Corriente Alterna Nikola Tesla

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Corriente Alterna

Uno de los principales cambios que se tuvo en el área de la energía eléctrica fue el aporte de Thomas Edison con su invento de la lámpara incandescente, suministrada por una corriente continua. Esto logro que una manzana de Nueva York quedase iluminada sin los molestos olores y molestias que se tenían al ocupar lámparas de gas de la época.

Sin embargo, este invento tenía un problema, no se podía suministrar energía eléctrica a más de 400 metros, ya que eso conllevaba el uso de muchos transformadores que estuviesen a poca distancia unos con otros que pudiesen alargar el alcance de la corriente continua, de igual forma este método era costoso por la cantidad de cables que se necesitaban para surtir sólo una lámpara.

Nikola Tesla, procedente de Smiljan (actual Croacia), llegó a Nueva York por carta de recomendación de uno de los grandes socios de Edison, donde la carta decía “conozco a dos grandes hombres en el mundo. Uno eres tú, el otro es este muchacho”. Edison, alertado por los estudios de Tesla en el campo de la corriente alterna, decidió contratarlo como ayudante para que mejorara sus actuales proyectos y modelos en base a la corriente continua y a sus transformadores. Sin embargo, convencido de que la corriente alterna podría resolver mucho de los problemas referentes al suministro de la electricidad, Tesla siguió sus estudios en paralelo.

En 1886 se crea el primer transformador en base a dicha corriente. Dado que Edison rehuía de la ciencia si no le aportaba ningún beneficio personal, se dedicó a convencer a inversores de que esta forma de energía era peligrosa y a desprestigiar los inventos de Tesla. Sin embargo, el transformador creado era mucho más flexible de lo que se pensaba, pudiendo pasar de energía de alto voltaje de un circuito a otro de menor cantidad, con la misma frecuencia y sin la necesidad de mover ninguna pieza, resultando completamente seguro para su implementación y muchas veces más barato.

Nikola, impulsado por su nuevo invento, llevó su patente a Westinghouse un gran inversor de la época, este vio la gran oportunidad que representaba la corriente alterna, calculando que el costo total de transmisión de esa energía sería solo el 10% de lo que costaba la corriente continua de Edison.

Pronto resultó evidente que mediante centrales hidroeléctricas podían distribuirse 80.000 voltios a ciudades y granjas del campo desde 500 a 1.000 kilómetros. Si fallaba la caída natural del agua, siempre había turbinas de vapor como reserva, para prestar el servicio.

Con todos estos medios a su disposición, y encontrando una innovación escalable a todo ámbito dentro de sus negocios, las fábricas manufactureras empezaron a utilizar este tipo de energía para realizar todas sus labores, generando un entorno de trabajo más limpio y ordenado, teniendo más potencia en sus generadores y abaratando ampliamente sus costos.

Esto abrió paso a la generación de motores de corriente alterna, en la actualidad es una de las energías más utilizadas en el día a día, se encuentra en todos los enchufes de las casas, en refrigeradores, lámparas, secadores, lavadoras, aspiradoras, etc.

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