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El sistema capitalista como generador de deterioro ambiental.


Enviado por   •  20 de Enero de 2018  •  Ensayos  •  2.061 Palabras (9 Páginas)  •  251 Visitas

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El sistema capitalista como generador de deterioro ambiental.

Durante el transcurso histórico de la humanidad, siempre han existido los sistemas económicos y de clases, la esclavitud en las épocas del imperio romano, los ciervos en le Edad Media y el proletariado en la era moderna.

A partir de hace unos cuantos siglos, el sistema capitalista ha fungido como el gran victorioso en el planeta, dándole a las personas que cuentan con el capital el poder por sobre las personas que no se hacen de los medios suficientes para igualar aquella lucha de poderes, tristemente los capitalistas modernos heredaron la división social del feudalismo, quedando los señores feudales líderes de las tierras y de los medios de producción como los capitalistas con el poder de la tierra y la tecnología para fabricación o extracción de materiales que serán vendidos a los habitantes menos favorecidos.

El sistema parece no ser tan complicado: trabajas, acumulas riqueza, ahorras y después te haces de tus propios medios de producción, en una segunda faceta contratas empleados para que trabajen por ti, generan plusvalía, les pagas un salario no proporcional a su trabajo, generas más riqueza, ellos generan riqueza, ahorran, se hacen de sus medios, contratan ellos a trabajadores, tú ya tienes mucho más capital acumulado y así sucesivamente el capitalista tiene un trato con el trabajador, el trabajador se hace capitalista, etc. Generando un circulo virtuoso entre capitalista y trabajador de relación sana y armoniosa.

Si bien el párrafo anterior describió la utopía capitalista en la ninguna de las más de 7 mil millones de personas vive, puede darnos una idea de cómo se empiezan a generar los procesos de producción y cuál es la principal fuente de riqueza del planeta: La Tierra. Y sin llegar al nivel de Adam Smith, describiendo toda la Tierra como riqueza en general, sí podemos afirmar que de aquella se extraen todos los componentes incluidos en nuestros aparatos tecnológicos, nuestras computadoras, televisores, teléfonos, etc.

En este punto surge la pregunta obligada ¿Hasta qué punto puede la Tierra generar riqueza? Bien, ésta pregunta ya se la había hecho Malthus en el Siglo XVIII contestándose así mismo que en algún punto de la humanidad habría unos escases alimentaria, generada por que la velocidad de crecimiento demográfico de la población iba a superar la velocidad de producción de alimentos. El señor no había contemplado la tecnología como factor potenciador de la producción e ignoró las mejoras en sistemas de riego para los cultivos y más tarde, la modificación genética de alimentos que nos regala jitomates de hasta 20 kg.

El capitalismo se empieza a llenar de triunfos, David Ricardo empieza a hablar del Comercio Internacional, de llevar la abundancia que se generaba a lugares menos favorecidos e intercambiar nuestros bienes por otros que geográficamente serían menos accesibles. Llevar cacao de México a Europa para fabricar chocolate, llevar aceitunas de Grecia a Inglaterra o transportar prendas fabricadas en la India iba a generar que las naciones se especializaran en sus productos, identificaran sus ventajas comparativas y pudieran todas aportarle algo al mundo, una teoría asombrosa.

En la segunda mitad del Siglo XVIII se vivían revoluciones en Europa y el señor Carlos Marx escribía su famoso libro “El capital” en donde explicaba el proceso de producción del capital, detallando el por qué este sistema iba a fallar en algún punto de la historia en donde todo convergería en la llamada “lucha de clases”, el levantamiento armado del proletariado contra la sociedad capitalista y la toma de los medios de producción, socializándolos y obteniendo una sociedad más justa. Nada más alejado de la realidad actual.

Entonces ahora en el Siglo XXI hay que voltear hacia el pasado y preguntarnos ¿Realmente estamos mejor que en aquellos tiempos? ¿El sistema capitalista realmente funciona?

Los principales actores políticos y dueños de las más grandes corporaciones nos dirán que sí, el otro 99% de la humanidad debería contestar un rotundo NO, aunque aún existen personas que siguen creyendo que el capitalismo son todas esas ideas del Siglo XVIII planteadas por los economistas clásicos, en la realidad la ecología nos ha dado una bofetada de realidad y ha mostrado que todas las ideas que dimos por buenas estaban equivocadas.

Solow (1956) demostró junto a los modelos impulsados por Mankiw y Romer que la acumulación del capital no era el factor que hacía a una nación rica, si no que el factor tecnológico era el principal motor del crecimiento económico, es decir, que mientras más tecnología tenga una nación más productiva se volverá, esto viene explicado en la ecuación de Cobb-Douglas en donde la producción de un país es el trabajo multiplicado por el capital y elevada al factor  alfa que simboliza la tecnología, factor que facilita la producción, ahorra tiempo y baja los costos de mano de obra de trabajadores. Esta teoría tira muchos de los postulados clásicos, principalmente la base del capitalismo que habla de acumular capital, acumular tierras, caballos, trabajadores, materiales…nada de eso funciona si no tienes la tecnología para transformarlos. Por lo tanto, la riqueza no viene solo de la tierra, si no también (y en mayor medida) del conocimiento aplicado.

Después y ya confirmando al conocimiento como generador de tecnología y ésta a su vez como generadora de productividad, podemos encontrar la respuesta a por qué Malthus estaba equivocado: sencillamente las implementaciones de nuevos sistemas de producción alimenticia darían abasto a la creciente población, sin que esta tuviese que estar en el campo y se pudiera ir a las grandes fábricas de Inglaterra a trabajar y producir otros bienes menos esenciales pero igual de importantes para la economía. Pero entonces ¿por qué sigue habiendo hambre en el planeta? La pésima distribución de los recursos entre la población es la generadora de los escases. La economía no tiene que existir para distribuir los recursos escasos porque la mayoría de estos son renovables y vuelven sustentable al planeta, si no que la economía busca un perfeccionamiento en los procesos productivos y la sustentabilidad del planeta.

Un ejemplo claro de lo anterior es el agua: elemento necesario para la vida humana del cual en los medios de comunicación cada vez más se habla del desabasto de agua en el planeta. Fuentes como el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) indican que del 100% de agua potable en el mundo, solamente el 14% es la que consumimos los humanos, el resto se divide 77% para los animales que generan la carne que consumimos y 9% para las industrias. Esto significa que no hay unos escases como tal de agua, sino solo una mala distribución del recurso.

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