EPIDEMIOLOGIA
sandia3210 de Febrero de 2013
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Cefalosporinas
Las cefalosporinas son antibióticos de amplio espectro utilizadas en el tratamiento de la septicemia, neumonía, meningitis, infecciones de la vía biliar, peritonitis e infecciones urinarias. La farmacología de las cefalosporinas se asemeja a la de las penicilinas y su excreción es fundamentalmente renal. Las cefalosporinas penetran mal en el líquido cefalorraquídeo, salvo que se inflamen las meninges; la cefotaxima es una cefalosporina adecuada para tratar las infecciones del SNC (p. ej., meningitis).
El principal efecto secundario de las cefalosporinas es la hipersensibilidad y alrededor del 10 % de los pacientes sensibles a la penicilina también manifiesta alergia a las cefalosporinas.
La cefradina ha sido reemplazada, en general, por las cefalosporinas más modernas.
La cefuroxima es una cefalosporina de «segunda generación», menos sensible que las cefalosporinas primeras a la inactivación por las β-lactamasas. Así pues, posee actividad frente a ciertas bacterias con resistencia a los demás medicamentos y tiene una mayor actividad frente a Haemophilus influenzae y Neisseria gonorrhoeae.
La cefotaxima, la ceftazidima y la ceftriaxona son cefalosporinas de «tercera generación» con más actividad que las de «segunda generación» frente a determinadas bacterias gramnegativas. Sin embargo, muestran menos efecto que la cefuroxima contra las bacterias grampositivas, en concreto Staphylococcus aureus. Su espectro antibacteriano amplio puede fomentar las sobreinfecciones por bacterias u hongos resistentes.
La ceftazidima ofrece una actividad satisfactoria frente a las Pseudomonas. Además tiene actividad frente a otras bacterias gramnegativas.
La ceftriaxona tiene una semivida más larga y sólo necesita administrarse una vez al día. Sus indicaciones comprenden las infecciones graves, del tipo de la septicemia, neumonía o meningitis. La sal cálcica de la ceftriaxona forma un precipitado en la vesícula biliar que rara vez produce síntomas, aunque éstos habitualmente remiten una vez que se suspende el antibiótico.
La cefpiroma está autorizada para las infecciones urinarias, respiratorias bajas y cutáneas, la bacteriemia y las infecciones asociadas con neutropenia.
CEFALOSPORINAS CON ACTIVIDAD POR VÍA ORAL. Las cefalosporinas de «primera generación» con actividad por vía oral, cefalexina, cefradina y cefadroxilo, y las cefalosporinas de «segunda generación», cefaclor y cefprozilo, muestran un espectro antimicrobiano parecido. Se utilizan en las infecciones urinarias, que no responden a otros medicamentos o que ocurren durante el embarazo, así como en infecciones respiratorias, otitis media, sinusitis e infecciones de la piel y tejidos blandos. El cefaclor tiene una buena actividad frente a H. influenzae, pero se asocia con reacciones cutáneas prolongadas, sobre todo en la infancia. El cefadroxilo es de acción prolongada y se puede administrar dos veces al día; posee muy poca actividad frente a H. influenzae. La cefuroxima axetilo, éster de la cefalosporina de «segunda generación» cefuroxima, posee el mismo efecto antibacteriano que el compuesto precursor y se absorbe poco.
La cefixima tiene una duración mayor que otras cefalosporinas con actividad por vía oral. Sólo está autorizada para las infecciones agudas.
La cefpodoxima proxetilo posee más actividad que las demás cefalosporinas por vía oral frente a los patógenos bacterianos respiratorios y está autorizada en las infecciones respiratorias altas y bajas.
Sobre el tratamiento de la enfermedad de Lyme, véase la sección 5.1.1.3.
INFECCIONES ORALES. Las cefalosporinas ofrecen mínimas ventajas sobre las penicilinas en las infecciones dentales y su actividad contra los gérmenes anaerobios
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