Cáncer, problema por contaminación

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Cáncer, problema por contaminación

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Son 11 municipios los que registran casos de manera frecuente, todos de Tula-Tepeji

son 11 los municipios en donde los casos de cáncer en la población se han vuelto frecuentes y que podrían estar asociados con contaminantes que producen industrias y fábricas asentadas en la región Tula-Tepeji.

Así lo expuso el diputado Rosalío Santana Velázquez, del distrito de Tepeji, quien dijo que, además de atender este problema ambiental, es urgente que se concluya el hospital de Oncología en la región, a fin de brindar atención especializada a los pacientes con cáncer, para que no tengan que trasladarse hasta la Ciudad de México a recibir atención médica.

El diputado desconoce cuántos casos de cáncer se han presentado ni la claridad de su origen; sin embargo, exhortó al gobierno estatal para que etiquete recursos suficientes para avanzar en el nosocomio.

De acuerdo con el legislador local del PVEM, las 11 demarcaciones donde se concentran los casos de cáncer son Tepeji, Tula, Tepetitlán, Tlahuelilpan, Tezontepec, Mixquiahuala, Atotonilco de Tula, Atitalaquia, Tlaxcoapan, Tetepango y Aja-cuba, todos de la región.

“El llamado para la Sepladerm es para que se contemple, dentro del proyecto de presupuesto 2014, una partida exclusivamente para el nosocomio”, señaló.

Santana Velázquez agregó que, además de padecer esta enfermedad, los gastos económicos se incrementan potencialmente, pues “basta recordar que en la zona de Tepeji un obrero percibe un salario entre los 600 y 800 pesos semanales y, cuando una familia se enfrenta a esta difícil situación se ve agobiada, por la parte emocional y la económica”, por ello el nosocomio ayudaría a atenuar ambas complicaciones.

De acuerdo con el Sistema de Salud, en México se presentan 110 mil casos de cáncer al año, de los cuales 60 mil se convierten en defunciones, entre los que destacan, decesos de mujeres por cáncer de mama, cáncer de pulmón y cáncer de colon.

Acuerdan con Pilgrim’s erradicar de Tepeji del Río sus contaminantes

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[Foto:Especial]

Durante el encuentro entre autoridades municipales y el gerente de la planta en Tepeji, Arnulfo Ponce de León, este indicó que el proceso de traslado de material contamínate a su planta de Querétaro requerirá de por lo menos seis meses.

Luego de que la administración municipal de Tepeji del Río contemplara una fuerte sanción económica, así como la suspensión operativa de Pilgrim’s Pride en la demarcación por contaminar el medio ambiente, la empresa procesadora de pollos trasladará 30 por ciento de los agentes que emana malos olores a su planta alterna ubicada en Querétaro.

Tras las múltiples quejas de los pobladores que habitan en las inmediaciones de la planta de Pilgrim’s Pride en dicho municipio, autoridades municipales, encabezadas por el alcalde Fernando Miranda Torres, acordaron ayer con directivos de la empresa mover los desechos que generan contaminación para aminorar las molestias a la ciudadanía.

Durante el encuentro entre autoridades municipales y el gerente de la planta en Tepeji, Arnulfo Ponce de León, este indicó que el proceso de traslado de material contamínate a su planta de Querétaro requerirá de por lo menos seis meses.

Como parte de este traslado, dijeron, la firma transportará hacía Querétaro parte del producto que cuece en su planta de Tepeji de Río, con la finalidad de reducir las emisiones olorosas al ambiente, mismas que dieron origen al reclamo vecinal.

Sobre las medidas que tomara la empresa para aminorar la pestilencia que genera el procesamiento de pollo, directivos anunciaron que adecuaran en sus instalaciones un sistema de reducción de olores, como el que tienen en Querétaro.

Una vez que los directivos de la empresa anunciaron dichas medidas, el alcalde Fernando Miranda Torres les solicitó una copia del proyecto y el cronograma del mismo.

Por último ambas partes acordaron una segunda reunión el próximo 3 de octubre para conocer el avance y fijar una nueva fecha para conocer el sistema implementado en su planta de Querétaro.

Cabe señalar que el alcalde Fernando Miranda Torres advirtió a la empresa que de no obedecer con el ordenamiento, “el municipio irá hasta las últimas consecuencias”.

“Si fuera necesario, porsupuesto a las sanciones, a los castigos y a todo aquello que fuera necesario para que la empresa se vuelva socialmente responsable.

“La alcaldía está facultada para suspender las actividades de las empresas o giros comerciales que atenten contra el municipio”, advirtió el edil.

Lluvia de contaminantes enferma a Tula-Tepeji

Publicado 21 may 2012

por : Amparo Trejo

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[pic 5]En las planicies pobladas, cercanas a la refinería Miguel Hidalgo, hasta ahora la única en el estado de Hidalgo, situada a 90 kilómetros al sur de Pachuca la población enferma porque los contaminantes llueven, llegan por la tubería del agua, los respiran, trabajan inmersos en ellos, y ya se anuncia una nueva refinería, la Bicentenario.

