El problema del conocimiento científico

El problema del conocimiento científico

 El conocimiento científico definido como el conocimiento de lo real a través del método científico, se diferencia lógica y teóricamente del conocimiento que se genera por otras vías, como por ejemplo: la iluminación (Sto. Tomás de Aquino), la revelación divina (S. Pablo y los profetas), el pensamiento mágico-religioso por medio de la invocación de fuerzas sobrenaturales y la intuición y la experiencia sensorial propio del saber común o saber vulgar.

Por supuesto que en todos estos tipos de conocimiento intervienen sistemas de valores y creencias, visiones del mundo, cosmogonías; es decir, las ideologías del sujeto individual y colectivo que conoce la realidad; incluso en la producción del conocimiento científico porque más allá del Positivismo y el Neopositivismo, la neutralidad valorativa es imposible en la ciencia porque este tipo de práctica social también se orienta por juicios de valor y por el interés.

En este sentido podemos referirnos a toda las controversia que se han desatado por el problema de la Pandemia actualmente  y la producción de antídotos, así como el origen de este fenómeno epidemiológico.

Conocimiento e interés, está es la tensión fundamental que caracteriza hoy y siempre ha caracterizado a la producción científica. Teorías, métodos, producción y distribución de conocimientos no pueden escapar de esta tensión.

La verdad como adecuación del pensamiento a la realidad (Aristóteles), como imagen y representación de la realidad, de acuerdo al momento histórico-social, puede ser verdad revelada por Dios a los profetas o por los dioses a través de los mitos y cosmogonías, como verdad proveniente de la introspección por medio de la fe (Lutero) o del conocimiento de  las fuerzas sobrenaturales por la magia, o del saber común proveniente de la intuición.  

Podríamos definir esa verdad del conocimiento científico como construcción y reconstrucción de la realidad por medio de la razón.

De cualquier manera, la ciencia toma distancia lógicamente de todos estos tipos de saberes pertenecientes a la sociedad tradicional porque su verdad está fundamentada en un conocimiento demostrable a través del método científico que supone un contraste permanente de sus hipótesis con la realidad siguiendo el camino de la observación, la experimentación, la deducción y la inducción en tanto procedimientos lógicos en los cuales se basa la ciencia.

En términos generales podemos decir que las diversas formas de conocimiento constituyen también diversas formas de representación de la realidad que partiendo del mito y las cosmogonías en los griegos (del mitologema al filosofema) se llega finalmente a la ciencia tal y como la conocemos hoy.

Esta ha sido la trayectoria del conocimiento científico desde la sociedad primitiva y antigua hasta la sociedad moderna.

Desde el punto de vista sociocognoscitivo,  se arranca de una visión ego-céntrica del mundo (basada en el propio yo) hasta una visión sociocéntrica  la cual está basada  en las relaciones  Yo-Otro.

Esto supone una ruptura con la visión mito-mágico-teológica del mundo y la emergencia de una visión racional (basada en la razón) de la realidad.

El arte como producción cultural, más que una actitud basada en el conocimiento, es más bien una expresión sensible de lo bello, es una visión de la realidad que intenta captar el sentido estético de ésta.

El Derecho, como cuerpo de conocimientos que se funda en una visión racional del comportamiento humano frente a la norma que rige las relaciones entre el hombre con los otros hombres y con las cosas, incorpora los diversos tipos de conocimiento que a través del tiempo han ido acumulando las diversas disciplinas de las Ciencias sociales: Sociología, Filosofía, Antropología, Psicología, etc.

...