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Atomos


Enviado por   •  7 de Julio de 2013  •  Tesis  •  2.307 Palabras (10 Páginas)  •  309 Visitas

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Objetivos:

La ciencia ha encontrado cómo construir bombas aún más potentes, pero de mayor importancia que ellas son las aplicaciones pacíficas que se les han hallado al átomo y a su núcleo. La gente de todas partes del mundo confía en que los átomos nunca vuelvan a ser usados para la destrucción. Pero lo que sí es seguro, es que se aplicarán con fines constructivos. De hecho, los átomos ya se han puesto a trabajar para la industria y, hasta el año 1958, habían ahorrado la suma de 500 millones de dólares. En cuatro años, dicha suma representaba el costo original del programa de energía atómica.

La industria no es la única que emplea la energía nuclear. Ésta ha probado su gran importancia en la medicina, en la agricultura, en los transportes, en la minería y en todas y cada una de las demás actividades humanas.

Algunas de sus aplicaciones más espectaculares son bien conocidas. Las estaciones generadoras de energía nuclear abastecen de electricidad a varias ciudades. La radiación atómica se emplea para diagnosticar y descubrir algunas enfermedades y curar otras. Los motores nucleares impulsan a los barcos y, dentro de poco tiempo, harán lo mismo con los aeroplanos. Algún día el átomo podrá proporcionar calor a ciudades enteras, generar fuerza para las naves espaciales, derribar montañas, abrir canales y descubrir nuevos yacimientos de minerales. Quizá aun pueda utilizarse para mejorar las condiciones climáticas de la Tierra.

Pero dentro de cada una de esos grandes proyectos, hay probablemente cientos de aplicaciones menos conocidas de la energía nuclear. El reactor atómico nos permite convertir en radiactivos toda clase de elementos y, en el comercio y en la industria, ha probado ser de gran utilidad en muchas formas asombrosas. He aquí unas cuantas de ellas:

En la industria petrolera, la cual envía constantemente grandes cantidades de petróleo crudo a través de millares de kilómetros de tubería, el átomo ha hecho posible que se haga circular, una después de otra y por la misma tubería, dos clases distintas de petróleo, para luego separarlas en el otro extremo: Se colocan "etiquetas" radiactivas entre los dos envíos, y un contador Geiger es el encargado de "avisar" cuándo termina de pasar la primera clase de petróleo y cuándo empieza a llegar la segunda.

Si los ingenieros de una fábrica desean saber el número de vueltas que da una polea giratoria, colocan un pedazo de material radiactivo sobre su orilla y un contador Geiger se encarga de registrar cada vez que el trozo radiactivo pasa por el mismo lugar.

Para medir la altura de un líquido que está almacenado en un depósito, se envían rayos a la pared del depósito y se coloca un contador en el extremo opuesto. Como los rayos no pueden atravesar los líquidos, el contador registra el nivel cuando los rayos empiezan a pasar por donde no hay líquido.

La radiactividad protege a los trabajadores que laboran cerca de máquinas peligrosas. Un trozo de material radiactivo se coloca en una pulsera en la muñeca del trabajador. Cuando su mano se acerca a un lugar de peligro, la radiación hace sonar la alarma de un aparato instalado en la máquina.

Para medir el grosor del papel, el de la lámina, o el de muchos otros objetos, los fabricantes disparan rayos radiactivos a través de los materiales y cuentan el número de rayos que salen por el otro lado. Cuando pasan demasiados rayos, significa que el material es muy delgado. Si sólo pasan unos cuantos, es que el material es grueso.

Cuando cierto material plástico que se emplea para forrar los conductores eléctricos se somete a la radiación alcanza tal dureza, que resulta ser uno de los mejores aislantes.

Las roturas internas que llega a haber en las piezas metálicas de los aparatos pueden ser descubiertas por medio de la radiación (antiguamente se empleaban rayos X, pero la radiación atómica resultó ser mucho más económica).

La electricidad estática, del tipo que a veces brota al tocar la manija de la portezuela de un automóvil, puede ser muy peligrosa cuando hay substancias explosivas cerca de ella. La energía atómica se puede aplicar para descargar esa electricidad y evitar así que cause daño.

La lista de las aplicaciones industriales del átomo y sus derivados es interminable. Además de lo que hemos mencionado, el átomo se emplea para construir los indicadores de la velocidad de los aeroplanos, para fabricar mejores jabones y lápices labiales, cintas adhesivas más fuertes y vidrio mucho más duros. Se puede usar aun para descubrir la presencia del humo en la atmósfera y para analizar un tronco de árbol y determinar el número de nudosidades internas que contenga.

En la medicina, el átomo no tiene tantas aplicaciones como en la industria, pero quizá su importancia sea mayor. Alivia el dolor, contribuye a la técnica quirúrgica, proporciona ayuda a los médicos para diagnosticar el mal de sus pacientes. He aquí unos cuantos ejemplos del uso de la energía atómica en la medicina.

Para averiguar hasta qué partes del organismo llega un medicamento y si es que lo alivia, se agregan pequeñas dosis de substancias radiactivas a las substancias curativas, las cuales pueden ser rastreadas con un contador. Substancias químicas similares se pueden agregar a la sangre para que los médicos puedan saber qué órganos y partes del cuerpo sufren de circulación defectuosa.

Como Becquerel lo supo por propia experiencia, las substancias radiactivas son a menudo tan potentes, que pueden causar quemaduras. Algunas de éstas llegan a ser graves, pero también pueden ser benéficas, como cuando se emplean para destruir las células cancerosas que no pueden extirparse por medio de la cirugía. Mucha gente que ha padecido cáncer ha vivido más tiempo gracias a ese tratamiento.

Los que padecen de fiebre de heno se beneficiarán con la investigación atómica que efectúan los botánicos. Con el objeto de determinar el trayecto que siguen las esporas de la ambrosía, la cual hace estornudar a los que sufren de dicha fiebre, los científicos primero colocan substancias radiactivas en los lugares donde crece la ambrosía. Luego, rastrean las esporas con un contador Geiger.

Las drogas, los vendajes y otros productos químicos y médicos pueden ser esterilizados al someterlos a la acción de los rayos atómicos, que destruyen las bacterias y los gérmenes portadores de las enfermedades.

Los insectos que atacan los cereales pueden ser combatidos por medio de la radiactividad, ahorrando en esta forma mucho dinero a los agricultores. Los brotes tempraneros de las patatas que les echan a perder pueden ser retardados si se les aplican rayos atómicos.

Para darnos cuenta de lo eficaz que han llegado a ser los fertilizantes

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