LA SEXO

CAPITULO I

Nuestra historia comienza no como todas las demás, es decir les daré un adelanto para que esta historia pueda comprender.

Todo comienza con dos pequeñas hermanas que desde niñas  vivieron en un lugar haya de la imaginación de ustedes un lugar donde prevalecía el amor, un lugar que ustedes dirán no existe, pero yo les digo este humilde escritor ha estado ahí,  y Alejandrina Hermosonara si existe, se encuentra  ubicada entre los más profundos sentimientos de amor  mi corazón y una bella historia que contar.

Pero como todo debe haber alguien que no lo entienda, es aquí donde entran nuestras protagonistas.

La hermana mayor y la más bella llamada La princesa Constanza, siempre tuvo nobles sentimientos y siempre gran corazón, sus padres estaban complacidos con ella, era inteligente todo lo podía hacer y tenía un don capaz de cambiar a una persona al grado que ella fuera todo lo contrario a lo que era además de su espectacular y si igual belleza.

Su hermana por el contrario la poco agraciada princesa Sonacia vivió siempre con el corazón envenado no podía ver a su hermana porque los celos la llenaban de envidia de lo hermosa que era asi como de sus múltiples capacidades.

Un día Sonacia iba caminando con su bella hermana, de pronto un lucero brillante se desprendió de un árbol y a pesar de que Alejandrina le dijo a su hermana que no se le acercara porque su padre les había informado que era mala señal ella la ignoro camino hacia él y en

cuanto el pequeño rayo de luz toco a la princesa esta desapareció de la faz de la tierra.

Alejandrina muy atemorizada volvió a casa a contárselo a su padre el rey Tesalon, el rey desesperado busco como loco a su hija pero después de un año de intensa búsqueda jamás logro encontrarla ni hasta la fecha.

Lo único que se sabe es que ella no murió, no lo que sabe es que ella paso reunirse al lado obscuro y que pronto volverá haciendo mal uso de su poder a vengarse de todo aquel que la haya dañado.

CAPITULO II

Pasados los años en ese mismo lugar cerca de 25 años después un día común y corriente, había llegado el gran día la princesa Alejandrina un año después de contraer matrimonio, iba a dar a luz a primogénita al que le pondrían por nombre Alejandrina.

La noticia corrió por todo el reino, la buena nueva se propagaba tan rápido como el sol cuando se  esconde y por ligero descuido, llego a oídos en donde no debía ser escuchada.

La noticia llego a oídos de un fiel sirviente de Sonacia, al enterarse corrió a decírselo a su majestad la ahora emperatriz del mal, quien sentada en el trono dijo ligeramente mostrando una sonrisa malévola:

• Mi regreso está listo hahah! - al mismo tiempo que un trueno se escucho.

Esa misma noche el esposo de la reina Constanza y ella misma no pudieron esperar para presentarle a todo el reino la llegada de la nueva emperatriz.

Todo el reino se regocijaba de noticia todo mundo había sido invitado. Lo único que hacía falta era que llegara la maga de Abdhul aquella que dotaría a la princesa de 3 virtudes que ningún otro mortal podría poseer.

De pronto una estrella brillante del norte se introdujo por una ventana del castillo, y al apenas rozar un poco el suelo se transformo en persona en la maga de Abdhul esta se acerco a los reyes con una mirada de confianza y amistad y dijo lo siguiente:

• Soberanos, amigos míos he venido a conocer a la nueva emperatriz – al mismo tiempo que se acercaba a la cuna del bebe para observarla.

Destapándole la frazada que cubría a la pequeña dijo – que hermosura está dotada de todo lo que necesita, pero aun asi virtudes le he de dar.

Tomándola en sus brazos y con todos los presentes observándole tomo un pequeño rubí de su bolsillo lo puso en su mano y dijo.

• Lo primero que yo te otorgo es belleza sin igual hasta más bella flor o el más hermoso amanecer la envidiaran
• Tomando ahora una flor de campo dijo – yo te concedo la capacidad de hacer que el más malo sea bueno y su corazón poder conocer.

Cuando de repente la maga iba a sacar un objeto más de su bolsillo un trueno entro de manera estruendosa  interrumpiéndole y después de un momento de obscuridad en su hermana se convirtió.

Todo mundo dentro del castillo se quedo perplejo al ver que era la princesa Sonacia, pero ahora ya no parecía ella su aspecto era simplemente horroroso ahora se había convertido en la bruja más espantosa que se pueden imaginar.

