Corrosion

INVESTIGACIÓN DE LA CORROSIÓN

En esta práctica vamos a estudiar las reacciones de óxido-reducción que tienen lugar en varios clavos en los que se provocan fenómenos de corrosión. Comprobaremos que en los clavos de hierro existen zonas con diferente potencial anódico, esto es, con distinta capacidad para la oxidación. En las zonas sometidas a mayor tensión (cabeza y punta del clavo) el metal es más anódico y por tanto más fácilmente oxidable. El hierro metálico se oxida a hierro (II).

2Fe (s) 2Fe2+ (aq) + 4 e-

Para poner de manifiesto la oxidación se diponen los calvos en una placa con agar al que se han añadido dos indicadores, ferrocianuro potásico y fenlftaleina El ion ferroso, reacciona con el ferricianuro potásico para producir un precipitado azul, el azul de Prusia.

H2O + K+ + Fe2+ (aq) + [Fe(CN)6]3- (aq) KFe [Fe(CN)6].H2O

Los electrones cedidos por los dos extremos del clavo atraviesan su parte central y ahí reducirán al oxígeno disuelto en una disolución de gel, para transformarlo en iones hidroxilo. El incremento de la concentración de iones OH- ocasiona un cambio de color del indicador fenolftaleína, que virará de incoloro a rosa.

O2 + 2 H2O + 4 e- 4 OH-

Segundo: Si doblamos un clavo estamos sometiendo la zona central, donde dobla, a una tensión interna, sufrirá corrosión por esfuerzo, esta zona será anódica.

Tercero: los recubrimientos metálicos como protección frente a la oxidación pueden actuar como ánodos de sacrificio, oxidándose en lugar del metal al que protegen, o aislándolo del oxígeno, en este caso si la capa cubriente se rompe se favorece la oxidación del metal. Así vamos a cubrir un clavo con Al, Zn o Sn, estudiando las zonas que se deben oxidar.

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