Epidemiologia Y Vacuna VPH
hater17 de Febrero de 2013
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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO
FACULTAD DE QUÍMICA
QUÍMICO FARMACÉUTICO BIÓLOGO
ENSAYO
Métodos de prevención del Virus del Papiloma Humano (VPH)
LABORATORIO DE EPIDEMIOLOGÍA
EQUIPO No. 8
BEATRIZ AGUILAR LÓPEZ
EDUARDO GÓMEZ RUÍZ
FERNANDA MONSERRAT HERNÁNDEZ FRANCO
MARIANA MARTÍNEZ GARCÍA
MARTHA DANIELA MOCIÑO RODRÍGUEZ
GRUPO: 72
DOCENTES: SERGIO HUMBERTO PAVÓN, MACARIO
UNIDAD DE APRENDIZAJE: EPIDEMIOLOGIA
FECHA DE ENTREGA: 30 de Octubre de 2012
Introducción
El virus del papiloma humano (VPH) representa una de las infecciones de transmisión sexual más común, conociéndose más de 100 tipos virales que, en relación a su patogenia oncológica, se clasifican en tipos de alto y de bajo riesgo oncológico.
En la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) encontramos al virus del Papiloma Humano dentro de la clasificación de agentes bacterianos virales y otros agentes infecciosos con un número de clave CIE-10 B97.7.
Generalmente las infecciones por VPH ceden espontáneamente en un plazo máximo de dos años, pero pueden persistir y producir lesiones precancerosas de cuello uterino que si no se tratan pueden evolucionar en 20-30 años a un cáncer cervical. Por ello, la detección precoz mediante cribados sistemáticos representa una estrategia de prevención secundaria muy eficiente para prevenir la presencia de cáncer cervical.
La prevalencia de infección por el VPH está asociada a la edad, siendo más alta en las edades inmediatas al inicio de las relaciones sexuales (entre los 15-25 años de edad) relacionado con el patrón de comportamiento sexual de la comunidad; posteriormente se produce una disminución muy marcada, entre los 25-40 años para estabilizarse a partir de esta edad. En algunas poblaciones se ha observado un segundo pico de prevalencia en las mujeres post-menopaúsicas cuya interpretación es todavía objeto de investigación.
Existen dos vacunas frente al VHP: Gardasil, vacuna tetravalente recombinante, que incluye los tipos 6,11,16 y 18 y que ha obtenido la autorización de comercialización europea y Cervarix, vacuna bivalente recombinante que incluye los tipos 16 y 18, que está en proceso de evaluación.
La eficacia de Gardasil, en mujeres sin infección previa, es del 100% frente a CIN 2/3 o AIS relacionados causalmente con VPH16 o 18 y frente a los cuatro tipos de VHP (6,11,16,18) relacionados con verrugas genitales externas; la eficacia no es tan evidente frente a neoplasia vulvar y neoplasia vaginal. La eficacia disminuye en los estudios realizados en población general, lo que puede deberse a falta de eficacia en pacientes previamente infectados (sujetos PCR positivos y/o seropositivos en el momento de la vacunación). No se ha demostrado eficacia terapéutica.
Los resultados de inmunogenicidad indican respuestas superiores al 99% y están relacionados con la edad, con niveles más altos en los sujetos menores de 12 años.
La observación de persistencia de inmunidad se ha realizado en mujeres de 18-26 años durante dos años y de 5 años en mujeres de 16 a 23 años; se ha demostrado una respuesta inmunitaria de memoria después de 5 años de administrada la vacuna.
La vacuna puede administrarse conjuntamente con la vacuna de la Hepatitis B y se puede administrar en personas que estén tomando anticonceptivos orales. Es muy segura y sólo se ha detectado un incremento de reacciones locales con dolor y tumefacción. No debe administrarse a mujeres embarazadas, aunque en ese caso no se aconseja su interrupción. Puede administrarse en el periodo de lactancia.
Existen estudios en marcha de eficacia y seguridad en varones hasta los 23 años y de eficacia en mujeres hasta los 45 años y de protección a largo plazo. También se está estudiando su uso en personas infectadas por el VIH..
La introducción de un programa de vacunación frente a VPH no eliminará la necesidad del cribado ya que el cáncer puede estar producido por otros tipos de VPH no incluidos en la vacuna, pero sí deberán adaptarse las recomendaciones sobre edad de inicio y frecuencia del mismo y la secuencia de utilización de otras pruebas diagnósticas.
Desde una perspectiva de Salud Pública sobre el uso de la vacuna frente a VPH se establecen las conclusiones siguientes:
• Ante una recomendación de vacunación universal, la estrategia que garantiza una óptima efectividad es la vacunación de niñas antes del inicio de la actividad sexual.
