EFECTOS DE LOS METALES PESADOS EN EL CUERPO

Arsénico (As): Bronquitis; cáncer de esófago, laringe, pulmón y vejiga; enfermedades vasculares. Los síntomas de envenenamiento crónico son diarrea, comezón, lagrimeo. El hígado puede dilatarse. Al avanzar la intoxicación puede desarrollarse una encefalopatía. La médula ósea sufre serios daños. MUERTE.

Berilio (Be): Irritación de las membranas mucosas y de la piel; cáncer de pulmón.

Cadmio (Cd): Bronquitis, enfisema; infertilidad; cáncer de próstata; alteraciones neurológicas; hipertensión; enfermedades vasculares. Cancerígeno. En madres expuestas, produce afecciones con lesiones para el embarazo, irritación gastrointestinal, náuseas, vómitos y dolor. La intoxicación crónica causa daños renales, debido a que este elemento se acumula en los riñones. Además disminuye la actividad pulmonar, produciendo enfisema, y cáncer pulmonar.

Cromo (Cr): Cáncer de pulmón, dermatitis, sensibilización de la piel, es irritante. Afecciones generales: produce tos, bronquitis, ulceraciones del tabique nasal y piel, dolores respiratorios y de cabeza, hemorragia nasal.

Mercurio (Hg): Alteraciones neurológicas; afecciones del sistema respiratorio, Autismo, Depresión. Irritación de la piel y vías respiratorias, es productor de bronquitis, neumonías. En intoxicaciones crónicas produce debilidad, pérdida de peso, diarrea, inflamación de encías, fatiga, insomnio, e indigestión. En dosis altas produce: irritabilidad, alucinaciones, llanto, depresiones, tristeza, psicosis, crisis. En casos de exposición a altas dosis en forma oral, colapsa el aparato digestivo, siendo mortal en horas.

Plomo (Pb): Alteraciones neurológicas, anemia; cáncer de riñón, fatiga, dolores de cabeza, dolores óseos, abdominales. Trastornos del sueño, dolores musculares, impotencia, trastornos de conducta, cólicos, náuseas y vómitos, enfermedad renal, impotencia sexual, delirio, esterilidad, daños al feto, hipertensión arterial, estreñimiento, cáncer y MUERTE.

Cobre (Cu): anemia, daño del hígado y del riñón, irritación del estómago e intestino.

Níquel: la exposición a largo plazo puede causar pérdida de peso corporal, el daño del corazón y del hígado, y la irritación de piel disminuidos.

Antimonio: náusea, vómitos, y diarrea. Es un agente carcinógeno humano sospechado.

Selenio: En cantidades grandes puede causar fatiga, irritabilidad nerviosa. Pérdida del pelo y de las uñas, daño al tejido fino del riñón y del hígado, daño al tejido fino circulatorio, y un daño más severo al sistema nervioso.

Cianuro: Irritación de mucosas, ardor de boca y faringe. Dolor de cabeza, mareo, confusión, ansiedad. Náuseas, vómitos, convulsiones. Taquicardia, tensión en el pecho, edema pulmonar. Alternancia de respiración rápida con

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