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El Romanticismo

julitoxico13 de Abril de 2013

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ESCUELA SECUNDARIA TECNICA No. 24 “JOSE MTZ. GOMEZ”

EL ROMANTICISMO

Profr.: José Angel Mtz. Calderón.

Alumna: Yaressi González López.

EJ. SAN JOSE DE STA. ENGRACIA, HIDALGO, TAM. FEBRERO 2010.

EL ROMANTICISMO

El Romanticismo es un movimiento revolucionario en todos los ámbitos vitales que, en las artes, rompe con los esquemas establecidos en el Neoclasicismo, defendiendo la fantasía, la imaginación y las fuerzas irracionales del espíritu. El Neoclasicismo aún perdura en algunos autores, pero muchos, que se iniciaron en la postura neoclasicista, se convirtieron ávidamente al Romanticismo, como el Duque de Rivas o José de Espronceda. Otros, sin embargo, fueron desde sus inicios románticos convencidos.

El origen del término "romanticismo" dista mucho de ser claro, además, la evolución del movimiento cambia según el país. En el siglo XVII aparece ya en Inglaterra con el significado de "irreal". Samuel Pepys (1633 † 1703) lo emplea en el sentido de "emocionante" y "amoroso". James Boswell (1740 † 1795) lo utiliza para describir el aspecto de Córcega. Romantic aparece como adjetivo genérico para expresar lo "pasional" y "emotivo". En Alemania, sin embargo, fue empleado por Johann Gottfried Herder como sinónimo de "medieval". El término romanhaft (novelesco) fue reemplazado por romantisch, con connotaciones más emotivas y pasionales. En Francia, Jean-Jacques Rousseau lo utiliza en una descripción del Lago de Ginebra. En 1798, el Diccionario de la Academia Francesa recoge el sentido natural y el sentido literario de romantique. En España hay que esperar hasta 1805 para dar con la expresión romancista. Durante los años 1814 y 1818, tras sucesivas polémicas, se usan, aún con indecisión, los términos de romanesco, romancesco, románico y romántico.

Los precursores del Romanticismo, que se extendió por Europa y América, son Rousseau (1712 † 1778), pensador francés, y el dramaturgo alemán Goethe (1749 † 1832). Bajo el influjo de estas figuras los románticos se encaminan a crear obras menos perfectas y menos regulares, pero más profundas e íntimas. Buscan entre el misterio e imponen los derechos del sentimiento. Su lema es la libertad en todos los aspectos de la vida.

El Romanticismo en España fue tardío y breve, más intenso, pues la segunda mitad del siglo XIX lo acapara el Realismo, de características antagónicas a la literatura romántica.

EL MOVIMIENTO ROMÁNTICO

Este movimiento literario, que transcurre en la primera mitad del siglo XIX, se originó en Alemania e Inglaterra.

Tras la muerte de Fernando VII, en 1833, los liberales que estaban exiliados regresaron con las ideas románticas que triunfarían en España.

Contra el racionalismo francés del siglo anterior, que sometía al arte a reglas rígidas, el escritor romántico reacciona, expresando sus sentimientos.

Las características más importantes son:

• Rebelión del individuo contra cualquier norma que la impida expresar sus propios sentimientos.

• Absoluta libertad en política, moral y arte.

• Mantienen una actitud idealista que no corresponde a la realidad que los rodea y los lleva a la rebeldía contra la patria, la sociedad e incluso contra Dios.

• Como consecuencia del enfrentamiento entre su espíritu idealista y la cruda realidad, se produce la desesperación y el desengaño.

• Si en el siglo anterior la verdad era igual a belleza, para el Romanticismo sólo la belleza es la verdad.

CARACTERISTICAS DEL ROMANTICISMO

• Rechazo al Neoclasicismo. Frente al escrupuloso rigor y orden con que, en el siglo XVIII, se observaron las reglas, los escritores románticos combinan los géneros y versos de distintas medidas, a veces mezclando el verso y la prosa; en el teatro se desprecia la regla de las tres unidades (lugar, espacio y tiempo) y alternan lo cómico con lo dramático.

• Subjetivismo. Sea cual sea el género de la obra, el alma exaltada del autor vierte en ella todos sus sentimientos de insatisfacción ante un mundo que limita y frena el vuelo de sus ansias tanto en el amor, como en la sociedad, el patriotismo, etc. Hacen que la naturaleza se fusione con su estado de ánimo y que se muestre melancólica, tétrica, misteriosa, oscura... a diferencia de los neoclásicos, que apenas mostraban interés por el paisaje. Los anhelos de amor apasionado, ansia de felicidad y posesión de lo infinito causan en el romántico una desazón, una inmensa decepción que en ocasiones les lleva al suicidio, como es el caso de Mariano José de Larra.

