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Atmosfera


Enviado por   •  28 de Octubre de 2014  •  2.565 Palabras (11 Páginas)  •  247 Visitas

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La atmosfera está constituida por varias capas concéntricas sucesivas que son cada vez menos densas a medida que nos alejamos de la superficie terrestre.

La troposfera, o baja atmosfera:

El nombre viene del griego tropos: cambios que significa “esfera de cambios”.

Está en íntimo contacto con la superficie terrestre. La más importante para la vida.

Concentra el 75% de toda la masa de gases que componen la atmosfera.

Se va enfriando un promedio de 6,5 C por cada kilómetro que se asciende. Estas diferencias de temperatura provocan la formación de vientos, nubes y precipitaciones que determinan el estado de tiempo.

Es en ella donde se despliegan los colores del arcoíris.

La estratosfera:

Contiene proporciones bajísimas de ozono, suficientes para filtrar el 99% de la radiación ultravioleta (UV) proveniente de los rayos solares.

A diferencia de la troposfera, es una zona con poco movimiento de las masas de aire.

Ideal para el transporte aéreo.

La mesosfera:

La temperatura vuelve a descender hasta llegar a cerca de unos gélidos -90 C, en su límite superior a los 80 Km.

Es el lugar donde vemos las estrellas fugaces.

Los meteoritos al entrar en contacto con la mesosfera, a causa de la fuerza de fricción, se consumen y emiten la luz que vemos.

La termosfera

Se extiende por encima de los 80 kilómetros sobre el nivel del mar. La temperatura asciende continuamente debido a que existen gran cantidad de gases ionizados por efecto de la radiación solar y cósmica. Estos iones posibilitan las transmisiones radiales y las telecomunicaciones.

El último límite de la atmosfera, es la exosfera. Comienza aproximadamente a los 500 kilómetros de altura desde el nivel del mar. Predominan gases más livianos como el hidrogeno y el helio.

Es la capa más extensa de la atmosfera y la región que exploran los satélites artificiales.

Contaminación atmosférica:

El aire nunca es tan limpio como imaginamos.

La naturaleza aporta sustancias a la atmosfera a través de las erupciones volcánicas, la descomposición de restos orgánicos en selvas y pantanos, de los incendios forestales, etc. Muchas de estas sustancias no son precisamente “inocentes”.

A diferencia de la contaminación natural, la antropogénica suele concentrarse en las ciudades. Contaminantes que suelen ser más tóxicos que los naturales.

Los contaminantes atmosféricos pueden ser muy diferentes en su forma de actuar, lo mismo que sus estados físicos. Estos pueden ser gases, partículas e, incluso, energía contaminante como la radiación y el ruido.

Los gases son más rápidos que las partículas, que constituyen un grupo bastante heterogéneo en cuanto a su aspecto físico, ya que pueden estar en forma de pequeñas gotitas, o también ser sólidas. Este es el caso del humo o el de las peligrosas fibras de asbesto.

Los humanos intervenimos en los ciclos biogeoquímicos incorporándoles contaminantes que aportan nitrógeno, carbono y azufre, entre otros. Esto trae aparejadas profundas consecuencias ambientales.

Las fuentes:

Las fuentes emisoras de contaminantes atmosféricas tienen una variedad enorme y se las clasifica básicamente en móviles o fijas.

Por ejemplo los transportes automotores, los aviones y los buques son del primer tipo, y se caracterizan por ser pequeñas y difíciles de controlar.

Las fijas pueden ser las industrias, las plantas generadoras de electricidad, etc.

Las fuentes también pueden catalogarse en urbanas, industriales y rurales; según el emisor.

ACÁ DEBERIAN IR LOS EJEMPLOS DE ESTAS FUENTES

Fuentes urbanas:

Fuentes industriales:

Fuentes agrícolas:

Efectos de la contaminación atmosférica:

Efectos sobre nuestra salud:

Efectos de las sustancias contamintes:

Nuestro organismo está “conectado” con la atmosfera a través de una superficie, casi tan grande como una cancha de tenis; la de los alveolos pulmonares. A través de ellos se realiza el intercambio gaseoso.

Cuando un contaminante llega a nuestro sistema respiratorio viene “pertrechado” con una cualidad intrínseca, que es su propia toxicidad.

Esta puede verse potenciada o disminuida por una serie de factores.

Las enfermedades que pueden provocar los contaminantes atmosféricos van desde bronco-espasmos (producidos por sustancias irritantes como el dióxido de azufre), bronquitis crónica, que inflama y daña las células que recubren los bronquios y bronquiolos, hasta cáncer de pulmón y enfisema.

El ozono por su parte, provoca enfisema, un daño irreversible de los alveolos pulmonares que reduce la superficie de “la cancha de tenis” y por lo tanto, el intercambio de aire.

También existen contaminantes con efectos sistemáticos, pues no solo dañan las vías respiratorias, sino también otras partes del organismo. El plomo por ejemplo, es una sustancia sistemática, tiende a acumularse en ciertos tejidos y provoca distintos problemas.

Otras, como el monóxido de carbono, son asfixiantes. Este gas, a elevadas concentraciones, adormece y finalmente asfixia, desplaza al oxigeno de la hemoglobina, lo que provoca que la sangre no pueda llevar suficiente oxígeno a los tejidos.

En la práctica suele ser difícil correlacionar estas enfermedades con un contaminante en particular, (excepto en casos de exposiciones agudas (derrames, fuga de gases) donde se produce una reacción inmediata del organismo), sobre todo en ambientes donde se está expuesto a varios contaminantes (como las ciudades) o cuando la exposición es crónica y con síntomas muy vagos o poco relevantes. Esta última deteriora lentamente el sistema respiratorio o el cardiovascular.

De manera

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