De pronto caminando con su báculo y con una mirada amenazadora y una sonrisa malévola dijo:

• Porque para la celebración hermana es motivo de fiesta esta noticia continuemos pues que yo quiero conocer a mi bella sobrina – acercándose a la cuna.
• Interrumpiendo su camino la maga de Abdhul se cruzo diciendo – tú no tienes nada que estar haciendo aquí tomando una posición defensora a la pequeña.

La bruja Sonacia dijo azotando su báculo sobre el suelo – mi deseo esta cumplido esta chica sufrirá en el amor todos los hombres la despreciaran y todo aquel que esté a su lado perecerá – dijo en tono amenazador.

De pronto el castillo se lleno de tinieblas y antes que la reina dijera tras ella la hermana desapareció sin dejar rastro alguno.

Cuando todo mundo en el castillo se lleno de tristeza y sufrimiento la maga de Abdhul dijo con tranquilidad – tranquilos creo hay algo que se puede hacer aún me queda una virtud por otorgar y eso es lo que hare

Tomando una vara repitió alzando la voz – solo el que sea digno de ti y se gane tu corazón será el único que te ayude a salir de maldición.

Después de ese la maga de Abdhul desapareció y no volví a aparecer en el reino.

Al día siguiente tras las pesadillas que había tenido la reina Constanza dio un aviso diciendo – no es justo que yo sacrifique a todos los varones de mi pueblo o de otras legiones por mi hija asi que lo hare es que después de hay nadie la volverá a ver jamás – cuando en su rostro las lagrimas brotaban.

La bebe estuvo con su madre hasta que la necesito cuando la bebe se valió por si sola su misma madre la llevo junto con una nana a una torre lejana a donde estaría hasta su fallecer.

No podía salir tampoco charlar con nadie solo estar en soledad con su belleza y la nana.

CAPITULO III

La princesa sabia de su sufrimiento y a pesar de que le juraron belleza eterna sabia que la mejor etapa de su vida estaba transcurriendo, una noche fresca de verano se acerco a la ventana y dijo:

• Oh ¡gran maga tu que has puesto el remedio a mi mal si aun tengo una oportunidad dime como sabré quien es aquel que a mi lado no perecerá.

Era misma noche cuando la joven princesa ya dormía hablándole entre sueños la vieja maga le dijo – aquel que sea digno de ti será capaz de hasta un astro luminoso como yo a tus aposentos llevar. – diciéndolo en tono dulce y esperanzador.

Sin querer por efectos del deseo la princesa se ilumino con una fuerza que su ubicación podía ser notada a kilómetros de distancia entonces ocurrió algo no planeado.

Desde otro punto muy lejano la emperatriz del mal pensaba donde poder encontrar a la sobrina, para poder ella misma cobrar la venganza completa en esos momentos ella misma observo aquella luz despampanante y una corazonada le dijo que la sobrina se podía hallar ahí.

En ese mismo momento resoplando de felicidad dijo – al fin la espera termino encontrare a Alejandrina y con el mismo castigo yo la matare.

En  ese momento ideo un plan malévolo se le había ocurrido hacer al hombre más ruin de la tierra muy guapo pero muy despreciable y asi de esa manera ella moriría de desprecio por el bello príncipe.

El príncipe tenía una belleza y una gallardía despampanante cualquier mujer querría estar a su lado, pero al hacerlo tan bien la emperatriz olvido un pequeño detalle, llenarle el corazón de odio y ese tema ala postre no daría el resultado que Sonacia esperaría.

CAPITULO IV

A la mañana siguiente Sonacia mando al ahora su hijo Ferdinando diciéndole las siguientes palabras:

• No pares hasta llegar a la meta que te he propuesto llega a ese lugar y por más que la chica sea hermosa despréciala el valioso aquí eres tú y cuando la veas sumida en profunda depresión toma esta posima bésala que en ese momento ella morirá – al mismo tiempo que lo veía con orgullo y sonreirá.

Asi la reina viéndolo partir desde lo lejos el despreciable príncipe Ferdinand partió a cumplir con lo que su madre le había encomendado. Ni tardo ni perezoso llego pronto al lugar después de dos días de viaje estaba afuera de la torre donde se hallaba la princesa.

Espero a que diera el amanecer de la mañana siguiente y llamo a la puerta de la torre, diciendo:

• Se encuentra alguien ahí que pueda dar posada a mí y mis 2 hombres

La nana al oír esa voz extraña aunque muy llamativa corrió a abrir la puerta recogiéndose el mandil abrió lo miro y dijo:

• Claro que si joven viajero aquí hay suficiente lugar para ustedes y puede permanecer el tiempo que desee.

El Joven acariciándose el rostro repitió -  gracias bondadosa mujer pero no soy un viajero son un joven príncipe que va camino a su reino – en un todo prepotente y soberbio.

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