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[pic 7]El secreto celosamente guardado por las autoridades, ante el temor de las exigencias ciudadanas por las inversiones en salud que esto significaría, ya se grita a voces, se escapa como la arena entre los dedos, se hacen visibles y la vida de las personas está en peligro.
Después de 20 años de investigaciones en extensos campos de la zona y en los poblados, algunos datos escapan del ámbito académico, donde se conoce del problema hace años y hay reconocimiento de autoridades estatales y federales de la condición de la salud pública, pero aún la realidad supera los reportes oficiales.
El documento de la Secretaría de Salud “Evaluación epidemiológica y ambiental de la región Tula-Tepeji”, oficio número CEMAR 00206/2007, evaluó la jurisdicción sanitaria número 3 hace cinco años, es decir 10 municipios cercanos a la refinería: Ajacuba, Atitalaquia, Atotonilco de Tula, Tepeji del Río, Tepetitlán, Tetepango, Tlahuelilpan, Tlaxcoapan, Tezontepec de Aldama y Tula. 
En este documento, las autoridades sanitarias reconocen la influencia de contaminantes en la zona en el incremento de ciertas enfermedades como las de vías respiratorias y asma, en porcentaje del doble en Tula (0.4711).
Y, aún más grave, “en el caso de la mortalidad por defecto de tubo neural de los municipios que integran la región Tula, precisamente Tula es el municipio que presenta tendencia ascendente en estos casos”, informa el escrito.
Los defectos del tubo neural son congénitos del cerebro y la médula espinal. Los dos más comunes son la espina bífida y la anencefalia. En la espina bífida, la columna vertebral del feto no se cierra completamente durante el primer mes de embarazo. Suele haber un daño neurológico que causa por lo menos parálisis en las piernas. En la anencefalia, gran parte del cerebro no se desarrolla: los bebés nacen muertos o mueren poco tiempo después del nacimiento.
“Hemos atendido nacimientos deformes. Hace cinco años nació un niño con la cara deforme, como de sapo; vivió 10 días”, reconoce extraoficialmente una funcionaria de los servicios de salud, que tiene recuento vasto de este tipo de casos, pero “no podemos hacer nada y tampoco decir nada”.

Aires de impureza

[pic 8]Cada madrugada, cuando sopla el aire del sur, cuando el sueño es más profundo, un olor fuerte se filtra por las ventilas y apaga el frescor de los aromas nocturnos, es penetrante, ácido, y amanece impregnando las habitaciones. En la distancia se observan las chimeneas siempre humeantes de la refinería y la termoeléctrica, cerca de 15 kilómetros en línea recta nos separan de ellas. Es Tlahuelilpan. 
En el silencio nocturno se escucha un rugir lejano, para los escasos observadores de la madrugada el cielo se oscurece con grandes bocanadas de humo, aun los fulgores amarillos que salen de la misma planta de la refinería quedan ocultos.
En Presas, cinco kilómetros al norte de Tlahuelilpan, en una colonia del municipio de Tezontepec, cada día amanecen con una fina capa de polución sobre sus autos, que después de no mucho tiempo bota la pintura.
Por fin, la empresa petrolera reconoce que las emisiones a la atmósfera no son vapor de agua. Son dióxidos de carbono, óxidos de nitrógeno y flurocarbonos; es una refinería en proceso de remodelación, tiene tecnología obsoleta, y por lo tanto emite a la atmósfera lo que cualquier de estas industrias en todo el mundo.  
La zona industrial, creada como polo de desarrollo, se asienta 80 kilómetros al norte de la Ciudad de México y está rodeada por asentamientos humanos que llegaron primero a los municipios de Atitalaquia, Tlahuelilpan, Tlaxcoapan, Tula y Tezontepec, y hoy conviven también con la agricultura, de las actividades más antiguas del lugar y que continúa siendo de las principales fuentes económicas, junto con el comercio.
Aquí cultivan 100 mil hectáreas, de las cuales 84 mil 500 se riegan con aguas residuales, y dan empleo y sustento a 66 mil familias, siendo esta la actividad predominante del sitio. 
Hay cerca de 30 empresas en los dos parques industriales de Atitalaquia, además de la refinería, la termoeléctrica y los incipientes trabajos de la que han denominado verde: la Bicentenario. Esta es la región con mayor concentración industrial en el estado.
Pero esta región forma parte, además del corredor industrial Tula-Vito-Apaxco (que comprende Tula, Tepeji, Tlahuelilpan, Atitalaquia, Atotonilco de Tula, Tlaxcoapan y Apaxco), de la considerada zona crítica de contaminación atmosférica por las 455 mil toneladas de contaminantes totales que envían al aire “las industrias petroquímica, cementera, refinería de petróleo, calderas y fundidoras, química, generación de electricidad y textil, que en conjunto representa 250 industrias”, según diagnóstico de la Universidad Tecnológica Tula-Tepeji, situada a ocho kilómetros al sur de Tula.
El mismo documento asienta que otra parte del problema son los 67 mil 658 vehículos que circulan en la zona, que provoca que la calidad del aire sobrepase los valores normados para el monóxido de carbono, bióxido de azufre, óxido de nitrógeno y partículas suspendidas totales.
Según diversos estudios de las universidades más prestigiadas de México, en los últimos 40 años, la industria y la agricultura contaminaron los mantos acuíferos y los suelos con aguas residuales, y por lo tanto algunos cultivos que se recogen en la zona y aun la carne de animales que beben agua de las zanjas.
Estudios realizados en 1979 detectaron en la leche de vacas que comían forraje regado con aguas negras en esta región DDT y una sustancia llamada Dieldrin, resultado de los insecticidas que se utilizan en siembras de la zona, citado en la tesis “Efectos de la contaminación por aguas residuales en el distrito de desarrollo rural 063” de 1990.
Cultivos como el betabel, la zanahoria y otros productos que por determinación sanitaria no deberían recogerse en la zona, se siembran y se envían a las ciudades cercanas y al Distrito Federal, para consumo humano.

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