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LA RECEPCIÓN Y PERSEPCIÓN DEL SONIDO, LOS AUDIFONOS COMO AMPLIFICADORES Y TRANSMISORES DEL SONIDO

Cecilia GNMonografía23 de Abril de 2017

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LA RECEPCIÓN Y PERSEPCIÓN DEL SONIDO, LOS AUDIFONOS COMO AMPLIFICADORES Y TRANSMISORES DEL SONIDO.

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CECILIA INÉS GONZÁLEZ NIETO

EL OIDO: OBRA MAESTRA DE INGENIERÍA


Contenido

PRESENTACIÓN        2

INTRODUCCIÓN        3

1.LA MAQUINARIA DE LA AUDICIÓN.        4

1.1La hidráulica de la audición        6

1.1.1 OÍDO EXTERNO        7

1.1.2 OIDO MEDIO        9

1.1.3 OIDO INTERNO        11

1.2 EL CEREBRO ESTÁ ALAMBRADO PARA OIR        12

1.2.1 LAS VÍAS AUDITIVAS        13

1.3 SEÑALES RUMBO AL CEREBRO.        13

1.3.1COMO SE DESCIFRAN LOS SÍMBOLOS SONOROS        13

1.3.2 EL CAMINO HACIA EL CEREBRO        14

1.3.3 DEL OIDO INTERNO AL CEREBRO        14

1.1.4 RESONANCIA EN EL CENTRO DE LA AUDICIÓN.        15

2. SONIDO, SISTEMA AUDITIVO Y PERSEPCIÓN DEL TONO        16

2.1. EL SONIDO COMO ESTIMULO FÍSICO:CAMBIOS DE PRESÓN DEL AIRE        16

2.1.1Análisis y Síntesis de Fourier        19

2.2 ESPECIFICACION DE AMPLITUD DE LOS ESTIMULOS SONOROS        21

2.2.1Potencia acústica        23

3.LOS AUDÍFONOS        25

3.1 FUNCIONAMIENTO DEL AUDIFONO        27

3.2 LOS AUDIFONOS DE ESTIMULACIÓN AÉREA.        30

3.3TIPOS DE AUDIFONOS        30

3.4 Como funcionan        33

CONCLUSION        35

       Bibliografía        36

PRESENTACIÓN

Este trabajo fue propuesto y llevado a cabo a inicios de semestre por la clase de matemáticas  III del profesor Raymundo González, con el propósito de fomentar la lectura, la escritura y sobre todo la comprensión.

         Es por eso que el tema central debe ser un atractivo para el alumno, un tema interesante, pero sobre todo algo que nos llame la atención y que sea digno de una buena investigación. Por lo tanto, en este caso, el contenido se desarrolla en base a la raíz “el sonido y los audífonos”, donde se describe la forma en que el oído y el cerebro convierten las vibraciones en música, información o ruido, y muestra como el entender el sonido y la audición ha permitido al hombre aprovecharlos con fines prácticos, presenta la importancia de propagación del mismo a través de un amplificador o aparato como lo es el audífono, que hoy en día se han convertido en algo útil en vida diaria y son parte del vestuario de la juventud y adulto.

Viendo el sonido como fenómeno físico, no dejando atrás la parte matemática y las ciencias relacionadas con esta.

Ésta monografía se ha desarrolla mediante  varias investigaciones documentales realizadas dentro y fuera de nuestro plantel, el Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Vallejo, que cuenta con una gran gama de fuentes bibliográficas y que gracias a los conocimientos que hemos ido adquiriendo con nuestros profesores día con del año en curso y también en semestres pasados ha sido posible la realización  de este trabajo.

INTRODUCCIÓN

En este trabajo podrás encontrar una cierta relación con los temas presentes y distintas ciencias, por ejemplo la anatomía del cuerpo humano, cuando hablamos de las partes del oído interno, medio y externo. También la física, que como se menciona el sonido es un fenómeno físico que se transmite a través de ondas, y que es principalmente estudiado por la acústica (rama de la física).

Encontraras conceptos nuevos, tal vez complejos pero de gran importancia en nuestra vida. Podrás ver diversas ilustraciones principalmente extraídas de libros no muy recientes. Verás el funcionamiento del oído y su importancia en nuestro cuerpo, su complejidad y su relación con los otros sentidos.

Además de que conocerás el funcionamiento y los tipos de audífonos y amplificadores, la manera en que transmiten el sonido y este es recibido por el oído humano. No dejando atrás la relación con diversas ciencias.

1.LA MAQUINARIA DE LA AUDICIÓN.

