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CIENCIA FICCION


Enviado por   •  14 de Enero de 2014  •  4.325 Palabras (18 Páginas)  •  204 Visitas

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EL SUPER “CUCA”.

En un lugar, como hay muchos, que son producto, por así decirlo, de los “avances” de la sociedad, lúgubre y tenebroso, ahí entre personajes harapientos y sin más posesión que la de algún vicio, se encontraba el Ramón, mejor conocido en estos bajos niveles como la “Cucaracha” debido a que tenía fama de evitar los pleitos y siempre estar presente en donde había “cheve” y comida, que era lo que él disfrutaba. Vivía donde le hacían el favor de aceptarlo por un rato, era mientras no se daban a notar sus manías por la comida y la bebida, luego salía, por lo general corriendo o de mal modo de su provisional refugio, pero siempre se le podía encontrar si no en los basureros, bajo algún puente o en las alcantarillas del drenaje de la ciudad, en donde convivía y departía con algunos de su misma condición y calidad moral. Cierta vez, nadie supo exactamente cuándo, empezó a filosofar con sus amigos y llegaron a la conclusión de que querían mejorar su situación y que para eso tenían que ponerse de acuerdo todos los de su comunidad. Empezó por comunicar y poner de acuerdo a todas las pandillas. El “Cuca” tenia buena labia y mejor verbo, ahí se dio cuenta, cuando convenció a “Los ratones”, a “Los arañas”, “alacranes” y demás pandillas de que algo había que hacer para que los de “arriba” los tomaran en cuenta y les ayudaran “a salir adelante”- “. . . de perdido con la botana”.- decía el “Cuca”.

Iniciaron apareciéndose, en considerables grupos, por los lugares donde se sabía que había comida, o sea, tiendas, almacenes, restaurantes, bodegas, casa ricas, etc., luego hacían plantones nocturnos en las colonias de gente de dinero. Todo con el fin de lograr audiencias y exponer sus requerimientos. Logrando con esto que se les concediera una cita con el funcionario X, quien, según él, les podía gestionar ayuda económica y otros beneficios, con la condición (que cosa tan extraña) de que se suspendieran todas las actividades programadas que “perturbaban” la “paz” social y el “progreso”, que el gobierno venia promoviendo para que el “bienestar de todos”, no se viera mas obstaculizado. A lo cual accedieron el “Cuca” y su seguidores. Por principio se les dio algunos “lonches” algo “caciqueados”, después se les pidió que acompañaran, en un mitin, al “compañero” candidato del partido que les “ayudo”, a manera de agradecimiento ya que, él compañero candidato, se “identificaba” con sus necesidades y así el llevaría a resolver estas situaciones cuando ganara la elección, donde hubo que lanzar algunas porras- ¡A la bio! ¡A la bao!- donde la animadora fue una de esas tantas lideresas, que siempre andan en esos “trotes”, en busca de algún beneficio personal, manejando a su antojo y con medios proveídos por su “padrino”, el candidato (Era de muchos conocidos la relación que de joven ella había llevado con un conocido político y de esa época solo le quedaban los “contactos” que logro conservar), a los desafortunados que se acercan a ella de buena fe, empujados por la necesidad y en busca de ayuda. En fin resulta que el “Cuca” y compañía no eran de esos que se “chupan el dedo, - “Semos ignorantes, no pendejos”- decía el “Cuca” cuando empezaron a notar que pasaba el tiempo y las promesas del funcionario X seguían sin aterrizar. Entonces el”Cuca” y su “tropa” decidieron volver a sus anteriores tácticas, - “Pero ahora si se las vamos a armar en grande” – les dijo el “Cuca” y entre algunas de las propuestas que mas revuelo causo fue la de reunir a todos los “compas” de todos los barrios bajos. Solo que había un problema, las distancias eran grandes y no había otro, en el medio, con el “don” del convencimiento por medio de la labia, mas que el “Cuca”. Ante tal barrera el “Cuca” se invento unas alas para poder transportarse y hablar con todos los pobladores de otros barrios y poblados; fue tal el éxito de sus alas que pronto sus compañeros empezaron a usar las propias también, el único impedimento que tenían dichas alas era que solo podían ser utilizadas por la noche de día poco funcionaban, ve tu a saber por qué.

Los primeros vuelos el “Cuca” los logro sin contratiempos aprovechando las corrientes de aire caliente y la quietud de la noche. Pero la tercera noche, era una de esas en que el aire se transforma en repentinos ventarrones, que jalan las cortinas de las ventanas y desganchan del tendedero la ropa interior de las mujeres, que presas de excesiva pena, prefieren ponerla a secar por la obscuridad, el “Cuca” se atrevió a desafiar esos vientos y volar hasta la barriada más alejada de sus dominios, eran los últimos que le faltaban por convencerlos de unirse a su “movimiento”. La estrategia era; volar en cuanto el viento dejara de soplar, pequeños tramos y descender en cuanto percibiera una racha de viento. Todo iba muy bien, llevaba más de la mitad del camino recorrido cuando un traicionero viento lo sorprendió en pleno vuelo, lanzándole un brasier de un tendedero cercano, lo cual termino por descontrolar su rumbo al golpearlo por un costado e inevitablemente caería al suelo, en un intento desesperado por recobrarse se tomo del cable de una antena de televisor y al intentar retomar el vuelo, con sus alas golpeo el tubo que sostenía la antena, siendo entonces empujado, por la ensañada corriente de aire, hacia una ventana abierta donde al entrar y golpear en una varilla de la protección de la misma, causo un ruido que sobresalto a los moradores de aquella casa, que despreocupadamente, acostados en la cama, veían el televisor. En el interior del lugar el”Cuca” paso cerca de el rostro de la señora, aun intentando con vanos aletazos de enderezarse un poco o al menos no caer tan mal, la señora lanzo un alarido que, a la vez que asusto a su compañero, lo hizo enojar (o se enojo por el susto) y el sujeto con gran enfado tomo un zapato, que era lo que había más cercano.

El “Cuca” choco contra una pared y cayo de espalda algo aturdido por el golpe, cuando logro orientarse y recuperar la compostura fue demasiado tarde, aun así hizo un último esfuerzo por salvar la vida pero fue inútil. Al pronunciamiento de “¡Pinches cucarachos!” el hombre, que ya se había levantado de la cama, descargo, con furia, un tremendo zapatazo en el endeble cuerpo del “Cuca” que, a manera de despedida, solo produjo un sonido como el de un cacahuate cuando se le quiebra la cascara.

Siendo así el fin de un ser (y sus sueños), del bajo mundo y en su memoria y en honor de sus nobles ideales, todos sus compañeros de especie salen todas las noches de verano a recordarle a los hombres, que: La muerte del “Supe Cuca”; jamás se olvida.

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