• Existen otras opciones adicionales a la vacunación universal, a considerar en un futuro, que estarían condicionadas a la eficacia de la vacuna en edades en las que ya se ha estado expuesta a la infección y a la cobertura a alcanzar (vacunación oportunista en consultas con decisión informada, catch-up en función de recursos y factibilidad, vacunación a otras cohortes)
• En la actualidad no se dispone de datos de eficacia y seguridad para recomendar la vacunación en varones, al margen de las decisiones en cuanto a costeefectividad de la estrategia.
• Se desconoce la duración de la inmunidad y de la eficacia clínica conferida por la vacuna a medio-largo plazo, por lo que se precisa de una vigilancia especial para valorar la necesidad de dosis de refuerzo.
• La vigilancia deberá permitir, además, conocer el comportamiento de los tipos de
• VPH no incluidos en la vacuna.
• Se deben de promover campañas de educación sanitaria para evitar que la percepción de seguridad tras la introducción de la vacuna, lleve a un aumento de prácticas sexuales no seguras, de forma especial entre los adolescentes vacunados.
Incluir una vacuna frente al VPH es muy costo efectivo en aquellos países que no tienen establecido un programa de cribado; pero en los países en los que hay programas bien implantados, el beneficio de la vacunación recaerá fundamentalmente en las mujeres no alcanzadas por el mismo. Cuando existe un programa de cribado el beneficio marginal de la inclusión de la vacuna dependerá de la efectividad de los programas establecidos, de las estrategias de vacunación y su cobertura y de las características de la vacuna.
¿Pero que es el Virus del Papiloma Humano?
El Género Papillomavirus, integrado en la Familia Papillomaviridae, es un grupo de virus conocido desde la antigüedad pero descrito por primera vez en los años 30. Está ampliamente distribuido en la naturaleza e infecta a la mayoría de los mamíferos y aves, con la posible excepción del ratón de laboratorio. Dentro de esta Familia, el Papilomavirus humano (VPH) presenta una creciente importancia en Salud Pública, fundamentalmente, por asociación con el cáncer de cérvix.
La infección por papilomavirus ocurre a través de abrasiones en el epitelio, que exponen las células de la capa basal a la entrada de las partículas virales. Una vez en el interior, el ciclo del virus está íntimamente unido al programa de diferenciación de las células y aprovechando la maquinaria celular se replica y se propaga. Se puede hablar de infección productiva, cuando el virus expresa los genes tempranos en las capas basal y parabasal y los genes tardíos en las capas suprabasales, de manera paralela a la maduración del epitelio cervical dando lugar a la producción de partículas infecciosas; y de infección latente (persistente) cuando el virus permanece en el núcleo de las células de la capa basal replicándose como un plásmido multicopia estable (episoma) pero sin la producción de virus infeccioso.
La introducción de las técnicas de biología molecular permitió el resurgir del estudio de
papilomavirus, así como el conocimiento de las funciones de los diferentes genes virales, fundamentalmente los oncogenes, además de las propiedades biológicas y bioquímicas del virus. El desarrollo tecnológico permitió el descubrimiento de tipos de papilomavirus que infectaban a distintas especies animales, pudiendo cursar en forma clínica o latente.
El papel oncogénico del papilomavirus humano (VPH) fue sugerido por primera vez a principios del año 1976 y el primer VPH genital fue identificado en 1978. En el año 1981, se detectó la presencia de ADN de VPH en neoplasias siendo descrita la capacidad de las proteínas virales E6 y E7 de VPH 16, para inmortalizar y transformar queratinocitos humanos en el año 1989. De esta manera el reconocimiento de su importancia médica y la mejora de las herramientas para el análisis de papilomavirus ayudaron a su resurgimiento.
Las relaciones que existen entre los más de 118 tipos de VPH identificados actualmente con sus manifestaciones clínicas, nos permiten clasificarlos en tres grupos de acuerdo con su localización en la infección: epitelio cutáneo, epitelio mucoso del sistema respiratorio y epitelio mucoso del tracto ano-genital.
La observación de que ciertos tipos de VPH que infectaban el tracto ano-genital estaban muy relacionados con el desarrollo de cánceres, como es el caso del carcinoma cervical, dio lugar al establecimiento de una clasificación epidemiológica para los tipos de VPH, siendo considerados de alto o bajo riesgo en base a su presencia o no, en el carcinoma cervical o en lesiones precursoras. Existe otra clasificación de los VPHs, desde el punto de vista filogenético, establecido en base a las secuencias de nucleótidos del genoma. Esta última, permite la clasificación de nuevos tipos de VPH, aun cuando no pueda
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