Para hablar de sonido, es necesario comprender que nuestro aparato auditivo externo es la oreja, tal vez no se distingue por su hermosura, pero tras esas porciones de piel y cartílago se encuentra una estructura con tal delicadeza que deja muy atrás a los artífices más hábiles; su funcionamiento automático es tan preciso que “maravilla a los más hábiles ingenieros” según expresa S.S Stevens en la segunda edición de su libro: Sonido y Audición.

 El oído externo llega hasta el tímpano, que es una membrana sensible  a la presión; en seguida viene el oído medio, en el cual tres huesecillos transmiten y amplifican las vibraciones del tímpano. Más allá y lleno de líquido está el oído interno, estructura intrincadísima: allí se encuentra el caracol, que convierte el sonido en impulsos nerviosos, y los conductos semicirculares, órganos de nuestro sentido de equilibrio. (Stevens, 1985, pág. 30)

Trabajando conjuntamente, el oído medio y el interno realizan notables hazañas. Percibimos sonidos tan débiles que apenas hacen vibrar al tímpano. El oído normal nos permite localizar la fuente de sonido; algunos ciegos se valen de él para percibir obstáculos en su camino mediante los ecos que rebotan en ellos. El oído normal distingue unos 400,000 sonidos. (Stevens, 1985, pág. 30)[pic 4]

¿Cómo empezó el oído?

Lo que llamamos oído empezó algo después de la historia evolucionaria cuando el órgano del equilibro adquirió gradualmente una estructura más especializada. Algunos peces desarrollan en sus cuerpos vejigas natatorias que les ayudan a mantenerse a flote: Esta vejiga es como una burbuja que sirve como reflector y resonador de ondas sonoras san en la vejiga notatoria y la expanden y contraen, las vibraciones resultantes estimulan las células sensitivas del oído interno del pez y se produce la audición en su sentido usual. (Stevens, 1985, pág. 32)

La agudeza de la audición se desarrolló cuando los animales empezaron a vivir en el aire, medio que transmite el sonido mucho más despacio que el agua. A lo largo de millones de años los peces se arrastraron para salir del agua hasta volverse seres anfibios; sus aletas se convirtieron en piernas, parte del esófago se convirtió en pulmones y los ojos se adaptaron a la visión en el aire. El oído primitivo empezó a adaptarse a su nuevo medio. Se formó la prominencia en el saco de equilibrio que dio cabida a las células sensibles del sonido. En algunos reptiles, como los cocodrilos y los caimanes, la prominencia se hizo aun mayor y se convirtió en un tubo curvo que en modernos mamíferos es una espiral ajustadamente: el caracol del oído interno, atestado de células que convierten las vibraciones sonoras en impulsos nerviosos. (Stevens, 1985, págs. 32-33)

Pero, sin embargo la modificación que hizo posible la audición en el aire fue el desarrollo por evolución dl oído medio. (Stevens, 1985, pág. 34)

Como podemos ver, con este gran dato, nuestro tema central “la audición” tiene estrecha relación con la Zoologia, una rama de la biología que estudia la vida animal, bien sabemos que no fuimos los primeros habitantes de este gran planeta Tierra, si no que antes de nosotros hubieron muchas más especies animales que tal vez no tenían los sentidos tan revolucionados como ahora.

El oído: Obra maestra de ingeniería

De todos los órganos del cuerpo, pocos realizan tanto en tan poco espacio como el oído. Si un ingeniero trata de duplicar su función, tendría que meter en unos quince centímetros cúbicos un sistema de sonido que tuviera igualador de impedancias, analizador mecánico de gama amplia, unidad móvil de transmisión y amplificación, transductor de canales múltiples para convertir la energía mecánica en energía eléctrica, un sistema para conservar el delicado equilibrio hidráulico y un sistema de comunicación de ida y vuelta. (Stevens, 1985, pág. 38)

Aun cuando pudieran hacer este milagro de miniaturismo, es probable que no igualara el funcionamiento del oído: ese órgano percibe en un extremo el bajo profundo de una sirena de niebla y en el otro el penetrante aullido del motor de un avió de propulsión a chorro. Distinguen la parte que  tocan los violines de la que tocan las violas de una orquesta sinfónica. Desecha el murmullo de las conversaciones en una fiesta para concentrarse en una voz familiar. Incluso durante el sueño, el oído funciona con increíble eficacia: debido a que el cerebro puede interpretar y seleccionar las señales que le envía el oído, podemos dormir profundamente a pesar del estrépito del tráfico o del clamor del receptor de televisión del vecino, y, en cambio, despertar al suave ruido de un despertador musical. (Stevens, 1985, pág. 39)

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