Concepcion
nancygarcico21 de Mayo de 2013
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La concepción (también conocida como fecundación o fertilización), es la fusión de gametos para producir un nuevo organismo de la misma especie. En los animales, el proceso implica un espermatozoide y un óvulo, cuya fusión finalmente conduce al desarrollo de un embrión. Todo el proceso de desarrollo de nuevos individuos se llama procreación o reproducción.
En el ser humano, la concepción o fertilización se produce en las trompas de Falopio. Constituye la penetración del óvulo por parte del espermatozoide, logrando de esta manera, la fusión del material genético de ambos.
El semen contiene millones de espermatozoides, los cuales inician una carrera en la vagina de la mujer para alcanzar el óvulo maduro. Esto puede suceder precisamente en el período que se llama ovulación. Cuando el óvulo está maduro, es expulsado por el ovario, y emprende un viaje por las trompas de Falopio, hacia el útero. Es en este recorrido que puede ser fecundado por un espermatozoide y entonces producirse la concepción.
Una vez que el espermatozoide ingresa en el óvulo, atravesando la corona radiada y la zona pelúcida (dos capas que cubren y protegen el óvulo), el óvulo y el espermatozoide pasan por diversas transformaciones, para finalmente fusionar sus cromosomas y en definitiva, su material genético. Como primer etapa en la concepción, esta fusión genera dos células idénticas.
¿Qué sucede realmente cuando un óvulo es fecundado por un espermatozoide? Te contamos los secretos de un proceso fascinante.
Así se produce la concepción
Una sucesión de hechos sorprendentes ayudan al espermatozoide a fecundar el óvulo y a que el embriónse implante, con éxito, en el útero.
Abandonar la vagina, ascender por el cérvix, atravesar la cavidad uterina y alcanzar las trompas de Falopiodonde, con suerte, un óvulo espera a ser fecundado. La tarea del espermatozoide no acaba aquí. Aún debe ser capaz de romper la envoltura del óvulo y fertilizarlo y, después, éste debe llegar al útero y anidar con éxito...
La fecundación parece una carrera de obstáculos. Y en cierto modo lo es. Pero espermatozoide y óvulo juegan con ventaja: que se produzca finalmente el embarazo no es fruto de la casualidad. Investigaciones recientes han desvelado una serie de factores que, encadenados, hacen posible el milagro de la vida.
Los espermatozoides son "succionados"
Para ir desde la vagina a las trompas de Falopio, los espermatozoides no se bastan con el movimiento de sus colas. Hoy sabemos que en el interior del útero se activa de forma natural una especie de mecanismo de succión: el orificio uterino impulsa hacia arriba todo lo que se encuentra en el fondo de la cavidad vaginal. Las prostaglandinas, sustancias presentes en el semen, fomentan esta succión; también lo hacen las contracciones que experimenta el útero en el orgasmo femenino.
El siguiente reto al que se enfrentan los espermatozoides es entrar en la trompa de Falopio "correcta", es decir, la que alberga el óvulo. Gracias a la producción de estrógenos y a un mayor riego sanguíneo, la trompa en cuestión se encuentra bien abierta para facilitar el paso de los espermatozoides, mientras que la trompa vacía permanece "cerrada".
Otro factor que ayuda a los espermatozoides en su hazaña: la temperatura corporal de la mujer se eleva un poco después de la ovulación por influencia de la hormona progesterona. Esto beneficia a las células espermáticas, pues alcanzan su mayor movilidad a una temperatura corporal de 37 grados.
Atraídos por el olor
Se sabe que el óvulo emite unas sustancias estimulantes para atraer a los espermatozoides a su encuentro. Éstos, por su parte, están dotados de unos receptores olfativos (recientemente descubiertos) con los que captan esas "señales"
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