• Atracción por lo nocturno y misterioso. Los románticos sitúan sus sentimientos dolientes y defraudados en lugares misteriosos o melancólicos, como ruinas, bosques, cementerios... De la misma manera que sienten atracción hacia lo sobrenatural, aquello que escapa a cualquier lógica, como los milagros, apariciones, visiones de ultratumba, lo diabólico y brujeril.

• Fuga del mundo que los rodea. El rechazo de la sociedad burguesa en la que les ha tocado vivir, lleva al romántico a evadirse de sus circunstancias, imaginando épocas pasadas en las que sus ideales prevalecían sobre los demás o inspirándose en lo exótico. Frente a los neoclásicos, que admiraban la antigüedad grecolatina, los románticos prefieren la Edad Media y el Renacimiento. Como géneros más frecuentes, cultivan la novela, la leyenda y el drama histórico.

AUTORES MÁS REPRESENTATIVOS DEL MOVIMIENTO DEL ROMANTICISMO.

José de Espronceda

Nació en 1808, en Almendralejo, Badajoz. Fundó la sociedad secreta de Los numantinos, cuya finalidad era "derribar al gobierno absoluto". Sufrió reclusión por ello. Huye a Lisboa a los dieciocho años y se une con los exiliados liberales. Allí conoce a Teresa Mancha, mujer con la que vivió en Londres. Tras una actuación política agitada, vuelve a España en 1833. Lleva una vida disipada, plagada de lances y aventuras, por lo que Teresa Mancha lo abandona en 1838. Estaba a punto de casarse con otra amada, cuando en 1842 fallece en Madrid.

Batallas, tempestades, amoríos,

Por mar y tierra, lances, descripciones

De campos y ciudades, desafíos

Y el desastre y furor de las pasiones,

Goces, dichas, aciertos, desvaríos,

Con algunas morales reflexiones

Acerca de la vida y de la muerte,

De mi propia cosecha, que es mi fuerte.

CAROLINA CORONADO

Nació en el seno de una familia acomodada, pero de ideología progresista, lo que provocó que su padre y su abuelo fueran perseguidos. Tras mudarse a la capital de provincia, Badajoz, Carolina sería educada de la forma tradicional para las niñas de la época: costura, labores del hogar... pese a lo cual, ya desde pequeña mostró su interés por la literatura, y comienza a leer, robando horas al sueño, cualquier género u obra que puede conseguir. Por ello desarrolla una extraordinaria facilidad para componer versos con un lenguaje algo desaliñado e incluso con errores léxicos, pero espontáneo y muy cargado de sentimiento, motivado por amores imposibles, entre los cuales destaca Alberto de quien se duda si realmente llegó a existir. Sus primeros poemas datan de la temprana edad de 10 años.

Posiblemente también contribuyese a su temperamento romántico la afección de catalepsia crónica que padecía, llegando a "morir" varias veces, lo que hizo que se obsesionase con la idea de poder ser enterrada en vida, hasta tal punto que embalsama el cadáver de su marido.

Dicen que tienes trece primaveras

y eres portento de hermosura ya,

y que en tus grandes ojos reverberas

la lumbre de los astros inmortal.

Juro a tus plantas que insensato he sido

de placer en placer corriendo en pos,

cuando en el mismo valle hemos nacido,

niña gentil, para adorarnos, dos.

Torrentes brota de armonía el alma;

huyamos a los bosques a cantar.

Dénos la sombra tu inocente palma,

y reposo tu virgen soledad.

Mas ¡ay! perdona virginal capullo,

cierra tu cáliz a mi loco amor.

Que nacimos de un aura al mismo arrullo,

para ser, yo el insecto, tú la flor.

Juan Arolas

Hijo de comerciantes económicamente desahogados, vivió su niñez en Valencia, donde fue alumno de los Escolapios. Ingresó en esta orden en Peralta de la Sal (1819), según unos, forzado por su familia y según otros, llevado por una impetuosa vocación. Allí sintió su primer amor por una muchacha de la que se ignora hasta el nombre. Estudió filosofía en Zaragoza y Teología en Valencia, y fue nombrado profesor del Colegio Andresiano (1825-1842) de esta ciudad. Con otros hermanos de su orden, como Vicente Boix y Pascual Pérez Rodríguez, acudía a la tertulia del editor Cabrerizo. Ardientemente liberales, Arolas y Pérez fundaron el Diario Mercantil (1833) en defensa de la libertad e Isabel II. Leyó apasionadamente

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