ensañamiento), incluso una manzana mordida por éste y abandonada en el lugar del crimen, manzana en la que se puede estudiar, tomando un molde, la forma, tamaño y disposición de los dientes del culpable y también el ADN de las células mezcladas con la saliva, o un fragmento de bolsa hallado sobre el cadáver emparedado como ocurrió en el caso del Doble crimen del Mesón del Lobo Feroz.

Otro elemento fundamental es que el hueso no es algo inerte sino vivo y en constante proceso de remodelación a lo largo de la vida y por lo tanto un material muy plástico y para nuestro trabajo, "muy agradecido", pues en él quedan marcados todos los acontecimientos de la vida, desde antes de nacer hasta después de la muerte. Y quedan grabados en un lenguaje críptico, jeroglífico, que sólo con la práctica constante y el estudio de miles de huesos se logra entender.

Por eso decimos que los muertos hablan o que nuestras técnicas les hacen hablar.

El antropólogo forense se mueve en un terreno situado a ambos lados de la línea que separa la Ciencia antropológica propiamente dicha de la investigación policial. Por ello se nos toma a veces por una especie de Sherlock Holmes. En realidad no hay tal si no es porque debemos aplicar la lógica deductiva basada en la observación del pequeño detalle como hacía el inolvidable personaje creado por Conan Doyle. Lo cierto es que el informe antropológico forense que es necesariamente detallado y muy técnico basa gran parte de su elaboración en la Antropología Física, la Antropometría, pero al llegar a las conclusiones y esbozar la posible dinámica del crimen, es preciso aplicar toda la deducción lógica sin separarse de la precisión de los datos obtenidos, pero con la suficiente capacidad imaginativa para "ver" a través de esos datos la probable actuación del criminal, su estado psicológico y aún los movimientos que tuvieron que realizar él y la víctima en los momentos que precedieron a la muerte. Así damos al Juez y a los investigadores policiales un "informe traducido a un lenguaje que ellos podrán comprender".

La Antropología Forense trata de resolver el problema urgente de la identificación, pero en un aspecto más profundo intenta conseguir una explicación al hecho criminal, a la conducta del hombre, criminal y víctima, por algo es Ciencia antropológica.

Por eso el antropólogo forense se apoya también en una buena inspección ocular del lugar del hallazgo del cadáver, que no

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